Sinopsis:
« ¿Cuál es su celebridad crush?
Camila: La mía es Lauren »
« Lauren, ¿A quién besaras bajo el muérdago?
Camila: ¡A mí! »
« ¿Cuál es el chico que las vuelve locas?
Camila: ¿Por qué asumes que es un chico? »
LAUREN:
Salí de casa, aproximadamente eran como a las 2:30 ㏘. en mi auto.
La calle estaba sola.
Bajé la ventana.
Sentí el aire fresco, y el olor a cigarro.
Pensé en ir a visitar a alguna de las chicas, o a Taylor... pero mi mente solo pensaba en Camz.
— Quiero verla, ahora.
Lo pensé.
Aceleré y unas horas después ya estaba afuera de su casa.
Me bajé y toqué la puerta.
Se abrió y ahí estaba ella. Parecía que un tornado había pasado por su cabello, estaba toda despeinada.
Aún así se miraba hermosa, mi linda chica.
— Hola, yo... supongo que te interrumpí, ¿Ya estabas dormida?
Le dije con un tono casi susurro.
— Pues, apenas estaba conciliando el sueño... ¿Quieres pasar?
Me dijo y abrió más la puerta.
Pasé y me senté en el sillón... ese sillón.
Me trajo muchos recuerdos. Camila encima de mi, encima de mi, enci...
— ¡Lauren!
Gritó Camila.
— ¡¿Qué?!
Dije casi saltando del susto.
— No me contestaste lo que te pregunté, ¿Qué estás haciendo por acá a estás horas?
— Pues... Andaba cerca y pensé, ¿Por qué no visitar a Camz?
— Bueno, este...
¿Quieres algo de tomar?, ¿De qué quieres platicar?
Espera... ¿Por qué estás despierta a las 2:00 am?
Me dijo hablando rápido.
Como si estuviera nerviosa.
— No podía dormir.
Era cierto, desde que Camila ya no está tan cerca de mí, no puedo ni descansar.
Ya de por sí meses atrás casi ni hablábamos, pues con su salida de Fifth Harmony mucho menos.
— Te extraño Camz...
— No empieces con tus disculpas Lauren, creo que es mejor que te vayas.
Me dijo levantándose.
— Camila.
La estiré hacia mí. De tal modo que quedó sentada en mis piernas.
—Lauren...
Me dijo jadeando.
— Tú solo déjate llevar Camz.
La tomé del cabello y la besé.
Ella puso sus manos al rededor de mi cuello y me estiró más a ella.
Bajé mi mano a su blusa y comenzé a quitarla.
— Me encanta cuando te toco y tu respiración se hace más lenta.
Le dije susurrándole al oído.
— ¡Lauren! gimió...
