6. Damocles

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Damocles. La leyenda habla de un antiguo Reino del Este, en el que, tras una larga guerra, humanos y espíritus finalmente firmaron la paz, y un Rey humano, Damocles, se estableció en el trono. Sin embargo, los espíritus, que conocían la naturaleza humana, quisieron impedir que volviera a haber hostilidades, y, como condición, impusieron una enorme espada mágica, que flotaba sobre el trono del soberano. Esperando al momento en el que éste rompiera el pacto, para caer y cortarle la cabeza.
La leyenda no dice si finalmente Damocles falló o si fue "un reinado largo y próspero", que es lo que se dice al final de las historias con final feliz, pero la expresión quedó para la posteridad, y, tras los sucesos ocurridos un par de años antes en el Reino, algunos de los héroes y altos cargos decidieron tomar ese nombre para crear, sobre las ruinas del Palacio Real, una organización que impediría que catástrofes como aquella pudieran repetirse. Una asociación de héroes.

Y ahora, Magpie y Mockingbird se dirigían a presentar sus respetos.

En su búsqueda del padre de Frey, la pareja había seguido el rastro hasta la capital, Astron, donde se habían encontrado con Chô, tío de Rick y uno de los oficiales de Damocles. - Porque no todos somos héroes, - les contó, según se aproximaban a una pequeña puerta de entrada al inmenso domo de paredes rojas. - o mejor dicho, no todos nos especializamos en combate. Por ejemplo, el padre de Rick se encarga del desarrollo y mantenimiento de herramientas para los héroes. - Sonrió, explicándoles que una asociación tan grande y complicada como Damocles necesitaba una gran infraestructura, no sólo logística, sino también de soporte a su actividad. - Por ejemplo, necesitamos gente que reclute a nuevos héroes, que los entrene... ¿Sabíais que Damocles también ofrece labor educativa en las zonas menos desfavorecidas? Como solemos decir, un héroe más es un villano menos.
- Es decir, que aprovecháis las zonas tipo suburbios y eso para establecer vuestras propias escuelas de matones. - Frey arqueó las cejas, divertida, y Chô se echó a reír. - No es la primera vez que oigo esa expresión, y más aún sabiendo quién la usaba... La madre de Rick y yo pasamos nuestra infancia en la calle, y cuando tuvimos la oportunidad de cambiar las cosas, nos propusimos que eso no volviera a ocurrirle a nadie. Por aquí, por favor. - Dijo, abriendo las puertas y franqueándoles el paso. - Ésto sólo es la recepción... Si esperáis un momento, os llevaré a la sala principal.
- ¿Por qué no me dijiste que tu familia estaba tan arriba en el negocio de los héroes? - Freya estaba francamente impresionada con aquel lugar. La recepción se veía limpia y moderna, con pantallas de anuncios que iban cambiando poco a poco. Algunas eran específicas: Peticiones de ayuda, ofertas de actividades heroicas... Pero otras eran más mundanas, como un tablón con ofertas de trabajo. - Esto es...
- Sí, es guay, ¿verdad? - Replicó Rick, con otro suspiro, en el mismo aire melancólico desde que habían encontrado a su tío. - Tan guay que querrías dedicarte a ésto toda tu vida y no pensar en nada más, ¿verdad?
- Eh, Rick... - Frey arqueó una ceja, sorprendida por la brusquedad del tono de su amigo, habitualmente jovial. Pero el señor Yagami, el tío de Rick, se volvió hacia ellos.
- Creo que todo irá bien. - Dijo. - Normalmente cuando alguien tiene un problema o una denuncia que no atienden las autoridades normales, se encarga de dejarla registrada en recepción, y uno de los héroes libres se encarga. - Los llevó hacia un ascensor. - Pero siendo quienes sois... Creo que es posible hacer una excepción.

Frey estaba acostumbrada a trabajar sola. A ser la única con la que contar, durante gran parte de su... Digamos experiencia laboral. Sabía cuáles eran sus habilidades, y dónde estaban sus límites. Eso había cambiado con Rick y su dinero – que les había aportado trajes más decentes – pero aquella era la primera vez... Aquella era la primera vez que iba a ver héroes "de verdad". Héroes profesionales, de los que se dedicaban a abatir terroristas, de los que hacían caer al señor del mal que trataba de hacerse con el control del mundo. Había oído muchas cosas sobre ellos, pero siempre había sabido que estaría mejor sola. Pero, ahora... Ahora que estaba a punto de conocer a la mayor concentración de héroes del mundo, no podía evitar sentir mariposas en el estómago, mientras subía en un ascensor demasiado pequeño para que se sintiera cómoda.

Sobrevolando el nidoWhere stories live. Discover now