Capitulo 9

8.9K 685 182
                                    

-Hola -charla de pensamiento
"Hola"-escrito
{Hola}-recuerdo
"Hola" -Parsel
Hola-hechizo

NA: Hola chicos perdón por la demora, en serio no me maten por favor! Nuevamente les agradezco por todos los leídos, votos y comentarios que me dejan. Bueno, aquí les dejo su capítulo.

~~~~~*~~~~~*~~~~~*~~~~~

Harry

Después de la reunión con los Malfoy todo fue a la perfección. Una vez se inició el proceso de adopción muggle, decidieron hacer la adopción mágica, enterándose  así de mi herencia completa. Su cara de sorpresa fue espectacular, lástima que tuve que contener la risa, por mera educación claro. Eso no evitó que la memoria se quedara perfectamente guardada en mi cabeza, en momentos como esos adoro mi mente.

Por desgracia, no fue hasta un mes más tarde que logré irme del lugar de mala muerte al que se supone debía llamar hogar. Vale decir que casi pierdo los estribos un par de veces por culpa de ellos, la ansiedad no me sienta bien; para su suerte, Laia estaba ahí.

Volviendo a lo que importa, la adopción mágica logró ser de bastante utilidad, aumentó mi poder político, ya que ahora estaba conectado a nivel sanguíneo con los Malfoy, aunque figuren como mis tutores legales y tíos, no como mis padres. Como otro punto a favor, el lazo mágico, como lo llamó el duende, logró que el ADN Malfoy corrigiese mi horrible vista. Además, aunque no lo vaya a admitir nunca, enfatizó mis facciones, haciéndome ver más angelical que nunca. Una hermosa ventaja que ahora juega a mi favor a la hora de usar mis mascaras, debo admitir.

Por otro lado, le pedí a los Malfoy que comenzasen a llamarme Cepheus. En parte por simple capricho y en parte por nuestro plan, ya saben, sería un desastre figurar como Cepheus y que me digan Harry. Lo digo sobre todo por Draco; el niño mimado tiende a estar falto de cerebro.

(...)

Ya pasaron tres meses desde que llegué, exploré la mansión en su totalidad y, a pesar de su majestuosidad y de la primera impresión, no hay nada muy interesante. Las únicas habitaciones que llaman mi atención son el increíblemente bien surtido laboratorio de pociones, al que aún no puedo ingresar; el todavía inexplorado calabozo y la gran Biblioteca familiar. Nada más, no hay salas especiales, ni pasadizos ocultos, ni cámaras o celdas de tortura, nada; o por lo menos nada que haya logrado encontrar. Decir que estoy frustrado es quedarse corto.

Fuera de eso, debo admitir que la biblioteca aquí es fantástica. Basta con decir que al verla por primera vez me quede mudo, totalmente extasiado; claro que al cabo de un para de minutos me recuperé e ingrese lo mas rápido que puede, tratando de disimular mi sorpresa, por suerte estaba solo.

Las estanterías son largas y altas, al igual que los pasillos, parecen no tener fin. Lo que le falta de entretenida a la mansión se lo lleva todo la Biblioteca, parece que cada vez que buscas,  encuentras una sección nueva, apareciendo ante ti con el simple llamado de la necesidad.

Dejando de lado la muy espectacular Biblioteca, Lucius ha traído un profesor particular, que, junto con Narcissa, nos da lecciones al hurón y a mi tres veces a la semana. Nuestra enseñanza esta dividida en cuatro bloques, un de ellos es Razonamiento, que resulta en el estudio de las inteligencias múltiples y el como usarlas, ademas del uso de las matemáticas en la resolución de problemas y creación de estrategias. Otro de ellos es Bellas artes, bloque que incluye el estudio del arte a través del tiempo, el como pintar, dibujar y tocar un instrumento a nuestra elección, en mi caso la lira. Tengo un pequeño capricho con lo griego (lo que explica mi elección de nombre), resultado de la lectura de una novela juvenil en algún tiempo de mi infancia.

El hijo de la magia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora