Décima cuarta sombra

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Ella parece tan triste pero tan agradable a la vez, que no me atrevo a decirle que no. Así que me acerco un poco, lentamente. Sus brazos tocan mis hombros. No quiero que su mano siga moviéndose, ni que se aparte, ni que cambie nada ahora mismo. Mi corazón late con mucha fuerza y Grace simplemente me mira, callada.

“Christian, espero que algún día puedas sobrepasar todo esto y que seas feliz, pequeño hombrecito maravilloso. Ya eres maravilloso y también guapísimo e inteligente. Simplemente me encantaría que fueras feliz y nos dejaras quererte.”

Miro hacia el suelo y doy un paso atrás para que su mano no continúe tocándome. No debería quererme, soy un chico malo como me decía siempre el Hombre Malo. Ella no sabe que he pensado fuerte para quela niña no llegara.

Grace es una persona muy agradable, y también lo son Carrick y Elliot. Todos ellos son agradable, maravillosos y buenos y yo soy malo. No miro a Grace pero sé que todavía está aquí.

“Todo a su debido tiempo, hombrecito.” No entiendo qué es lo que significa. ¿Ha descubierto algo? ¿Puede darse cuenta de lo que pienso?

El calendario cada vez está más delgado y llega el cumpleaños de Elliot. Sus amigos llegan a casa y son muy ruidosos y locos así que me da tanto miedo que me voy a mi cuarto y cierro la puerta, esperando que nadie venga a buscarme.Los oigo como dan vueltas por la casa, corriendo por los pasillos, hasta que están detrás de la puerta de mi habitación.

“Esta es la habitación de mi hermano, queréis conocerlo?”

Mi corazón late con mucha fuerza y quiero esconderme en cualquier sitio, pero la puerta se abre de golpe y ya no puedo moverme. Me duele mucho la cabeza y un montón de chicos y chicas entran en mi cuarto y se ponen alrededor de la cama, donde estoy sentado.

En mi vida había visto tantos niños juntos y tan cerca, ni siquiera en el parque. Una de las niñas se parece mucho a la que Elliot me ha descrito, debe ser ella. Es muy guapa.

“Este es Christian” Elliot parece muy feliz de que sus amigos me conozcan. Yo sin embargo quiero huir y esconderme debajo de la cama. Todos están mirándome en silencio y no sé qué hacer ni dónde ir, así que miro el suelo y retrocedo un poco más. Quiero pegarles, pero no quiero ser malo. No quiero que Grace se enfade conmigo.

“Tu hermano habla o algo?”, le pregunta a Elliot uno de sus amigos. Y cuando lo miro está muy enfadado.

“No con palabras, pero sí con dibujos y cosas así.”

El chico continúa mirándome y se acerca. “¿Qué es lo que dibujas?”

Doy un paso hacia atrás pero ya no puedo retroceder más. Lo miro totalmente asustado. “No le gusta que la gente se acerque tanto a él, así que no deberías hacerlo. Él dibuja lo que ve y así es como sabemos lo que quiere.”Elliot suena muy inteligente al explicarlo así tan sencillo, pero no quiero que se lo explique. Quiero que todos desaparezcan. Si no se van rápido, comenzaré a darle puñetazos a su amiguito preguntón.

“Eso es muy raro, ¿por qué?” dice la chica que creo que le gusta a Elliot. “Tú nunca me dijiste ni siquiera que tenías un hermano”- dice otro chica de su lado. No sé a dónde mirar. ¿Es que nadie ve que estoy aquí?”

“¿De quién son estos coches, los trenes y los patitos de goma?- dice otro mientras se acerca a mirar uno de los coches. Me da miedo que vaya a herirlos y miro a Elliot desesperado. “¿Por qué no viene a jugar afuera con nosotros?”- pregunta otra niña.

“Sí, tu hermano es muy aburrido.” dice el chico de los coches. “¡No, no lo es! Él es muy divertido, solamente es diferente. Y es mi hermano.” Elliot parece más enfadado que antes y yo quiero desaparecer. “¡Y dejar de tocar sus cosas!”

Miro el suelo y puedo sentir como todos están mirándome atentamente. “¡Elliot, no hagas que tus amigos juegen con Christian, sácalos de su habitación!” Carrick ha entrado y noto como empiezan a caerme lágrimas por las mejillas de nuevo.

“¿Por qué está llorando?” pregunta una niña, pero no puedo ver quién porque no quiero levantar la cabeza. “Ahora, Elliot, fuera de aquí ¡Todos!” Y se marchan. Carrick se agacha a mi lado pero no quiero mirarle. “Lo siento mucho, Christian, Elliot solamente quería que conocieras a sus amigos, él te quiere muchísimo. No pretendía ofenderte.

No quiero verle, no quiero mirarle ni a él ni a nadie. ¿Por qué soy raro y aburrido? ¿Por qué no sabían que estaba aquí? ¿Por qué yo hablo con dibujos y cosas así? Odio a todo el mundo ahora mismo y mis puños empiezan a pegar la cama antes de que pueda frenarlos. Las lágrimas que me van cayendo me queman las mejillas. Carrick de repente me coge de la mano y mi garganta hace un ruido muy raro e intento escaparme. “Para, Christian, no puedes comportarte así, necesito que te comuniques conmigo. Mírame.”

No parece enfadado, ni triste ni feliz, solamente algo distinto. Lo miro porque tengo miedo de que se enfade si no lo hago. Miro hacia arriba porque continúa cogiendo mi mano. Está temblando.

“No puedes estar así por siempre, Christian. Queremos que estés mejor, pero peleando con nosotros y encerrándote en ti mismo no te ayudas nada. No podemos ayudarte a no ser que tú quieras que lo hagamos. Nosotros queremos ayudarte. Te queremos muchísimo y solo deseamos lo mejor para ti. Nunca te haremos daño, tienes que creernos. “

Él suena… agradable. No estoy seguro de si es agradable o qué, pero intento estirar el brazo para soltar mi mano. Así quiero estar yo. No quiero hablar, no quiero recibir ayuda o lo que sea que ellos quieren que quiera. Quiero solamente que me dejen solo.

Vuelvo a llorar y cuando por fin me suelta la mano tengo muchas ganas de pegarle. Carrick se ve muy triste. “Siento mucho haberte cogido aunque no te guste, solo quería que no te fueras. De verdad quiero que estés feliz, Christian, eso es todo.”

Doy otro paso atrás y no quiero escuchar nada más, quiero dormir. Todavía hay luz afuera pero yo solo quiero dormir. Suplico a Carrick con la mirada y mis ojos miran hacia la cama, y él enseguida me entiende.

“Por supuesto, cariño, puedes acostarte, si quieres. ¿Quieres que enchufe la televisión y un vaso de leche con galletas?” Digo que sí con la cabeza, mientras las lágrimas dejan de caer poco a poco de mis ojos.

Cuando aparece de nuevo en la habitación lleva la leche y las galletas con chocolate, lo pone en la mesita de la cama y enciende la televisión. No le miro a los ojos, solamente pongo mi cara contra la almohada y espero a que se me sequen las lágrimas.

El origen de GreyWhere stories live. Discover now