Capitulo 13.

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Sonó la puerta de mi departamento.
Abrí los ojos tratando de ver en la oscuridad.
Tomé el celular y vi la hora.
1:30 a.m. ¿Quién podría tocar a esta...
-Mierda.- dije en voz alta.
Mi madre prendió la luz de su habitación.
Salí corriendo de mi cama poniendome una chamarra para que no me viera desnudo.
Lo único que traía eran mis boxers, y lo bueno de la chamarra es que era larga.
-Mamá, yo abro.
-¿Pero quién es a esta hora?
-¡Ah! No sé aún exactamente, pero creo que es - hice una pausa - creo que es Max.
-¿A esta hora? - vio el reloj. - O está ebrio, o de verdad te ama.
Se levantó de la cama y se puso una bata que le regalé el cumpleaños pasado.
-Iré a abrir. - dije rojo de la vergüenza.
Me dirigí a la puerta y voltee antes de abrir para ver si mi mamá iba detrás mío.
Por suerte ella se quedó en el pasillo de los cuartos, atrás de una pared que impedia visualizar desde la puerta este mismo pasillo.
-Adelante, abre.- dijo mi mamá.
Abrí la puerta y en el momento mi mamá tenía razon en la primer cosa.
Estaba ebrio.
-Max, ¿Qué pasa contigo?- dije con la voz baja.
-Lamento llegar así.. -dijo arrastrando la lengua -...pero te amo, y odio verte con alguien más, así que tuve que irme a relajar pero salió peor porque al final tomé la decisión de venir hasta acá a verte y en mal estado.
Al final de todo lo que habló, se le salió un "hip" de hipo, lo cuál me pareció tan gracioso que no pude contener mi cara enojada.
Empecé a reír, al igual que él y que mamá.
Max se percató que mi mamá estaba recargada en la pared y el poco color que tenía, se le fue.
-¡Señora!- gritó.
-Max, cállate.- le dije tapandole la boca con mi mano.- vas a despertar a los vecinos.
Después le quité mi mano y lo hice pasar.
Él a regañadientes aceptó.
Cerré la puerta detrás de él y suspire.
-Señora, lamento mucho el llegar así, en este estado y a esta hora, no tenía idea de que...- mi mamá lo interrumpió.
-¿De qué me iba a despertar?- mi mamá río- no te preocupes Max, ¿Quieres agua?
-Por...- le dio hipo de nuevo. -...favor y gracias.
No podía dejarme de reir, "por favor y gracias" ¿En serio? ¿Quién dice eso?
-¿Por favor y gracias?- reí.
-Mi mamá me dijo que tengo que ser educado.
-¿Y no te habló de llegar a la 1:30 de la mañana a la casa de alguien?
-Primero error, es un departamento.- levantó su mano.- segundo error, te dije que si me colgabas vendría.
-Si, pero no creí que fueras tan estúpido.
-Estúpido, no. Enamorado, si.
Me sonroje.
Mi mamá llegó con el agua y un sandwich.
-Toma, el sándwich pica, espero se te baje.
Max tomó el sandwich, agradeció de nuevo y empezó a comer.
Mi mamá me echó una mirada para que la siguiera.
-Ahorita vuelvo.- le dije a Max.
Este sólo asintió con la cabeza.
Fui al cuarto de mamá.
-¿Qué pasa?
-¿Se piensa quedar?- preguntó.
-Si, no, no sé, ¡Ah! mamá, ¿Yo qué voy a saber que hacer en estas situaciones?
-Bueno, si se queda a "dormir"- e hizo comillas con los dedos- por favor no hagan mucho ruido, y no solo hablo de platicar.
-¡Mamá!
-Buenas noches.
Me sacó de su cuarto y cerro su puerta con una gran sonrisa.

Regresé con Max.
Ya se había terminado su sandwich y ahora estaba terminando su vaso con agua.
-¿Cómo te sientes?
-Enamorado.
Le di un golpe en el brazo.
-¡Auch! ¿Qué rayos te pasa?
-¿De verdad preguntas? ¡Max! Esto se está saliendo de control, tus visitas, tu manera de controlar tus emociones enfrente de la gente, por dios Max, ¿Tú crees que tú novia no se da cuenta de las cosas? ¿O tus papás? Tienes que terminar esto, ahora.
Las lagrimas empezaron a caer y tuve qué agachar la mirada.
-No puedes hacerme esto, no puedes simplemente venir aquí y morderme el corazón, no soy tuyo.
-Si, si lo eres.- me levantó la cabeza para que lo viera a los ojos. - Estoy ebrio, lo admito, y admito que soy un idiota y que te hago daño, admito que no sé que me está pasando ni por qué sigo con ella, admito que eres tú la persona con la que quiero estar por el resto de mis días y a la cual no me importaría hacer el ridiculo con tal de hacerte reír o verte feliz, pero también admito que esto que tu sientes por mí, también yo lo siento, y siento que te pierdo cada vez que te veo con él, así como tú lo sientes viendome con ella. Te robaste mi corazón Eduardo, no puedes sólo irte con él y no entregarme el tuyo.
Soy egoísta, si, pero no quiero que te alejes, no puedo estar lejos de ti.
Sus ojos me enseñaron toda la verdad, lo abracé con fuerza, impregnandome de su olor a cerveza y perfume.
-No te vayas, quedate.- le dije.
Y después lo besé, por primera vez fui yo el que me acerque a él.
Me subí a sus piernas y lo seguí besando.
-Te amo Eduardo.
-Calla.- dije.
Lo besé, sentí su cabello, sus labios, escuche su respiración.
Bajé mis manos a su abdomen y sentí como su entrepierna subía.
-No.- dijo él apartandome.
-¿No qué?
-No lo hagas, no quiero hacerte daño.
Me levanté del sillón y lo pensé un momento.
Estaba caliente, lo quería y quería tenerlo, a todo él.
-Ven.
Tomé su mano y lo dirigí a mi cuarto.
-¿A dónde vamos?
Pensé en hacerlo más interesante.
Tomé una bufanda que se encontraba en el sillón.
Le vendé los ojos y lo dirigí a mi cuarto.

Fragil (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora