Uno:

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Mia:

Necesitaba terminar de arreglar mi motocicleta antes de que Caden llegara al taller, si no avanzaba por lo menos algo con esta nena, mi novio no lo haría nunca mas. Lamentablemente George se negaba a ayudarme, según el, Caden le patearía el culo, como si eso fuera a pasar.

— ¡Mia!—deje caer la herramienta de la exaltada haciendo que me pegara en la frente.

—Caden hijo de puta...—susurre y me levante del piso. George rio y ante mi mirada se fue.

—Nena, ¿estas bien?—me tomo por la cintura y me sentó encima de la mesa de herramientas.

-Si, solo me saldrá una bola en la frente, gracias por eso.-el sonrió y me puso en la frente la botella de agua que tenia en la mano.

—¿Que voy a hacer contigo? ¿No podías dejar que yo lo arreglara?—negué y el rio.

Baje la botella y lo acerque a mi, Caden suspiro sobre mis labios y me beso, por instinto nuestras caderas se juntaron mas, el beso era desesperado y no es como si no tuviéramos sexo pero desde el accidente no habíamos tenido mucha acción, cada vez que yo quería pasar a mayores el simplemente se alejaba con la excusa de que yo estaba débil, su remera salio disparando y cuando fui a desabrochar sus jeans el paro.

—Aquí no...—lo aleje de un empujón.

—Y una mierda, ¿porque cojones no quieres que follemos? ¿Acaso tienes otra? ¿Las mellizas de oro volvieron o qué?—el muy idiota sonrió y me volvió a acercar a él.

—Sigues con lo de esas chicas, nena fue hace tiempo y no, no tengo a otra. Simplemente quiero que sea...

—¿Especial? Que le den a esa mierda.—me aleje de el y justo cuando me baje de la mesa mi teléfono sonó.—Matt no me digas que Gigi otra vez tuvo peleas.—Caden rio y me miro divertido.

—Mia la maestra de Gigi dijo que tu mama volvió y la busco ella.—mire a Cad asustada y solté mi teléfono, este se estrelló contra el piso, por alguna razón mis manos empezaron a temblar y mis ojos se llenaron de lágrimas. Caden me miro asustado y se acercó rápido al teléfono, hablo algo más con Matt pero no logre escuchar, solo estaba pensando en Gigi y en esa perra.

—Mia...—me tomo por las mejillas y me obligo a mirarlo.

—La voy a matar...—susurre y Salí corriendo hacia el apartamento, estaba justo encima del taller por lo que no me tomo mucho tiempo llegar a la cocina y buscar las llaves de la caja fuerte, pero cuando pase por el living mi madre estaba sentada en el sillón fumando un cigarrillo.

—Tardaste demasiado...—ella se veía absolutamente como mi madre, pelo marrón, ojos verdes, labios finos, sus perfectas manos, solo que ahora se veía no tan delicada, sus ojos se llenaron de lágrimas.

—¿Donde esta Gianella?—ella se paró del sillón y se acercó a mi.-no te acerques, quiero a Gianella.

— ¡Mia!—mi hermana se acercó corriendo hacia mi.— ¡Mama volvió! Estaba por mostrarles mis autos y mis muñecas.—mire fijo a Gigi y ella me miro atenta.

—Ella no es nuestra madre, te dije que mama murió.-mi hermana frunció el ceño y mi madre lanzo un gemido doloroso.

—Pero...

—Gianella, busca a Caden y dile que te lleve a la casa de papa James.-mi mama lloraba y Gianella no entendía absolutamente nada pero me hizo caso, le lanzo una mirada más a la que alguna vez fue nuestra madre y salió directo hacia el taller.

Me senté frente a Shannon y prendí un cigarrillo, la mire fijo como lloraba y no podía sentir lastima por ella. Todos estos años pensando que ella estaba en peligro y se veía absolutamente bien, estaba más gordita de que cuando la vi por última vez, estaba maquillada y ella odiaba usar maquillaje para otra cosa que no fuera el trabajo.

Siempre Mia. #SagaBrothers 1.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora