♣ 1.8 ♣

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Al despertar se encontró con la sorpresa de estar desnudó, frente a mucha gente en una sala algo descuidada, sus brazos estaban atados con un pañuelo con un agarré lastimoso. ¿Qué sucedía?. Luke estaba del otro lado de la sala, llorando en una silla, al mirarlo con detenimiento sus lágrimas de impotencia salieron de pronto, sintió como quería golpear a los padres del rubio menor. Tenía un moretón en su ojo derecho, el cabello desordenado, la ropa rasgada y más moretones en todo su débil cuerpo, dirigió la mirada a su padre – de Alonso  quien casualmente se encuentra ahí –, encontrándose con la desagradable sorpresa de que él, pudo haber sido quien le hizo eso a Luke, pues los rasguños en todo el brazo, cara y aparte, la bolsa de hielos en su parte íntima, le llamaron mucho la atención, también que Luke este intentado alejarse de él.

—¡¿Qué demonios?! — Se movió de manera que las cuerdas lo lastimaron en las muñecas.

— Vaya, ya despertó tu hijo — Pronunció Fernando levantándose de su sillón, con un cigarro entre sus dedos, su padre le miró y en esa mirada que alguna vez admiró, ahora sólo podía encontrar maldad pura, aquella maldad y perversidad asquerosa — .¿Cómo éstas princesita?....— Intentó tocarlo de la mejilla, sin embargo Alonso no se dejó tocar, le soltó una mordida al chico — Oh, quieto niño, si no quieres que le pase nada a tu amiguito....

—¿Qué rayos quieren de mí? — Preguntó seco, lanzándoles una mirada furica, más a su padre, una mirada que fácilmente jamás olvidaría —...Y de Luke, él no les ha hecho nada....

— ¿Tú crees sus mentiras? — Elizabeth se acercó caminando, hasta a su hijo tocando su hombro, eso mandó una fuerte vibración al cuerpo de Luke. — Él me ha mentido a mí, a su querida madre...

—Debe haber una razón, y es entendible sí sus padres no lo dejaron vivir una vida llena de cariño, una vida normal como la de cualquier niño de su edad. ¿Qué esperaban? ¿Qué después de todo el dolor qué le causaron, él regresaría tan fácil? No señora, él quiere ser feliz con quien le demostraba ése verdadero amor, el chico que a lo mejor ahora está bastante alterado para encontrarlo... Usted, tantos años se perdió de la vida de su hijo, y en ningún momento lo buscó... — Alonso gruñó entre dientes, le daba rabia no poder hacer nada, más le daba rabia que ella actuase tan víctima luego de todo el sufrimiento que le hizo pasar a su propio hijo, a su propia sangre — Ahora entiendo porqué, él buscó la manera fácil de ajusticiar gente, ahora entiendo porqué su manía de querer proteger a Calum. Ustedes son unos malditos mafiosos....

— Mira niño, sí no sabes nada mejor cállate. — Liz le miró con odio — Es MI hijo, yo aún puedo mandar sobre él y nadie me lo va evitar. Puedo hacer lo que me de la gana, ya sea prostituyéndolo...— Jaló el cabello del rubio, haciéndole sollozar de una manera más dolorosa, cosa por la cual Alonso reaccionó a la defensiva del pobre chico — o matándolo.... Y contigo... Ja, tu padre te vendió con nosotros....

¿Acaso escuchó bien? ¿Su padre lo vendió con ellos? Tanta admiración ahora quedaba en el pasado, él jamás sería un maldito hijo de puta con su propio hijo, jamás le mentiría al chico o chica con quien se case, lo más importante, no trabajaría en esto por ningún momento, ni por un millón de dólares. Todos esos momentos juntos, desdé el nacimiento hasta el momento donde comenzó su carrera, comenzaron aparecer en la mente de Alonso, la mayoría de ellos riéndose juntos por alguna tontería en la calle. Podría decirse que antes, Alonso era bastante irritante como persona, el ego se le había subido y a cualquiera le hacía el feo, hasta llegar al momento donde los chicos ya no lo reconocían, se había vuelto un egoísta total. Le dieron un estate quieto alguna vez de su vida, para darle a entender que no están cantando para creerse mucho, sino para hacer felices a miles de personas, ayudarlas con sus problemas, ¿y porqué no? Darles un abrazo sin que se los pidan.

Stockholm Sindrome ♤ Alanso VillalvarroWo Geschichten leben. Entdecke jetzt