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Grandes ojos negros, una nariz rosada que hacía juego con aquel pelaje color blanco que le recordaba a los copos de nieve. SooJung miro encantada aquel minino que jugueteaba con otros dos, junto sus manos chillando por tal lindura y supo que era lo que estaba buscando.

—Señora, ¿ya encontró lo que buscaba? —preguntó un tipo alto con anteojos cuadrados y bata blanca.

SooJung miro aquel de arriba abajo y lo primero que noto fue el logo de "PET Hybrid", ella asintió después de leer aquel nombre y dirigió su mirada  al minino que había estado mirando por tanto tiempo. Ella habia pasado un par de veces hasta que se animo a entrar.

—Ese me gusta, ¿que edad tiene? —preguntó.

El vendedor se rasco la nuca e hizo una mueca.

—No es recomendable un híbrido cachorro, son como niños. La mayoría de las personas suelen llevarlos cuando están un poco más desarrollados, estos de aquí son de la camada más reciente y apenas tiene su primera transformación —explicó el hombre–, de hecho solo estan aqui para exhibicion, son muchos tramites los que se requieren para tener un hibrido tan chico.

SooJung estaba aún más fascinada, eso quería decir que el híbrido que quería bien podía ser apenas un niño en su transformación y ella podía descargar en él todo el amor maternal que tenía guardado.

—Lo quiero —agregó volteando a ver al hombre—. Pagaré lo que sea, pero lo quiero: vi los requisitos en linea y traigo todos los documentos, mi esposo y yo cumplimos con cada uno de ellos.

—Pero no es muy recomendable, si usted no tiene cuidado él podría morir –trato de hacerle entrar en razon, ya que ese era su trabajo, el que aquellas criaturitas estuviesen en las mejores manos.

—Yo seré muy cuidadosa, ustedes ya tienen todos mis antecedentes y lo único que quiero es a ese bebé —SooJung suplico–, he metido la solicitud en linea pero no me animaba a venir, usted entiende.

—Bien —el hombre respondió y enseguida inicio todos los trámites correspondientes–, vamos a checar.

🦄🦄

JongIn estaba descansando un poco, aquel día había sido un poco agotador ya que en la universidad donde trabajaba había tenido taller en los viveros y estuvo todo el día al pendiente que ninguna de las plantas que cuidaba saliera maltratada en manos de esos adolescentes revoltosos. Todo lo que pedía al llegar era una lata de cerveza para calmar su sed y ver un poco de futbol. Y así lo hizo una vez que entro por aquella puerta de su acogedora casa, se quito los zapatos y saco un poco de Kimbap del refri, a igual que dejaba el pollo frito que compro, en aquel tazon.

Miro el reloj y se percató que pronto darían más de las ocho y aún no había rastro de SooJung; le mando un mensaje y ella le aviso que estaría pronto en casa, no hizo mas que ocuparse en lo que estuvo planeando hacer despues de que su ultima clase termino.

A la media hora se escucho el sonido de la puerta abriéndose y la figura de su pareja se hizo presente en la sala.

—¡Hola! —salio JongIn dedicándole una leve sonrisa, la rutina ya había hecho que ambos perdieran la chispa después de todo ese tiempo que llevaban juntos; en otro tiempo, JongIn se habria alzado a darle besos de aqui alla, pero eso se fue perdiendo conforme SooJung agarro mas horas en la oficina haciendo que el moreno dejara de preguntar en cuanto tiempo llegaria.

—JongIn —ella lo llamo sin siquiera responder el saludo y el aludido no despego la mirada de la pantalla.

—¿Qué pasa? —él pregunto aún sin apartar la vista, pero al notar que su mujer no decía nada alzó la cabeza para mirarla. Ella lucía un poco incómoda y JongIn se preocupó un poco reincorporándose en el sofá—. ¿Todo está bien?

Lindo Minino (Daddy Kink) Where stories live. Discover now