𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑢𝑛𝑜

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CAPÍTULO 1.
RECUERDOS

Sienna


Como en todas las vacaciones que he tenido a lo largo de mi adolescencia y ahora mi etapa adulta, siempre termino con resaca en mi casa o en la de una amiga, en esta ocasión se suponía no era la excepción... sin embargo lo fué, desperté por el fuerte ruido de un grito agudo que penetro en mis oidos, levantando todo mi jodido cuerpo adolorido de un golpe causando mareos en mi cabeza, con la mirada empecé a analizar la situación.

Victoria, se encontraba a mi lado envuelta en unas mantas blancas mientras reposaba en el verde césped del verano, se veía que no poseía ropa, mierda... no con ella!, tomé mi ropa como pude vistiendome mientras me alejaba intentando no hacer ruido, cuando por fin logré ponerme por completo mi vestido entré en razón al notar que me encontraba en medio del bosque, llevé una mano a la cabeza analizando que había pasado ayer, fruncí el ceño al tener pocos recuerdos de mi ebria yo del pasado.


─¿También te despertó ese grito? ─una dulce voz asueñada resonó detrás mío, volteo a ver al dueño de esta notando que se trataba de Tea, quién traía en manos su bolso y zapatillas, traía un mal aspecto, el maquillaje corrido y cabello esponjoso e enredado con hojas e palitos de madera, arqueo la ceja sorprendida─ Garret y yo nos peleamos por quién dormiría en la bolsa de dormir individual ─explicó tomando un mechón castaño de su cabello.

Antes que pudiera decir algo más nuevamente el grito agudo interrumpe nuestras pláticas, nos volteamos a ver preocupadas y salimos corriendo en busca de quién hacía tanto ruido, me sorprendía ver que no fui la única que paro en el bosque, pero carajos ¿Qué paso anoche?. Cuando llegamos donde más fuerte se escuchaba ese grito, nos topamos con que se trataba de Cowen arriba de un árbol, aferrándose a una gruesa rama como si su vida dependiera de ello mientras Aurora sostenía en manos una iguana gorda y verde que se lamia el ojo, cada que la morena daba un salto hacía el pálido pelinegro este soltaba un grito nuevamente.

─¡Hey!, ¿Qué crees que haces Aurora? ─pregunté una vez entendí la situación, Cowen le tenía miedo a esos animales, la nombrada dio un saltó de susto al escuchar mi voz enojada detrás de ella, borró su sonrisa dejando en el suelo al pequeño animal.

La castaña con mechones rosados se acerco a nosotras, mirando fijamente a Tea quién retrocedió un paso al notar que no se veía amigable la Acuario.

─Tú!, tú eres la culpable que estemos aquí varados en el bosque! ─exclamó acusando a la taurina con su dedo índice, arqueo de nuevo la ceja en dirección a ambas chicas, sin entender nada.

─No, no, Aurora todos decidieron venir, lo sabes, no obligue a nadie, yo solo propuse venir a acampar y ustedes dijeron que sí, no es mi culpa que luego nadie haya tomado su casa de acampar ─explicó la chica encogiendose de hombros, se oía que hablaba tranquila sin miedo, mas se veía todo diferente cuando ella se defendía detrás mío, que suerte tiene de que sea más altas y de espalda ancha, por que tiene donde esconderse.

─Joder, dormir con este animal como compañera de bolsa de dormir fue una pesadilla! ─el turno de quejarse fue de Cowen, quién no me dí cuenta a que hora bajo.

Prefiriendo no meterme en la discuta me alejé, ahora sabía que llegué aquí por que Tea nos invito acampar, supongo que me tocó dormir con Victoria y de algún modo terminamos acostadonos, no sé como sucedió, pero pasó, lo peor es que no recuerdo mucho, debí de estar muy ebria como para olvidar gran parte de la noche, ¿Cuántos habrán venido?

