—Esta vez no iré a ninguna parte —Tardo unos segundos pero su sonrisa, esa sonrisa capaz de devolverme el alma al cuerpo regreso.

—¿Me lo prometes?

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POV CAMILA

El segundo libro de Lauren había sido publicado y un completo éxito. Había organizado una pequeña fiesta entre amigos, para celebrar a la nueva escritora. Todos estaban aquí, como en los viejos tiempos. Incluso Drew y Sandra que, después de mucho intentarlo lograron aclarar todo ese embrollo y le dieron una segunda oportunidad a lo que sentían. Lauren se había decidido. Ser periodista le encantaba pero escribir sobre sus ideas, su vida, sus experiencias, eso era para lo que ella había nacido. Ahora además de eso, se dedicaba a dar un par de conferencias, en empresas, en escuelas. Ella era una de los muy pocos sobrevivientes de aquel 11 de septiembre y todos querían conocer su historia por mas pequeña e insignificante que fuera. Pero claro, al conocerla si enteraban que esta mujer, la que hoy la vida me regreso, tiene una gran historia que contar.

Bebimos, reímos, hicimos lo que quisimos hasta que vi que entre estos invitados hacía falta alguien. Mi mirada recorrió el living hasta que se detuvo en una de las mesas del jardín. Ahí estaba. Tome una cerveza de la hielera y Salí a sentarme con ella.

—¿Qué hace tan sola aquí señorita Iglesias? —Vero elevo la mirada y me sonrió. —¿Estas bien?

—Claro —Le ofrecí la cerveza y ella la acepto —Solo que… demasiada gente allá dentro. —Atraje una de las otras sillas a nosotras y me senté junto a ella.

—De todas formas, no creo que deberías estar aquí sola.

—Me gusta estar sola. Sobre todo ahora… mira el cielo —Lo hice —Las estrellas brillan como nunca. —Sonreí.

—Si, eso es cierto —Note la pesada respiración de Vero y hubo un largo silencio hasta que ella decidió hablar.

—Algunas de esas estrellas ya están apagadas ¿sabes?

—¿Qué dices?

—Eso. Puedes que incluso se hayan apagado hace años. Pero… alguna vez brillaron tan fuerte que su luz aun llega hasta nuestro cielo.

—¿Y como sabes cuales ya están apagadas?

—No hay forma de saberlo. Imposible. Pero… es un bello misterio ¿no lo crees?

—Vaya que lo es —Respondí dándole la mas convincente sonrisa que pude.

—Cece es mi estrella ¿sabes? —La mire. Tenía lagrimas corriendo por sus mejillas —Ojalá, de verdad deseo que le haya ocurrió lo que a Lauren. Ojala este por ahí, sin recordar nada de ella, de su vida pasada, de mi. Ojala se haya olvidado de mi pero este viva… y este bien. —No pude mas con ello. Me levante y la abrace, sin siquiera una idea de que decir.

—Ella esta bien. Sea donde sea que este, esta bien Vero. —Se quedo aferrada en mi pecho durante un rato hasta que Lauren salió.

—Lo siento, no sabia que estaba ocupadas. Camz, todos se fueron, ire a esperarte arriba.

—No es necesario —Dijo Vero sentándose nuevamente y limpiando sus ojos —Ya me voy.

—¿Estas segura? —Pregunte

—Claro que si… estoy bien. Solo necesitaba a alguien que me escuchara y esa eres tu. —Volví a abrazarla hasta que ella se salió de mis brazos, se despidió de Lauren y se fue hasta la salida.

—¿Paso algo Camz?

—Nada. Es solo que, aun carga con la pena. Eso es todo.

—Y te la contagio a ti ¿no es cierto?

—No puedo evitarlo Laur. Entiendo como se siente, lo viví durante años.

—Lo se —Ella tomos mis manos y entrelazo sus dedos con los míos

—Pero por alguna razón aquí estoy. Aquí estamos tu y yo.

—Eso es algo que nunca dejo de agradecer —Le sonreí.

—Pero sabes… a fin de cuentas algo bueno tuvo que salir de esto.

—¿Qué dices? No hay gran cosa buena. Solo un libro. Un gran libro escrito por una gran mujer.

—¿Ah si? —Asentí con la cabeza —Pues… yo tengo otra —Dijo abrazándome y dejando un beso en mi hombro.

—¿Otra cosa buena que salió de esto? Lo dudo… —Ella sonrió y tomo mi rostro entre sus manos haciéndome mirarla a los ojos.

—Lo mejor de todo esto, Camila Cabello, es que pude volver a enamorarme de ti. Pude volver a sentir esa sensación en el estómago al mirar a alguien. Pude volver a sentir lo que sentí el día en que te conocí. Cuando chocamos por esas escaleras, cuando te bese por primera vez. Todo… y todo por ti. —Me lance sobre su cuerpo y la bese, de tal manera como si esta fuera la ultima noche que pasaría con ella. Sentía como todo mi cuerpo explotaba a las reacciones que me provocaba. Y así fue hasta que el aire se hizo necesario.

—No me respondiste la otra noche.

—¿No lo hice? —Pregunto dejando un beso en mi nariz.

—No… te dije que me prometieras que jamás te irías de nuevo.

—Ya recuerdo —Sonrió.

—¿Y bien? —Pregunte mirando sus ojos.

—Te lo dije antes… te lo digo ahora… y te lo diré siempre, una y otra vez hasta que te canses de escucharme. Jamas.

A prueba.Where stories live. Discover now