Capítulo #52:"Muchas gracias"

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—Todo está en orden...—murmuró el doctor mientras revisaba los signos vitales de Jackson.

El mes pasó rápidamente, así que desde que dieron de alta hace unas semanas a Jack, él debía ir cada fin de semana para tener su revisión con el doctor Crawford.

—Entonces...¿ya puedo irme?

El doctor le sonrió a Jack, mientras asentía con aceptación.

Jack sonrió de lado, mientras luego de eso salía del hospital con una chica peliplateada la cual estaba sonriendo, emocionada, quien estaba con una bebé sonriente que veía a Jack con emoción.

* * *

Al llegar a casa, el peliblanco vio a su madre, quien la recibió con un fuerte abrazo que hizo que no pudiera respirar él por unos segundos.

—Me alegro de verte, hijo—habló con sinceridad Keila, quien luego se puso a un lado de Elsa, y luego...los pequeños Frost se abalanzaron a su padre, dándole un cálido abrazo de bienvenida.

Jack reía, así que luego les besó la frente a sus tres pequeños.

Elsa sonrió de lado, mientras el peliblanco se levantaba del suelo y veía a la peliplateada, quien tenía en brazos a Elisa.

—Bienvenido a casa, Jack—le murmuró ella.

Jack le dio un beso fugaz, mientras Elisa reía con dulzura.

Se separaron y Jack cargó a Elisa, quien sonreía y se emocionaba con Jack.

—Ya te extrañaba, Copito—le dio un beso en la frente.

Elisa rio y la puerta principal se escuchó abriéndose de golpe.

—¡Elsa!—gritó un pelinegro, quien entró a la sala y vio a Jack, quien tenía en brazos a su hija.

La furia de Tadashi hizo que se acercara a grandes zancadas hacia el peliblanco y le arrebatara de golpe a la pequeña, quien lloró de golpe y gritó, asustada.

—¡Es mi hija, y te prohíbo tocarla!—le gritó Tadashi.

El peliblanco solo pudo gruñir, mientras Elsa se sobresaltaba y los pequeños Frost se escondían atrás de su padre.

—¿Qué haces aquí, Tadashi?—le pregunto ella, así que Tadashi giró su cabeza y vio a la chica albina, ignorando los llantos de su pequeña hija.

—Es sábado, así que si es que tu memoria no falla, los fines de semana y el lunes puedo venir por Elisa—le habló a Elsa con un tono cortante y frío.

Jack apretó los puños, se abrió paso y estaba a punto de golpear al pelinegro, cuando la peliplateada se interpuso en su camino.

Ella puso su brazo enfrente de él, mientras que la chica respiraba profundo y se acercaba lentamente al pelinegro.

—Por supuesto. ¿Cómo he podido olvidarlo? Puedes llevarte a Elisa. La quiero el lunes al mediodía en casa, ¿vale?

El pelinegro vio a su pequeña, sonrió con ternura, y luego solo sonrió y se llevo lo necesario para aquellos tres largos días que estaría con su hija.

La puerta principal se cerró, dejando en claro que el chico se había ido de la casa de los Frost. De repente, la voz de Keila hizo que el silencio se rompiera.

—Hum...niños, ¿por qué no vamos por un helado?

—¡Si, helado!—gritaron los pequeños y se fueron con una sonrisa en los labios.

El silencio reinó en el lugar una vez más. Elsa tragó saliva, cansada y con un nudo en ella. Unas manos rodearon su cintura, haciendo que se dejara de tensar y viera por el rabillo del ojo aquellos cabellos blancos que eran tan brillantes y suaves.

"𝚃ú 𝚎𝚛𝚎𝚜 𝚖𝚒 𝚍𝚛𝚘𝚐𝚊" [𝙹𝚎𝚕𝚜𝚊]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora