Capítulo 3

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Aaron

Para alguien que no tiene mucha vida social, ni ganas tampoco de hacerla, el fin de semana se pasaba muy rápido como es mi caso, que se basó en estar en casa echado en la cama sin ningún tipo de preocupación.

La siguiente semana se presentaba muy rutinaria. Instituto casa, casa instituto.

Me encontraba sentado en el autobús de camino a casa, pero me arrebataron mi sitio cuando una mujer embarazada me estuvo mirando como un buen rato para que me levantara y le cediese mi sitio a mala gana me levante. Y de pie comiéndome todos los baches llegué al instituto, una vez allí me esperaba mi buen amigo Elliot.

-Arroncito. ¿Cómo se encuentra usted el día de hoy?- preguntó un alegre Elliot.

-Estaba bien hasta que un perro me habló.

-Y después el loco soy yo, eres tú el que anda hablando con perros.- Iba contestar pero a mí "querido" amigo se le formo una sonrisa de oreja a oreja, me giré y vi a la causante de esa y casi todas sus sonrisas.

Su novia Laura.

Dejo a los enamorados y me voy a mi primera clase de un lunes.

Para que explicar que hice en las clases si es todo lo mismo, entrar y sentarme en mi sitio e ignorar al mundo.

Me senté en mi sitio de siempre para empezar a comer cuando veo que se acercan Laura y Elliot. Dios a soportar a la parejita enamorada.

-¿Tan guapo y sin novia?- eso es lo que sale de la boca de mi amigo.

-¿Tan feo y con novia?

-Ya dejaos de estupideces y vamos a comer que tengo hambre.- dijo Laura al ver que su novio iba a contraatacar. Elliot como buen novio se sentó y empezó a comer de su comida.

-¿No venía contigo la chica nueva?- preguntó Elliot con la boca llena.

-No hables con la boca llena-lo reprendió su novia.

-Guarro.

- Y contestando a tu pregunta anterior, sí tú lo has dicho venía pero dijo que quería ir a la biblioteca.

-¿Cómo se llama?- se me escapó.

-¿Para qué quieres saber eso?- y gracias a eso consiguió un golpe en la cabeza por parte de su novia.

Por cosas como esta me cae bien su novia

-Se llama África y por lo que me contó se mudaron desde la otra punta de la ciudad.

África, bonito y misterioso nombre.

-Su hermano también viene aquí, según escuché decir a las chicas es muy guapo.

-¡Ey! Que estoy aquí- dijo Elliot con los brazos cruzados, Lauro lo miro con una sonrisa y le dio un beso en la mejilla ganándose así una sonrisa por su parte.

-Te tienen dominado- me burlé.

-Como estaba diciendo- dijo después de poner los ojos en blanco- es su hermano mellizo, cursan lo mismo pero en distintas clases y por lo que oí quiere apuntarse al equipo de fútbol.

-Corre que te quitan el puesto.- le dije a mi amigo, ya que quería volver al.

Elliot dejó el equipo de fútbol cuando su hermana mayor enfermó, Claudia la hermana mayor de Elliot iba a todos y cada uno de los partidos de su hermano animándolo, pero como a vida es tan injusta y despiadada Claudia enfermó e ingresó al hospital, le habían diagnosticado cáncer. Fue un gran y duro golpe para su familia, me acuerdo perfectamente de esos días ya no estaba el típico risueño y bromista Elliot sino que apenas hablaba y comía a veces hasta se saltaba clases, podía desaparecer unos días y volver a casa como si no se hubiese ido. El tiempo pasó, Elliot seguía en el equipo pero ya no tenía a esa persona que lo animaba desde las gradas ahí en ese instante decidió dejar el equipo justo cuando pasaron a las finales, él solo quería jugar una final si tenía a su hermana al lado y no en una cama de hospital. La vida puede ser injusta y despiadada pero aparte de eso también ayuda y da segundas oportunidades a quienes se lo merecen, Claudia superó el cáncer y justamente en este momento se encuentra con su novio recorriendo el mundo.

Pero aunque su hermana se recuperó Elliot no volvió al equipo, hasta este último año que quiere volver a ponerse la camiseta de su equipo.

-Siempre habrá sitió para mí.- dice con egocentrismo.

-A no ser que encuentren a alguien mejor que tú.- iba contestarme pero el timbre sonó anunciando el comienzo de las clases.

Literatura. Esa era mi siguiente clase.

Fui directo a mi sitio en la última fila. Solo que el sitio de al lado estaba siendo invadido.

África.

Ella se encontraba escribiendo en su cuerdo, con los rizos de su pelo tapando su cara. Iba con una sudadera gris que le venía grandes con unos pantalones negros. Estaba inmersa en su mundo escribiendo lo que sea que fuera.

Me senté en mi sitio sin dirigirle ni un saludo ni una palabra.

Estábamos en un silencio sepulcral solo se oía la voz del profesor explicando lo que sea que fuera. Escucho como a mí "compañera" se le cae el lápiz, y como buen compañero se lo recojo.

Justo al levantar la cabeza me encuentro con unos grandes ojos oscuros pero a diferencia de la vez anterior sin ese brillo. Sus ojos están tristes, apagados como si dentro de ella ya no hubiera nada que le causa felicidad, esas grandes esferas trasmiten tristeza, agonía, querer alcanzar la paz pero tener un gran número de dificultades que te lo impiden , pero hay algo que me trasmitían y era una especie de invitación para atreverme a saber qué es lo que ocultan.



*****

Aquí un nuevo capitulo, un poco corto lo se, pero intentaré recompensar, espero que os guste. 

Eii, tú sí tú, antes de que te vayas.

¿Desde donde lees esta historia?



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