Caprichos de los Dioses - Capítulo 9 - Reencuentros

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Thana espero su oportunidad y se llevó a parte al agitado Warx, el caso es que debían hablar pero no sabía como enfrentar con él aquel delicado asunto sin que la furia de este estallase directa contra él.

Warx no solía ser muy tolerante, ni siquiera con los amigos, eso de bromear venía cuando guerreaban o tras una buena juerga cargada de alcohol.

__He oído rumores de que Orxis se esta moviendo, como sienta la miníma presencia de la seiyant ya podemos estar preparándonos bien. Eso sin contar con tu padre, Memnok y Dominen, éste último lleva un tiempo demasiado tranquilo como para no pensar lo peor.

__Lo se Thana, así que corta el rollo y ve al grano. Dilo de una puta vez.

__¿Estás bien?__se preocupó mirándolo con su regia seriedad solemne y respetable, así era Thana, imponía como representante de la muerte que era.

Entre su altura, su vestimenta completamente negra, su melena ondeante y revelde hasta la nuca y esos profundos pozos negros e insondables era una visión estremecedora para todos, y más cuando expandía su esencía creando verdadero terror entre las masas.

__¡No! ¡No se como estoy joder!__pateó una piedra que desapareción en la negrura al tiempo que daba una vuelta sobre el mismo. 

Hundió sus dedos entre su melena bicolor y resopló de nuevo, que esta de un humor de perros estaba claro, pero además de eso era esa inquietud extraña que sentía en él, no era nada común en Warx, el siempre controlaba con absoluta sobriedad todas las situaciones menos cuando su libido y su sed de sangre y muerte hacían salir su demonio interior como hijo de dioses que era... nada de semi dios. Warx era el ser más temido en todas las casas pero nadie osaba decirlo, era el susurro que nunca se decía pero se sentía. Negaban la evidencía rebajandolo a una categoría que no le correspondía y Thana no entendía como Warx aún no se había dado cuenta de ello. Él, era la mayor amenaza sobre cualquier panteón, los poderes que ostentaba eran de los más terrorficos y destructivos que había. Y más sabiendo quienes eran sus padres....

__Tu maldición, se ha activado ¿verdad? Es la Seiyant, es por ella.

__Hazme un favor, amigo... atraviesame el corazón con esa puta espada tuya y acabemos con esto por que te juro que acabaré volviéndome loco, estoy perdiendo el norte, no se que coño me pasa... 

Thana observó paciente, como el otro tomaba asiento sobre una de las rocas apoyando la cabeza en sus manos unidas dejando la cara hundida mirando hacia el suelo.

__Como siempre no pude ni pensar, ni reaccionar a tiempo... su sangre ya había entrado en mi y cuando entré no pude más que actuar como el animal en celo que soy, sólo estaba ella y un deseo irracional como jamás había sentido, todo ardía y mi juicio desapareció, volatilizado completamente, ni siquiera me la tire como haría normalmente no... la marqué, la hice completamente mía, sólo estaba su olor, su sangre su cuerpo, quería poseerla una y otra vez... y no pare hasta que todo estalló y mi puñetera madre regresó para recordarme esa pequeña clausula de la maldición. Te juro que fue algo tan extraño, intenso... no podía dejar de sentir ese calor, el dolor que me perforaba y ella... ella por encima de todo. Por primera vez en mi vida deseé hacer el amor con una persona no copular ni follar, no... quería... quiero... ya ni se lo que digo. ¡Maldición, lo qu ele hice Thana... lo que le hice...!

__Warx, acepta este humilde consejo de alguien que te aprecía, no vayas contra la maldición pues no es tal, te salvará Warx, te liberará, entiendela cuanto antes, por favor, te necesitamos. No puedes caer y mucho menos ella.

La dorada llanura de Orxis se veía basta y abrasadora bajo la deslumbrante e inclemente luz del sol, tanto que el calor creaba una extraña visión distorsionada de la ondulante arena de su desierto. 

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