Capitulo 4.

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Después de la emotiva despedida de Naruto y su sensei pervertido los jóvenes se retiraron a través de las protecciones que había en las fronteras de los países ocultos, aquéllas que separaban los lugares donde usaban la magia elemental y la magia canalizada a través de objetos.

Su primera impresión de el mundo fuera de las barreras protectoras no fue muy diferente de lo que ellos conocían, por el momento las cosas no iban tan mal como habían pensado. A primera vista estaba más avanzada en cuanto a tecnología se refiere, pero conforme viajaron se dieron cuanta que para tener toda la tecnología que tenían casi no sabían de medicina.

Por todos los lugares que pasaron también observaron que la mayoría de edad para una persona era a los dieciocho, la mayoría de edad para cualquier vicio, cuando ellos tendían a esperar hasta los diecinueve o veinte para una de las tres prohibiciones ninja. Claro que no todos respetaban esto, tanto en su lugar de nacimiento como por los lugares que pasaron, había pandillas de jóvenes que ignoraban todos estos hechos y se dedicaban a romper las reglas en todo sentido. En ese sentido las cosas no eran muy diferentes, tanto aquí como allá.

Sakura y Karin trabajaron con ninjutsu médico en algunas aldeas (colonias) que se veían con pocos recursos, nadie pregunto acerca de sus raras habilidades, ni de dónde venían, ni que eran o que querian, solo les importó que les estaban ayudando. Como agradecimiento por su ayuda les prestaron una casa para que usarán por el tiempo que estuvieran ahí, ademas de que recibían comida y lo que necesitarán, no era mucho a comparación con el precio de una consulta con alguien “especializado” en el tema y ellos lo sabían pero estaba bien.

Querían al menos cumplir diecisiete* años para fingir haberse graduado de alguna universidad, al haber saltado años por ser prodigios, y establecerse en algún lugar hasta que supieran que hacer con sus vidas o hasta que la Hokage y los demás encontrarán una solución a su problema, que les permitiera volver a su hogar.

Pasaron por algunos lugares como Islandia, Singapur, Tailandia, Glasgow y Galés, entre muchos otros lugares donde aprendieron algunas cosas de las diferentes comunidades, finalmente se asentaron en Harlow donde Sasuke se las arreglo para conseguir papeles que demostraran, bueno, su existencia en ese aún desconocido lugar, Karin y Sakura de nuevo hicieron gala de sus habilidades como ninja medico y se buscaron trabajo en un hospital, uno muy reconocido a decir verdad por el altísimo porcentaje de pacientes fallecidos. Cuando presentaron la solicitud para el empleo el administrador creyó que se trataba de una broma o algo parecido, sin embargo al ver sus habilidades como médico y el trato que le daban a los pacientes, pues los trataban a todos por igual, ademas de su inmenso conocimiento en las amplias ramas de la medicina, bueno no pudieron negarse.

Por otro lado Suigetsu encontró trabajo como alimentador de animales en un parque temático, lo sorprendieron alimentando a una ballena, la más peligrosa del parque, que de hecho iba a ser mudada a otro lugar o bien, liberada. Y con apenas el empleo consegido lo ascendieron a entrenador y le subieron el sueldo, pues querían que entrenará a la ballena por la que se ganó el puesto. Juugo por su parte trabajaba en una inmensa tienda de mascotas, desde hámsters hasta perros enormes, casi como los de los Inuzuka, él sencillamente le había caído bien a la dueña de la tienda, y a su sobrina le gustó, así que lo contrararon.

El día que todos fueron a buscar empleos Naruto y Sasuke se entretuvieron en una tienda de convivencia y los asaltaron, si bien eran ninjas con un lugar tan lleno de gente como aquel no podían encontrar a una persona con tan poco chakra como un civil, así que se pusieron manos a la obra para rastrear a su asaltante y mientras eso pasaba con los chicos un hombre que tambien buscaba pistas, para un trabajo serio, los observaba a los lejos. Se acerco a ellos para ofrecer su ayuda pues por la forma en que actuaban, pensó, debían de haberles robado algo demasiado valioso, fue cuando se dio cuenta de que buscaban al mismo hombre.

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