Trabajo en equipo.

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Nacían los rayos de sol de un nuevo día, nos levantamos temprano, ordenamos las cosas, comimos un par de barras energéticas, bebimos un poco de agua por cada uno y nos pusimos en marcha hacia la costa, donde debería estar Rodrigo esperándonos. No era mucha la distancia, al cabo de unos treinta y cinco minutos ya íbamos llegando. Se podía ver el mar a poco mas de un kilómetro, también se podía observar los autos chocados, otros quemados completamente con la compañía infaltable de infectados deambulando por las calles, como si fueran dueños de todo.
Entramos a la avenida principal donde se encontraba el centro comercial. Tuvimos que parar los autos y seguir a pie debido a los cientos de autos que estaban detenidos y producían una pared en el camino.

Todos preparados! Armas en mano, solo si es necesario se ocupan, intentemos avanzar sin hacer ruido, esta bien?! Les dije a los demás intentando no gritar mucho. Todos acintieron con la cabeza, tome de la mano a Belén y la ubique por detrás mio.
Avanzamos en fila, con la cabeza agacha con nuestros cuchillos preparados para matar, como si fuéramos militares entrenados, o eso parecía, íbamos por entre los autos, por arriba también, mirando a todos lados, esquivando a los lentos infectados hasta que llegamos a la entrada principal, habían muchos muertos vivientes en la entrada, los hombres que eramos nos encargamos de uno o dos por cada uno hasta que estaban todos en el piso, nuestras manos estaban ensangrentadas pero ya no era extraño.

-Chicos, por aca se llega al cine! Levantando la voz nos dijo Paulina mientras miraba un tablero del mapa del centro comercial.

-Vamos entonces! Dijo Esteban.

-No caminen tan rápido, vayan con cuidado, abran los ojos.

-nos decía Alejandro en voz baja.

Nos sorprendimos, habían muchos infectados para el cine tan pequeño que era. Paramos y nos quedamos quietos para que no nos vieran.

-Que vamos a hacer? Preguntaba Esteban.

-matarlos a todos obvio, decía confiado Giuseppe.

-son muchos les dije a los muchachos.
Ustedes vuelvan a los autos, Ale tu ven conmigo, muchachos ustedes vuelvan y hagan ruido para que estos infectados los sigan mientras yo saco a Rodrigo del baño.

-Esta bien. Chicos volvamos, vamos, vamos rápido!!. gritaba Esteban guiando al resto mientras golpeaba su cuchillo contra su revolver.
Los infectados se percataron de los chicos y empezaron a caminar hacia ellos gruñendo, con Alejandro estábamos parados atrás de un cartel grande que mostraba los próximos estrenos. Esperamos a quedar solos y fuimos hacia los baños, el de mujeres estaba vacío, el de hombres estaba cerrado por dentro.

Toc toc toc!! Rodrigo estas ahí? Oye Roro me escuchas?

-no se escucha movimiento adentro. Decía Alejandro quien acercó su oído a la puerta.
Votaré la puerta Ale, hazte hacia atrás.
Golpee a patadas la puerta, Alejandro me ayudó hasta que a la quinta patada, esta se abrió de golpe. 
Entramos y ahí estaba Rodrigo tirado en el piso desmayado. Lo tomé de la cabeza y lo intenté despertar hasta que lo logre.

Aquí estoy hermano, aquí estoy. Que te paso? Porque te desmayaste? Has comido algo?

-Que bueno verte Hernaaaaaan.

-Me abrazo muy fuerte mientras rompía en llanto haciendo que un nudo fuerte me apretara la garganta. Y continuaba diciendo.

-No he comido en 3 días, tenia mucha hambre, solo bebía agua y por las noches hace mucho frio. Salia a buscar dulces y galletas a la dulcería del cine pero de pronto llegaron muchos zombies y no me atreví a salir mas. Sigo con mucho frio, me duelen las manos y los pies. Hola Ale que bueno que estés aquí y los demás?.

-Hola Rodrigo, eres un pequeño guerrero lo sabias? Los demás nos esperan en los autos, ahora solo descansa.- le decía Ale mientras acariciaba su cabeza.

Me saque mi chaqueta y se la puse a Rodrigo, también le entregue las cuatro barras energéticas que me quedaban en los bolsillos. Lo subí a mi espalda y nos preparábamos para volver pero en la salida del cine habían unos ochenta de ellos.

Ale, salgamos por atrás y avanzamos por la playa hacia los autos.

-Si hagamos eso.

Salimos por atrás donde ese camino conducía hacia la playa y los estacionamientos subterráneos.
No tuvimos problemas, caminábamos rápido por la playa hasta que algo salio de la arena y me golpeo en los pies tirandome a mi y a Rodrigo al piso. Me pare y saque mi cuchillo.

-QUE ES ESA COSA!!! Grito Alejandro.

Hernán matala!! Gritaba Rodrigo aterrado.

-Era un infectado pequeño, como si fuera un niño o una persona enana, la diferencia es que estaba desnudo y tenia hongos pegados en la espalda y brazos, se veía mucho más violento, su boca rebozada de espuma y tenia un brazo fracturado, lo sabia por su hueso hacia afuera que lo hacia sangrar.
Me pare por delante de Rodrigo para protegerlo e intente incrustar mi cuchillo en la cabeza de este extraño ser pero me lo esquivó rápidamente y me intento golpear con su brazo roto, fortuitamente fallando. Lo intente golpear nuevamente pero evadió cada golpe que intente darle.
Gritó muy fuerte y salto sobre mi pecho llevándome al piso y Alejandro lo golpeo de una patada lanzandolo a varios metros de mi. Yo sin perder otro segundo, saque mi pistola y le di dos tiros en la cabeza matándolo por fin. Su cabeza quedo agujereada por los impactos de bala, sangraba muy lento, la sangre era muy oscura y corría lento, estaba espesa, muy coagulada.
Tome a Rodrigo rápidamente y seguimos nuestro viaje, allí nos esperaban los demás muy asustados por los disparos que escucharon. Les explique que pasó, saludaron a Rodrigo quien seguía muy débil y con un posible principio de hipotermia. Entre todos nos felicitamos por el buen trabajo que hicimos cada uno y grupalmente. Fuimos hacia los vehiculos y tomamos otro camino mas despejado siguiendo la ruta de la costa hacia el norte con la ilusión de llegar a esa tan añorada base militar.

A Nuestra ManeraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora