¿Igualar el marcador?

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Ella tenía una sonrisa traviesa en su rostro mientras a su lado Julián estaba estático únicamente moviendo sus manos de manera casi imperceptible pero sin poder ocultarle, al menos a ella que lo conocía tan bien, lo nervioso que estaba al tener enfrente a sus padres con miradas desaprobatorias y a Lissa rindiendo cuentas con el celular en la mano para demostrar cada palabra que decía.

—Según la foto que Julián subió a su instagram, ustedes dos se reunieron el día jueves en la tarde-noche —parloteó Lissa, seguro en su imaginación creyéndose el personaje principal de una serie de investigación—. Analizando el fondo de la fotografía podemos notar que están en la cocina de Julián, lugar que ha mostrado anteriormente en algunos videos y fotografías lo que significa que ustedes dos estuvieron habitando en la misma casa desde el día jueves en la noche, pasando por todo el viernes que fue cuando yo pude ver esta fotografía, la mañana del sábado y parte de la tarde. De acuerdo con esto podemos concluir que... —guardó silencio y fijó su vista en Julián que estaba poniéndose pálido y en lugar de causarle gracia empezó a preocuparla, realmente no quería verlo en mal estado y menos por culpa de su fanática hermana menor. Le tomó la mano pero inmediatamente él la soltó y no porque quisiera evitarla sino por la acción de Lissa al jalarlo hacia abajo y empezar a revisarlo—. ¿Estás bien? ¿Mi hermana no hizo nada inadecuado con tu cuerpo? ¡Cuántos dedos ves aquí! Estoy segura que pasar tantos días y sobre todo noches en la misma casa que ella debió dejarte traumatizado. Si necesitas terapia yo puedo ayudarte.

Rodó los ojos antes de jalar a Julián lejos de su hermana y tranquilizarlo con un apretón de manos.

—Si les sirve de consuelo lo dejé esposado en su cama toda la noche —explicó con una sonrisa angelical a sus padres pero Lissa de nuevo lanzó un grito exagerado y jaló a Julián a su lado.

—En serio debiste dejarlo traumatizado ¿Cómo puedes ser una mujer tan malvada con un angelito como él? —volteó a ver a sus papás con una mirada seria—. Ustedes sigan regañando a Brenda, yo tranquilizaré a Julián dentro.

Intentó caminar llevando a Julián tras ella pero sus padres no se movieron ni un milímetro de la puerta para permitirle pasar, en su lugar les lanzaron una mirada de advertencia a ellas, primero a Lissa y después a ella.

—Aquí la única persona que corre peligro con cualquiera de esta familia es el muchacho —habló su mamá por primera vez en tono amable viendo en dirección a Julián y después volteando a su papá—. Cariño, quieres dejar de asesinarlo con la mirada, agradece que no nos ha demandado por el maltrato psicológico que ha sufrido con Brenda y Lissa.

—Solo lo estoy probando —se excusó su papá endureciendo la mirada.

—Papá, por favor, Julián tiene diabetes y creo que ya lo estás matando.

—Oh, uno de mis jefes murió por esa enfermedad —comentó sonriente y cruzándose de brazos.

Las tres voltearon a verlo molestas.

—Ya veo de dónde has sacado tu sentido del humor —murmuró Julián aclarándose la garganta—. Fue una broma ¿verdad? —le preguntó a su papá.

—Sí, por supuesto, una pequeña broma —le sonrió malvadamente.

Suspiró ruidosamente. Estaba segura que sería una larga tarde.

* * *

Sus padres se quedaron sentados en el sillón de la sala "viendo" la televisión y Lissa estaba supuestamente encerrada en su habitación intentando olvidar la posible relación entre ella y Julián, sus hermanos estaban en el patio trasero perdiendo el tiempo. Así que lanzándole una última mirada a sus padres cerró la puerta tras ella para recargarse y ver de frente a Julián quien estaba respirando profundamente como si experimentase eso por primera vez, aunque estando en su diminuta casa con la mirada de sus familiares presentes podría ser posible. Siempre le causaba gracia que su familia hiciese sufrir tanto a las visitas masculinas.

¿Quieres ser mía? (JASN Libro #3)Where stories live. Discover now