Cap 2. Mejor amiga = Fiesta

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Llegué a mi casa a las 8 de la noche.
Fui a la cocina y encontré un post- it pegado en el refigerador que decia "Dormire en casa de Susana, te veo mañana en la sesión"
Despegue el papel y lo tire a la basura.
Susana es la mejor amiga de mi madre y mi madrina.
Ella es la única persona de mi familia que sabe sobre mi orientación sexual y que también siempre está presionandome para "hacer algo conmigo".
Ella dice que soy un chico apuesto pero mal arreglado y muy escondido en gorras, sudaderas enormes y lentes.
Ella, al igual que mi madre, es muy artistica y tiene buen toque para la moda.
Mi celular empezó a vibrar y lo tomé checando quién era.
Laura: Eduardo, espero estes en tu casa, voy para allá e iremos a una fiesta.
Por más raro que parezca, Laura es una niña que sobresale en la preparatoria.
De hecho ella es muy amiga de la novia de Max, Kass.
Ella y yo salimos mucho pero jamás cerca de esta zona, vamos lejos, donde nadie del colegio nos ve.
Eduardo: ¿Cuál fiesta? ¿En dónde?
Mañana tengo que otra sesion a las 9 de la mañana.
Laura: Es fiesta de Kass, iremos todos, vamos, por favor.
Eduardo: Olvidalo.
No volvi a agarrar el celular.
Jamás salgo a fiestas de la escuela, y menos de Kassandra y Max.
Me metí a bañar y esperé que el agua caliente quitara de mi cabeza a Max.
Cuando salí, me puse el pantalón de la pijama y anduve desnudo de la parte de arriba.
Fui a la cocina para tomar un yogurth y me encontré con Laura.
-¿Qué haces aquí?- dije algo tímido porque no tenía nada arriba.
-Vamos, por favor.
-No, Laura, sabes que no voy a esas fiestas.
-Andale, nuestra primer fiesta con compañeros de la escuela.
-No les caigo bien, lo sabes.
-Nadie te conoce.
-A parte no tengo nada que vestir para una fiesta.
-Ponte lo que encuentres pero por favor vamos.
Después de que me insistiera por una hora, acepté a regañadientes.
Tomé los primeros jeans que encontré y una playera color rojo, tenis y listo.
Salí y Laura hizo una mueca.
Ella traía un vestido negro que sobresaltaba su piel blanca y sus ojos café claro.
-Ya sé.- dije.
Ella tomó mi brazo y salimos de ahí.
-Mañana tendremos que ir de compras para ti.
Subimos a su carro, tenía un mini cooper color negro con blanco, es bastante bonito y elegante.
En el camino solo venía pensando en que lo vería a él, a Max.
Jamás tendríamos nada, y eso dolia, el estar cerca de él dolia, pero a la vez se sentía calido.
Le conté a Laura sobre las fotos y ella dijo que a ella no le encantaba Max, pero que si era muy apuesto.
Laura también sabía mi orientación.
Llegamos a la fiesta, tocamos la puerta y Max abrió.
Abrió la puerta riéndose de algun chiste o algo.
Después me miró y su sonrisa se apagó
-¿Eduardo? ¿Qué haces aquí?
Laura interrumpió antes de que dijera algo.
-Mira niño guapo, Eduardo vino porque quería decirte que se pospuso la sesión para las 10, pero ya que está aquí y tú y él por lo visto ya se conocen, entonces podrías invitarlo a la fiesta y prestarle algo...- volteo a verme de arriba a abajo-...bonito para que nadie lo vea así.
Él solo me seguía mirando a mí, ni siquiera había bajado su mirada de mis ojos.
-Okey, los dejo, entraré a ver a Kass.
Hizo a un lado a Max y entró.
-Hola.- dije para romper el silencio.
-Hola.- dijo y ahora volvió a sonreir.
Espere algo más de su parte pero no hubo nada.
Así que terminé la conversación.
-Mejor me voy.
Di media vuelta y empecé a avanzar hacia la calle.
-No, espera.- dijo tomando mi mano.
Los vellos se levantaron, y sus ojos me dejaron embobado.
Por un momento nos quedamos mirando y me sentí como un venado a punto de ser cazado.
Pero por alguna extraña razón, no quise moverme.
Después él fue quién quito su mano.
-Mmm, supongo que tengo algo de ropa para ti, ven.
Abrió aún más la puerta y vi unas escaleras grandes.
Max era el unico chico que vivia en una casa, los demás vivían en departamentos.
-Sube, por favor.
Subí las escaleras y él subió conmigo.
Llegamos a su cuarto, un enorme cuarto con una cama matrimonial de sábanas blancas.
-Espera aquí.
Tenía un repisa dónde venían muchos libros apilados, no creí que él fuera de esos chicos que leyeran.
Al cabo de unos minutos, regresó con una camisa negra, un pantalón negro y un cinturón.
-Ponte eso, espero te queden, son cosas de mi hermano, él está de viaje.
-¿No se molestará?
-No, es buen chico.
Sonreí y esperé a que saliera del cuarto, pero no lo hizo.
-Emmm...- dije algo incómodo.
Él se dio cuenta a qué me refería y se fue.
Me cambié lo más rápido que pude y me quedó a la perfección la ropa, resaltaba mis nalgas el pantalón y me hacía lucir demasiado mi cuerpo trabajado la camisa negra.
No estoy acostumbrado a esto, pero creo que está bien por hoy.
Tocó la puerta y le dije que pasará.
La cabeza la traía agachada, y traia unos zapatos en la mano, con calcetines negros.
-Gracias.
Levantó la mirada y su pupila se dilato de la misma manera que cuando vio las fotos.
-Te... te ves muy bien.
Tragó saliva y la mandibula se tenso.
Me puse los zapatos.
Después salió de la habitación y antes de cerrar la puerta me volteó a ver de arriba hacia abajo.
-¿Vienes?.
Volvió a sonreír y sus pupilas seguían dilatadas.

Fragil (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora