Otabek pudo observar en su rostro dormido las mejillas y su pequeña nariz todavía enrojecidas y la hinchazón debajo de sus parpados por donde las lágrimas habían encontrado su camino por mucho tiempo. No era un dormitar tranquilo, en el sueño, Yuri aún se veía profundamente triste. La visión fue tan conmovedora que el kazajo sintió una especie de punzada dolorosa en su corazón. Yuri estaba aquí por él, probablemente haber pasado la noche en vela lleno de preocupación y por fin su joven cuerpo se había rendido al cansancio. Se preguntó cuánto tiempo había estado tomando su mano.

Intentó apretar suavemente el toque del chico entre su mano pero su cuerpo no le respondió como quería. "Yuri" trató también de nombrar pero su voz no salió, tragó con dificultad y respiró tomando un esfuerzo para no dejar que la desesperación volviera a él ―Yuri... ― por fin fue capaz de articular y se sorprendió por el tono ronco de su voz.

El rubio se removió con ligero entumecimiento y se frotó los ojos aún enrojecidos. Parecieron segundos eternos hasta que Yuri fue capaz de procesar la situación. Su expresión cambió en tan solo un segundo, Otabek fue capaz de captar cada una de sus emociones: confusión, consternación, sorpresa, tristeza y luego pura alegría.

― ¡Beka! ¡Beka! ―Pronunció Yuri, el tono de su voz agrietado con la mezcla aún de tristeza y alegría. Se impulsó hacia adelante abrazando a Otabek con desesperación, con el miedo palpable de que no fuese real. Se aferró tan fuerte que hizo al mayor gemir adolorido y Yuri se estremeció para después apartarse rápidamente ― Lo lamento... yo solo... ― no continuó, en vez de eso, guardó silencio por unos segundos, se relamió los agrietados labios y luego, con un poco más de control en su tono, volvió a hablar ― ¿Cómo te sientes? ―

― Como si un camión hubiera pasado sobre mí ― Otabek rio porque sintió que estaba exagerando, realmente su cuerpo no dolía tanto de esa manera. La broma no sentó bien sobre Yuri porque inmediatamente su rostro se oscureció y las lágrimas amenazaron con correr nuevamente por sus mejillas.

― ¡No bromees así! ¡No ahora, Beka...! ― Su cuerpo estaba temblando como si quisiera gritarle más cosas pero se estuviera reprimiendo. Otabek tuvo el primer impulso de rodearlo entre sus brazos pero sintiendo el cuerpo entumecido y todavía dormido pensó que sería imposible. Se limitó a asentir silenciosamente apenado por haberle provocado esa reacción. Y decidiéndose a hacer un esfuerzo que jamás pensó que requeriría tanto de él, alcanzó a alzar su temblorosa mano izquierda y colocar torpemente uno de los descuidados mechones dorados detrás de la oreja de Yuri. No apartó el gentil aunque tembloroso toque, sino que logró retirar una lágrima de la sonrojada mejilla del rubio con el pulgar teniendo mucho cuidado. Yuri lo miró fijamente mientras lo hacía

― Lo lamento. Lo cierto es... que apenas y recuerdo qué sucedió ― admitió seriamente.

Yuri lo miró nuevamente, transmitiendo la tristeza con esa hermosa mirada esmeralda, Otabek pensó que jamás había visto a Yuri de esa manera. Lo vio apretar los labios en una línea, como si fuese incapaz de hablar. Pero después consiguiendo una resolución que llegó hasta sus expresivos ojos, lo hizo.

― Fuiste embestido ― el rubio bajó la mirada, Otabek vio crecer la tensión en su hombros y cómo un suave temblor se apoderó de ellos, estuvo a punto de decirle que no era necesario pero Yuri consiguió adelantársele ― en tu moto... por unos hijos de puta, ebrios hasta el culo, que venían a exceso de velocidad ― apretó las sábanas en sus puños como si fuera a desgarrarlas pero no lo hizo, el temblor en sus hombros creció un poco más.

― ¿Nadie más salió herido? ― la pregunta fue inevitable, porque Otabek ni siquiera pensó en eso, solo salió de una manera tan natural que lo hicieron sorprenderse de sí mismo.

― ¡Ojalá ellos hubieran muerto!

― ¡Yura! ― reprendió tan fuerte como su voz le permitió, su garganta dolió por el esfuerzo. Yuri aflojó el agarre en las sábanas y bajó la mirada. Otabek no podía verlo, pero sabía que estaba llorando.

― Mila me llamó esa noche. Creí... ― su voz se rompió ―... creí que no volvería a verte. Estaba aterrado, yo desearía... ― desearía haber estado en tu lugar. Yuri no lo dijo ― a comparación de ti, ninguno resultó herido. Fueron llevados a la correccional porque eran menores pero luego salieron bajo fianza ― volvió a temblar de impotencia.

Otabek asintió y luego, como si apenas se hubiera percatado de eso, preguntó con algo de temor:

― ¿Cuánto tiempo ha pasado...?

Yuri se tensó y al kazajo le pareció como si el tiempo se hubiera detenido y podría haber sido así de no ser porque el agudo pitido seguía marcando los cambios en el ritmo de su corazón. Se dio cuenta de que el ruso simplemente estaba aguantando la respiración.

― T-tres meses... ― tartamudeó al decirlo. El moreno sintió que todo el aire se le escapó.

― ¿Has estado aquí desde entonces...? ― De alguna forma él ya sabía la respuesta y el silencio de Yuri solo lo comprobó, se estaba secando las lágrimas.

Quiso alargar su brazo y atraerlo junto a él en la cama, abrazarlo y pedirle perdón porque lo había hecho pasarlo mal, pero no pudo, él también estaba conmocionado. Tres meses eran devastadores, se había perdido la final a la que tanto le había costado llegar nuevamente. Había perdido, no solo la oportunidad de competir, sino también la de Yuri.

Otabek dio una temblorosa respiración antes de volver a dirigirse hacia el ruso. Las palabras salieron agrietadas, impregnadas en miedo y sabía que Yuri se había estado preparando para la pregunta, porque lo vio mantenerse firme y haciendo uso de sus fuerzas para estar en calma mientras la escuchaba. Yuri quería ser fuerte para él.

― ¿Qué dicen los médicos?

― Posiblemente... no podrás volver a competir ― las palabras salieron empujadas, como si hubiese estado practicándolas durante tanto tiempo, pero no por ello carecieron de dolor. Otabek sintió un nudo en su interior, apretando su corazón, agrietándolo, pero eso no se reflejó en las pulsaciones del aparato a su derecha. Yuri buscó su mirada con preocupación ― Beka... ― pronunció con duda, con mucho miedo, el rubio entendería si quería estar solo, pero sentía que sería imposible apartarse de él ahora que estaba despierto.

― ¿Podrías... tomar mi mano... por un rato más?

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[Como disculpa por mi terrible capacidad para actualizar como es prometido les traigo doble actualización. Aún estoy atrapada en el trabajo, pero intentaré terminar con el pendiente de la OtaYuri Week ~ <3 Gracias, gracias a todos por su apoyo ;___; lamento si no puedo responderlas enserio... ]

♡ OtaYuri Week ♡ ~ by KagomeKrizzWhere stories live. Discover now