𝐎𝐔𝐓𝐒𝐈𝐃𝐄𝐑𝐒 • 𝐭𝐡𝐞 𝐡𝐮𝐧𝐝𝐫𝐞𝐝

𝐭𝐡𝐞 𝐠𝐫𝐨𝐮𝐧𝐝

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OUTSIDERS
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( the ground )

    ENTONCES, MIENTRAS COrría junto a Charlotte y a Bellamy, me pregunté si Atom seguiría vivo, si aquel par de amigos inseparables que había visto aquella misma mañana, al final del día estarían juntos. Me pregunté, incluso, si Finn y Jasper y todos los que estaban en el campamento estarían a salvo.
    —¡Vamos, ya casi estamos!—nos gritó Blake—¡Hay unas cuevas aquí cerca!
    El placentero viento nocturno que azotaba aquel día ni siquiera conseguía evitar el doloroso escozor que sentía en mi cuello. Notaba, como si fueran gotas de sudor, lágrimas rojas caer desde las heridas y continuar hasta mi camiseta, que se empapaba poco a poco de sangre.
Caí de rodillas al suelo, incapaz de mantenerme un minuto más en pie. Vi a Bellamy y Charlotte correr y desaparecer entre la maleza, y supe que ese sería mi final. Uno asquerosa y tremendamente aburrido.

Siempre quise morir de forma heroica. Tal vez salvándole la vida a un amigo o sacrificándome por el amor de mi vida. Quería que alguien me recordara. Que nadie se olvidara de mi existencia. Temía perderme entre los anales de la historia, pero allí, entre los frondosos helechos que cada vez parecían cubrirme más y más, y la niebla acercándose a mí con tortuosa lentitud; supe que si en ese momento la parca aparecía para llevarme con ella, solo me importaría dar mi último suspiro y unirme a su ejército de almas en pena.