2 Llamadas perdidas

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Al llegar del colegio y luego de las miles de veces que eche un vistazo al teléfono solo para ver si tenía una llamada perdida de Damián, tome un libro y que este se apodere de mí, pues estaba cansada de esperar al menos por ese día o la mitad de este.

Recuerdo que tenía una amiga muy divertida y alocada, y que extrañamente nos juntamos. Expreso extrañamente, porque en filosofía ella era el agua y yo el aceite, o como lo diría John Katzenbach entre quien es y quien ha sido robado la vida, como diría Khan las buenas personas que hacen el bien y las malas que hacen el mal, entre osados y abnegación para Verónica Roth o más filosófico aun entre el hombre y el superhombre. Si, éramos muy diferentes, pero así mejores amigas.

Al llegar mis padres a casa, salí caminando en dirección al hogar de mi amiga y cada vez con más intensidad de llamar a Damián, me castigaba por pensar demasiado, tan solo para hacer una llamada como, si fuese a definir el resto de mi vida, o bueno a esa edad es lo que se suele pensar.

No llegue donde mi amiga, más bien sigilosamente me senté en el césped cerca de unos árboles, con temor de que los perros me escucharan. Era curiosa el área donde yo residía, pues luego de aquellos arboles estaba un camino al que nos dirigía la calle asfaltada más conocida de mi ciudad. Era como lo que yo solía llamar "la división" era esa división entre el campo y la ciudad, no una ciudad tecnológica pero tenía el concepto de ciudad. Si, era la división entre lo que amaba y lo que detestaba.

Tome mi teléfono, observe la hora y la fecha, si lo llamaba debía recordar si estaba en clases y si lo estaba en cual estaba. Analice si sería real que él me contestaría y ya no pensaba tanto en pedirle disculpas porque incluso pensé que lo que le dije podía ser cierto.

Me eludía y me castigaba por aquello. Y de pronto recordé a John Green, yo estimo y respeto lo que hace y como escribe pero en mi concepción a pesar de ser un buen escritor él no aprecia la literatura que hacia amar una lectura, amar a la literatura, al menos para mis gustos. Era eso, yo tenía gustos propios de los muchos libros que había leído hasta esa edad, o tal vez no fueron muchos libros y el pasar del tiempo me obliguen a mentir, o tal vez la magnitud de cada libro que me vivió es lo que me hace pensar que fueron muchos, hasta este punto exacto del tiempo los llamaría innumerables.

Yo decepcionaba a John Green definitivamente, a pesar de leer y de acercarme a lo que sobrepase la inteligencia de lo normal, no era como Green estipulaba su paradigma de "supermujer" una mujer inteligente, atrevida, deseada, que leía mucho, que conocía mucho, que pensaba mucho o que súbitamente desaparecían. No, yo leía y no era atrevida, no era deseada ni mucho menos esas cosas que describían al modelo de Green. Lo imaginé al autor involucrándose con mujeres de ese tipo, pero en los Estados Unidos, por su puesto.

Eso allá, a miles de kilómetros Green tiene sus ostentosos romances y yo pienso en dicho autor. Agotada de aquello marque el teléfono rotundamente, sin embargo fue como recuperar la compostura y empecé a sentirme nerviosa con cada timbre.

Respire hondo y cuando ya casi se termina la oportunidad de timbrar se escuchó la vos de Damián al fin, me puse nerviosa quise mascullar un lo siento y después colgar, pero más bien le pregunte si estaba ocupado y me dijo con una vos algo áspera que le devuelva la llamada más tarde porque si lo estaba.

No respondí afirmando que lo iría hacer, solo cerré la llamada, cerré mis ojos y me recosté en el césped. Feliz de por fin haberlo hecho más que por haberlo escuchado como tal, porque fue a lo que di tantas vueltas como a un círculo vicioso, el mío pudo haber sido más bien un circulo nervioso.

Camino de vuelta a mi casa me encontraba un tanto agitada porque se estaba despidiendo ya el sol, y eso significaba que el permiso de salir también se estaba despidiendo de mí.

Al llegar a mi casa mentí con que se me hizo tarde por pasar con mi mejor amiga, pues ese tipo de cosas mi mama entendía muy bien y no apuntó nada al respecto.

¡Bien! el silencio otorga, me dije. Fui hacer la tarea con el teléfono muy cerca esperando a recibir una llamada, porque estaba muy dispuesta a no llamarle, en mi percepción ya había hecho lo que quería, no era suficiente claro, pero era calma para mi tempestad.

Termine mis deberes a las once de la noche me sentí muy animada porque esta vez no me ganó el día siguiente, pero estaba triste porque las cosas no estaban saliendo como yo las esperaba. Además de ser decepcionante era fastidioso todo esto.

Estaba tan decidida en no llamar, no obstante esta ves acudieron a mi mente pensamientos de estará ocupado talvez, al fin y al cabo yo no conocía lo que era una universidad y la responsabilidad que conllevaba, tal vez de tantas noches en vela solo está dormido, o sucedió algo fuera de mi conocimiento y nada mas eso.

Me consolé con el pensamiento de que al no llamarme, no significa que se olvide de mi o que no volveremos a hablar nunca más. En este consuelo me di cuenta que sentía mucho por alguien a quien nunca había visto. Seguido de aquel insight me prometí que yo le volvería a llamar si él no lo hace dentro el plazo en lo que termine aquella semana. En el caso de no poder comunicarme lo empezaría a olvidar. Lo repetí una y otra vez para que suene a decisión, y entonces solo entonces, dormí.

EL, casi secreto.Where stories live. Discover now