Sopesar los miedos no era tarea fácil, estaba consciente de ello, si la miraba a los ojos lograba ver felicidad, esperanza, ilusión incluso el amor,  pero en un rincón de su iris se dibujaban las sombres del miedo, de la cobardía, de quien vive poniendo el freno de  mano por temor a desabarrancar. 

Esquivo las miradas y las palabras de su casi hermano y su buena amiga, sobraban las explicaciones, se abrió paso con la furia albergada en cada poro del cuerpo, las alarmas seguían sonando en lo hondo de su corazón "Algo no esta bien", no le importo y salio raudo de allí. Teo quiso pararlo, pero quito su brazo con rudeza,  lo miro a los ojos con un halo de desafío, por una vez se sentía fatal, perdido y adolorido, le tocaba perder y aquello quemaba las entrañas. No era solo la ausencia de ella a su cita, era sentir que aquello que pretendió entregarle... su mundo, su corazón y transformarse en su hogar, se quedo en un mero deseo e ilusión. 

 Pulso el botón del ascensor, con rabia, una y otra vez,  cómo si éste pudiera llevarlo de prisa a un lugar alejado del dolor,  no era posible su pecho le recordaba que estaba roto. A su espalda  el eco de los pasos fuertes  de Teo rogaba al cielo que el maldito ascensor abriera sus puertas de una vez, no quería faltar a la promesa de su amistad y  empuño las manos en sentido de frustración, no se transformaría en un toro cargando a todo aquel que se cruzara por su paso debido al dolor.

- Ella te ama Andros.... No huyo de ti.... Se alejo de mi -   La voz débil de Teo no parecía ser la suya, las palabras carecían de sentido, desde que los conocía eran los hermanos más unidos, sinceros y  compenetrados en todo el mundo.

- Mientes - Lo dijo con una sorna apabullante, guardo silencio por un momento y se froto los ojos.  -  Pero lo entiendo Teo,  es tu hermana, si tuviera una haría lo mismo, las familias que se aman lo hacen siempre... se protegen  -  Sanjo con un tono dureza que el mismo no se reconoció.

- Jamás mentiría por ella y no comenzare ahora -  Teo se rasco su cabellera rubia con frustración, su postura demostraba que estaba incomodo e irascible y las palabras que nadie esperaba escuchar se dieron paso - Eso no es fácil, maldita sea,  toda esta mierda no debió tocarlos, pero no pude hacer más... D esta vivo -   Y las puertas del infierno se abrieron  para engullirlo en sus fauces.

La sangre se le heló, no lograba respirar, sus oídos zumbaban porque aquellas palabras se clavaban como agujas en sus tímpanos... Vivo, significaba que respiraba, Vivo significaba que Helena volvería con D, Vivo significaba que el dolor no se disiparía, crecería hasta encerrarlo en una jaula sin valor por vivir.... El milagro de la resurrección no era real para los humanos, no se levantaban de las tumbas para transitar entre los vivos, él lo sabia bien.

Trago saliva para guardar las lagrimas que amenazaban con ahogarlo y pronuncio las palabras más viles que su boca dijo alguna vez  - Entonces esta con él -   Sin mirar a Teo a la cara se adentro al ascensor y dejo que las puertas se cerraran sin mediar más.

Rosario se quedo tras Teo con las interrogantes listas para bombardearlo, pero en el instante que vio su ojos llenos de dolor y culpa supo la verdad...

- Soluciona esto, ellos no tienen la culpa -  Se acerco hasta quedar frente a frente -  No permitas que D los separe, no te pediré explicaciones ni mediré tus actos ¿pero sabes algo Teo ? lo que más he admirado de ti siempre es tu sentido de justicia intachable - . Dejo un suave beso en su mejilla y lo abrazo con ternura

Rosario llevo sus labios más cerca de la piel de Teo para  hablarle al oído - Somos del viento, así como del tiempo, pero nos pertenecemos mi amor - Cerro con sus manos su cintura y dejo descansar el peso de la culpa en los besos que le robo a sus suaves labios.Extrañaba hasta rabiar el sabor de su mujer.



Helena miro el cielo oscuro, la lluvia se dejaría caer sin más en cualquier momento, no le importaba que se confundiera las gotas de lluvia con sus lagrimas amargas;  volvió a pisar el acelerador y el motor del auto rugió una vez más,  necesitaba llegar a destino a prisa.

Encendió la radio y la canción "Close" de Joe Jonas invadió su sentido, la letra fue calando hondo, cada palabra encerraba una verdad para ella .. Se inventaría todas las artimañas del mundo para crear una nueva forma de no dejarlo estar cerca, de no dejarlo entrar hasta su corazón .... cerro los ojos solo un instante y se olvido de la curva que precedía en el camino,  todo fue rápido y sin dolor se dejo llevar por el chirrido de las ruedas y el golpe violento del vehículo,  para luego perder la vista en el saco blanco del airbag abrirse paso.

Las sirenas se escucharon a prisa, no tenia miedo de abrir los ojos y verse en otro plano, escucho una voz parsimoniosa preguntar una y otra vez si le escuchaba, pero no se dignaba a responder, se sentí a gusto descanso los pensamientos  y los miedos, D estaba vivo y con ello su mundo se podría venir abajo ¿pero eso cambiaba en algo lo que sentía por Andros? pauso las ganas de llorar por pensar, por ver que era lo que su corazón clamada.. las palabras se hicieron escuchar - Lo queremos a él, no hay nadie más mañana... siempre ha sido Andros -  vio con tristeza como los años perdidos no se recuperarían, ni las palabras que no dijo ya no valían ser pronunciadas, pero hoy y ahora solo necesitada         de     algunas de ellas  para    reconquistarlo - Perdóname, Te Amo -  Balbuceo el nombre de Andros Hertz y su numero de teléfono, la voz le dijo que se comunicarían con su esposo a la brevedad y ella asintió con una débil mueca que nadie alcanzo a notar.

Un médico gentil la examino con minuciosidad, más de una vez lo percibió mirándola más de la cuenta y se rió por lo bajo porque notaba lo exaltada que estaba  por saber si se presentaría a buscarla, para disminuir su ansiedad le administraron una dosis baja de Ansioliticos y en la cuna del sueño inducido la dejaron descasar por un rato. 

Una enfermera con acento venezolano la despertó con suavidad, tenia un rostro amigable y podía inferir a través de los movimientos de su cuerpo que se preocupaba mucho por sus pacientes, le solicito información sobre su diagnostico y con veloz  digitación sobre el teclado;  la pantalla mostró el completo informe de su situación, como médico entendía bien el funcionamiento del cuerpo humano, sabia acertivamente que las heridas  eran superficiales y no requería período de observación, que un reposo relativo mejoraría las contusiones al pasar los  días y que por protocolo debería  llevar  cuello ortopédico por unas semanas a modo de  seguridad, para evitar las secuelas del efecto latigazo que se originan al momento del rebote por la fuerza de agarre del cinturón de seguridad y el impacto del choque. Firmo la documentación de su alta y espero que todo siguiera su curso, tanto en el hospital como en su vida.

 Un joven enfermero dirigió la silla de ruedas a la salida y un hueco se fue formando en su estomago a medida que la figura que la esperaba de pie se tornaba más clara, más real.  Helena dirigió su mirada melancolía sobre aquellos que tantas veces le gritaron cuanto la amaban. esos ojos negros cargados de miedo y angustia que reclamaban por ella.






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