Capítulo 7/ resubido y editado

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Bueno este es el mismo capítulo, solo que la primera vez que lo escribí no me sentí cómoda y conforme con lo primero así que decidí modificar. Espero que este os guste.

Ah por ciento espero que os paséis por mi otra historia. Disfrutad de la lectura. 

***

Frío.

Sentí frío en el momento que tuve que dejar a África en su casa. La mirada distante y dolida, las sonrisas falsas que nos daba, sus hombros caídos, no había que tener el mayor cociente intelectual pasar saber que algo se cocía dentro de su cabeza, algo que le atormentaba. Algo que le hacía que por sus ojos pasasen miles de sentimientos, miles de emociones, miles de momentos que recordaba, que algunos le causaban dolor, otros melancolía otros simplemente no había sentimientos en ellos.

Cuando, llegué a mi casa lo primero que hice fue tirarme a mi cama y cerré los ojos lo único que me vino a la mente fue su sonrisa, una sonrisa verdadera, la única de todo el día, una sonrisa entre toda esa cascada de sentimientos. Sé que no es falsa por la forma en la que su hoyuelo derecho hizo acto de presencia. Todo por Elliot que solo se dedicaba a molestarme.

A la mañana siguiente, con las mismas rutinas hasta llegar a clase, llegué muy pronto a clase por lo que me fui a la cafetería, donde me compré un café y me fui a sentar fuera. Pero por mis ojos traicioneros, mi vista fue a para en la mesa más apartada vi unos rizos que se me hicieron familiares. África.

Aparte de mis traicioneros ojos, parecía que todo mi cuerpo estaba en contra de mí, no sé por qué lo único que sabía era que si me quedaba sentado en otro sitio estaría mirando hacia ella todo el rato, y no quiero parecer un acosador. Al llegar donde se encontraba ella estaba muy absorta en su portátil, abismada en su pantalla.

-Buenos días.- le saludé intentando ser amable. Ella, en cambio, lo único que hizo fue levantar la mirada, observarme unos largos y pesados segundos como si se preguntase qué hacía enfrente de ella, hizo un leve movimiento con la cabeza a modo de saludo y siguió con lo que estaba haciendo en su portátil.

La curiosidad y la intriga me pudieron y me incliné a ver qué era eso que la tenía absorta. Me sorprendí al ver lo que buscaba.

-¿Por qué un persona que sus padres cagan dinero, está buscando trabajo?- solté las palabras sin medir mi brusquedad.

-Que hayamos salido ayer con Laura y su novio no nos convierte en amigos, así que metete en tus asuntos.- me contestó sin mirarme, parecía que en cualquier momento me lanzaría lo que tuviese cerca. Creo que no es un buen día para establecer conversación con ella.

-Oh vamos, si con solo parpadear un poco y soltar una lágrima tus padres te dan todo el dinero que quieres y todos los caprichos que quieras.- dije un poco molesto.

África levantó de golpe la mirada para lanzarme una mirada tan intensa y tan cargada de frustración que casi consigue que me arrepienta de mis palabras. Casi. En lugar de contestarme lo único que hizo fue cerrar su portátil y adentrar a paso lento hacía dentro del centro. Cinco minutos después de su ida sonó el timbre que daba comienzo a las clases.

Con un largo suspiro e intenso me encaminé a mi siguiente clase.

Tres horas más tarde, me encontraba saliendo de mi última clase para ir a la zona de almuerzo. Me senté en un sitio, alejado lo más posible de la muchedumbre, solo, como siempre.

Estaba solo sentado reflexionando si al verla tenía que disculparme o no. Sé que lo que dije estaba mal, porque no la conocía no debía de haber hablado sin saber de su vida, sin saber por todo lo que pasa. Pero por otra parte todo lo que dije es cierto. ¿Qué cómo sabía que su familia tenía dinero? Porque para acudir a este centro tu familia tiene que estar muy bien económicamente, por lo tanto, la mayoría de alumnos de este centro son hijos de millonarios, de esos que se creen que por tener dinero pueden moldearte a su gusto. Apresar de todo el oro, encontré plata que valía más que todo eso junto. Me alegro que, de entro toda esa gente caprichosa e inconsciente de lo pasa en el resto del mundo, conociese a uno que no le importaba el dinero, aunque nunca confesaré eso en voz alta.

Desde Distintos Puntos de Vista © #PGP2017Where stories live. Discover now