Saqué la llave y cerré la puerta; el vacío del lugar, la soledad que reinaba ahí me golpeaba fuerte. No estaba acostumbrada a esto, esperaba ver los llamativos tenis de Lara, su mochila tira, algo de ropa en los sillones, su computadora sobre la mesa, algo de ella. Tragué el nudo que se formaba en mi garganta. Cautelosamente caminé a la que era su habitación, me quedé en el umbral de la puerta, todavía tenía puesta la ropa de cama; me acerqué. Estuve de pie unos segundos antes de decir acostarme. Sentía su olor que comenzaba a opacarse por el de la humedad. Tome la almohada y la llevé a mi pecho.

-Me haces tanta falta, ángel mío- sentí las lágrimas acumularse en mi rostro –y no sé cuánto más pueda soportarlo.-

Volteé a un lado y vi su iPod, el cargador y un pedazo de papel donde estaba la almohada. Me sorprendió muchísimo esto. No recuerdo en qué momento Lara regresó y dejó eso aquí. Tomé el papel y de inmediato reconocí su letra.

Anita,

Escribí esto mientras empacaba y ha sido lo más doloroso que he hecho hasta ahora; me cuesta creer que tenga que dejarte aquí. Me niego a aceptarlo pero es necesario. Creo que este tiempo lejos nos ayudará a ambas a fortalecernos individualmente, a aprender a estar sin la otra, viviendo con esa llama que quema en nuestros corazones. Nuestro amor. No sé cómo puedo escribir esto mientras mi corazón se rompe al saber que no te tendré a mi lado.

Te escribo desde el rincón más iluminado de mi alma, ese lugar que se hizo tuyo con cada una de tus acciones, de tus sonrisas, de tus besos, de tus miradas. Y te puedo decir que te amo como nunca he amado a alguien; contigo a mi lado conocí las profundidades de mi corazón y supe de lo que era capaz. Lo que tú provocas en mí no tiene forma de ser descrito. Y si por alguna ácida broma del destino nunca volvemos a cruzar nuestros caminos o nos volvemos a ver después de diez, quince, veinte o cincuenta años te puedo asegurar que seguiré diciendo lo mismo. Te amo, Ana y eres el amor de mi vida.

Te dejo una parte de mí, algo muy importante, algo que de alguna manera nos conectó y nos acercó más de lo que pudiéramos imaginar. Te dejo la música que ha hecho que mi piel se erice; te dejo las voces que me han hecho viajar a otras dimensiones; te dejo un parte de mi corazón. Yellow, Aprender a Quererte, Nothing Else Matters, A Thousand Years, Make You Feel My Heart, todo lo que escuchamos juntas nos conectará para siempre. Agregaré a esto una de mis canciones favoritas, Memento Mori; hay una frase en particular que me define mi situación "te esperaré hasta que cierre los ojos".

Siempre serás tú, rubia tonta. Tienes todo de mí y así será en esta vida...

-Y las que siguen- complementé con mi rostro bañado en lágrimas. Tengo que hacer que pase. Tomé lo que Lara me dejó y salí de la casa tan rápido como pude pero casi me muero de un susto al ver a Omara parada afuera de la casa de Lara.

-¿Todo bien?- Preguntó tranquilamente.

-Sí- respondí –no- negué –nada está bien.-

-Vamos adentro- asentí, fui al sillón ella hizo lo mismo segundos después de cerrar la puerta. -¿Qué quieres compartir?-

-¿Está mal amar tanto a alguien?-

-Sí- me sorprendió su respuesta. –Está mal para los que tenemos que ser testigos de eso, ponen la vara muy en alto. Ustedes dos hacen que pongamos las expectativas muy altas en el amor- le sonreí. –No es malo, Anita, en absoluto. Es maravilloso que puedas sentir algo así de intenso.-

-A momentos eso que hay aquí- señalé mi pecho –me hace sonreír y a momentos me ahoga, me asfixia... me mata la incertidumbre, me mata saber que quizá no pueda verla de nuevo. Eso es lo que no soporto.-

La Hija del PastorWhere stories live. Discover now