Y como si el universo me escuchara empezaron a salir como zombie entre los árboles e arbustos jóvenes adultos con cabellos hecho un nido, miradas de que su alma se podría y que los llevaba la chingada, conocía a cada uno de los que veía, sin embargo no era amiga de ninguno de ellos, ¿Dónde están mis amigas?, preocupada por ellas les mandó mensajes recibiendo respuesta a los segundos, sintiendo un alivio al leer que se encuentran en sus casas. Volteó a ver el alrededor y a unos metros hay una camioneta, ¿Ahí entramos todos?, arqueo la ceja dirigiéndome al vehículo, necesito encontrar al dueño para que me lleve a casa.

Justo a mi lado aparece la albina que alguna vez fue una del grupo de los chicos populares de mi época de preparatoria, agradezco pasar esa jodida etapa y ahora estar en la universidad, la chica me mira como si se estuviera muriendo y lentamente va abriendo los párpados justo al mismo tiempo que yo tengo un flashblack de la noche anterior.

─¿Sabes? no, no deberíamos... ¡ah! ─el gemido a feminado de la pálida chica rebotó en el oscuro cuarto de la gran casa donde se hacía una asombrosa fiesta, al buscar a una amiga prendí la luz encontrándome con Grace encima del regazo de Ean, ambos en ropa interior en una comprometedora escena, que me dejo congelada por unos segundos al igual que aquel par de amantes que se detuvieron de golpe separándose por mi mirada.

Parpadeó sin poder creer lo que se me vino a la mente, tragando saliva, sonrojandome un poco al recordar eso, sabía perfectamente que la familia Géminis y Escorpio estaban en malos términos ya por varias generaciones, no se llevaban, los mellizos Geminis y Ean no eran la excepción hasta hace unas horas atrás, Grace siempre se quejó de como Ean se saltaba las clases y terminaba aprobando con mejor calificación que ella, y el Escorpión siempre escuché como se burlaba de ella por ser tan despistada y ser regañada por hablar mucho, siempre se quejaban mutuamente del otro, en cambio Garret, prefería ignorar a quién no le caía bien, en vez de hacer una guerra de insultos como llegaba hacer su hermana.

─Sienna, tú podrías... ─antes que la peliblanca pudiera decir algo más un cuerpo delgado y más pequeño que yo se pegó a mi como una pulga escondiendo el rostro en mi torso, fruncí el ceño confundida.

Tea, ella de nuevo me buscó para esconderse y esta vez no solo era Cowen y Aurora, sino que eran como seis personas más que estaban bombardeando de quejas a la pequeña chica que entre murmurós me explicaba como estaba siendo atacada por ellos al haberlos llevado al bosque, ella solo buscaba pasar una buena noche con chicos que creyó agradables.

─¡Callense!, joder, malditos pericos, ni mis aves hacen tanto ruido como ustedes, ¿pueden hablar como personas civilizada que deben ser?, Si es por la misma queja de Cowen y Aurora acerca que Tea los trajo, deberían mejor meterse sus quejas por el culo, esta chica solo quería pasar una buena noche con ustedes, creyó que eran buenos chicos y ese fue su error, traer a idiotas ebrios que solo saben echarle la culpa a otros por sus decisiones que toman ─exclamé en voz alta, mirando a cada uno con amenaza e ahí en ese momento recordé cada uno de los asuntos que paso en esa noche.

Todas esas trece personas que tenía enfrente vivieron en esa noche muchas emociones, nadie más que yo lo sabía pues me puse a pasear por toda la fiesta siendo testigos de muchos encuentros sexuales, declaraciones de amor y confesiones. Tal vez para algunos es traumante lo primero, pero para mi no, llevo años encontrándome a personas en medio del frutifantástico en las fiestas por accidente, luego de un tiempo te acostumbras, en fi yo...

¡Yo puedo ser cupido!, ¡Necesito juntarlos!.

Corazones flechados |ZodiacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora