En el hermoso yate anclado a la orilla una hermosa pelirroja miraba por la cabina a su alrededor. Esbozó una sonrisa cuando vio el auto negro aparcar cerca.

El hombre de traje y alto bajó y sé encamino por el puente de madera.

La mujer asomó afuera sonriente.

-Esperó sean buenas noticias cariño, y no mas fallas.

Alec, subió al yate entró y en el pequeño y elegante minibar se sirvió una copa de coñac. Aún seguía bastante nervioso. Se había asegurado que nadie lo siguiera.

Sabía que Cicerón no se quedaría cruzado de brazos. Tal vez ya estaba rastreando su paradero.

Amará, coqueta pasó sus brazos por su cuello. Abrazándolo de forma melosa.

-¿Que tal te fue?

-La advertencia les llegó fuerte y clara. También tengo las fotos. Fue buena idea esperar hasta que ese idiota se acercará lo suficiente a ella. De a ver sido así... No tendrías estas pruebas.

Amará cogió el sobre amarillo, sacando todas las fotografías. Todas de esa maldita humana. Una en particular.... Poderosa.

-Perfecto. Esto es nuestro pase a la felicidad mi amor.

La pelirroja tomó el vaso de manos del hombre y cogiendo otro sirvió más bebida. Ambos chocaron suavemente ambos vasos.

-¡Por el poder! Y por que muy pronto esos tres estúpidos salgan de nuestro camino.

Rozo el vaso en sus labios, pero Alec lo alejó de ella. Desconcertada Amará se dejó hacer.

-No es bueno que bebas en tu estado. Dañaría al bebé.

Una estruendosa carcajada salió de los rojos labios de la loba.

-¿A caso crees que eso me interesa? ¡Esto es sólo para chantajear al estúpido de Hérmes! No te desvies ni te hagas ideas equivocadas.

-No lo hagas por él entonces. Hazlo por mí. Sé que... Ese "cachorro" es fruto de ese maldito también. Pero, es una parte de ti. Por eso... Hazlo por mí.

En su rostro no había dudas o alguna señal de arrepentimiento. Alec hablaba muy en serio.

-Okey... Bien, será como tu quieras. Pero no te hagas ilusiones estúpidas. Esto que llevo aquí - dijo señalándose el vientre - no durará.

Sin más, salio del yate y caminó hasta el auto. Alec la conocía muy bien, y un bebé no estaba en sus planes. Pero, un sentimiento cálido parecía tocar su corazón cada vez que lo pensaba. Más allá de todo, de la ambición o del odio, la amaba. Demasiado, tanto como para ser su perro literalmente.

Acomodo el sacó y salió detrás de la pelirroja.

La tarde acababa al igual que el día.

.......

Había estado bastante atareada la mayor parte del día. Sus piernas exigían un descanso y un masaje. Los tacones estaban matándole y para hacer mas nefasta la tarde, Cicerón no daba señales de vida. Se había ido desde la mañana y no sé había aparecido ni una sola vez en el edificio.

Alegando que tenía un cita con un hombre en uno de los restaurantes de la ciudad, había cancelado la mayoría de sus reuniones.

¿Adónde se habría metido?

Se adentro en el sanitario y dejó las carpetas en una de las piletas del lugar. Apoyó las manos en el lavabo y se miró.

Bien, ya había caído en las redes de ese hombre. Había conocido otro mundo diferente al suyo tan simple y común. Había conocido un ser poderoso y misterioso, que se hacía pasar por un hombre normal.

La Pequeña Del Alpha © #Lunaroos2020 #BeautyWordsBSEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora