ABC... Historias Percabeth ♡

14. Mini Percy.

— A veces tus hermanas me sacan de quicio — Dije, tratando de controlar mis emociones.

— A mi también, pero son buenas personas.

— ¿Drew? — Pregunté.

— Bueno... casi todas son buenas personas.

Ahora sí solté una carcajada.

— Ven, tenemos que ver lo qué está haciendo Percy.

— ¿Cómo estas segura que se trata de Percy?

— Tus hermanas lo delatan.

— Si, desde que es un niño mis hermanas no paran de hablar de él y buscan cualquier oportunidad para tenerlo cerca, pero no las puedes culpar, Percy es encantador...

La miré alzando una ceja.

— No me mires asi Chase, todos los bebés son encantadores, lindos y tiernos.

— Y dime, ¿Percy sólo es encantador, tierno y lindo de bebé? — Pregunté y al parecer Piper se dió cuenta de la intención de mi pregunta.

— Si, Percy sólo es encantador, tierno y lindo de bebé, además, mi tipo son los chicos rubios.

— Le diré a Nico que cuide muy bien de Will.

— ¡Annabeth! Mira, seré más específica, mis tipos son los chicos rubios, con anteojos y una cicatriz en su labio, es aún mejor si se llaman Jason Grace.

— ¿Escuchaste eso Jason? Eres el tipo de Piper — Dije, mirando atrás de la hija de Afrodita en dónde estaba su novio.

— Es por eso que somos novios — Dijo Jason, abrazando a Piper por la cintura, apoyando su mentón en el hombro de mi amiga.

Al ver esa escena, no pude evitar pensar en Percy, extrañaba sus abrazos, besos, sus estúpidos comentarios pero a la vez tiernos y un tanto románticos.

Recuerdo una vez estar de visita en su casa, unas semanas después de ser una pareja oficial...

*Flashback* (N/A: Para todas esas personitas que aman Percabeth tanto como yo)

— Listilla, vamos a ver una película.

— Sí, en un momento — Dijo Annabeth cambiando de página a su libro.

— Ven, deja de leer y vamos a ver una película — Dijo Percy con un puchero, viendo como su novia estaba concentrada en el libro, que por cierto, tenía a un chico con anteojos de portada.

— En un momento.

— ¿Ahora? — Preguntó Percy después de unos minutos.

— Sólo 5 minutos más.

Después de 5 largos minutos, el hijo de Poseidón volvió a preguntar, recibiendo la misma respuesta:

— 5 minutos.

— Eso dijiste hace 5 minutos — Dijo Percy con los ojos entrecerrados.

Resignado se levantó del sofá y se fue a la cocina, ya que la hiperactividad estaba saliendo a flote y necesitaba concentrarse en algo, ya que su novia no le hacia caso.