Un corazón lastimado

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—Te lo dije, Lily —musitó el pocionista cerca del oído de su esposa para que nadie más pudiera oírlo – Sabía que ella estaba junto a ese chico.

—No empieces, Severus, ellos son muy buenos amigos.

Rose Eileen y Tom Ryddle Junior querían mantener su recién gestada relación al margen de todos por ahora, al menos hasta que él empezara a ser aceptado. Regulus trató de no mirarlos y rogó para que la hora de regresar al castillo llegara pronto pero cada minuto para él representaban horas, hasta que al fin se cumplió su deseo y todos tuvieron que regresar al castillo.

Al entrar a la sala común, Rose Eileen trató de conversar con él (tal vez para darle la "buena noticia") pero él se excusó argumentando que no se sentía muy bien y sin más se encerró en la habitación de los chicos. Rose Eileen por su parte estaba radiante de alegría, una alegría que quería compartir con sus amigos, pero Ted estaba en su sala común y Regulus estaba encerrado en su habitación. Su corazón parecía estar hinchado de tanta emoción, no podía creer que Tom Ryddle junior, el chico más guapo de todo el castillo se hubiese fijado en ella, se sentía un poco mal por haber dudado de él en un principio cuando llegó al colegio, pero ahora que lo conocía bien sabía que no había nada malo en él, era sólo un incomprendido, y estaba segura de que con el tiempo todo el mundo terminaría opinando lo mismo.

A la hora de la cena en el gran comedor, todos se sentaron en sus mesas correspondientes, pero Regulus no aparecía.

—¿Dónde está Regulus? —rreguntó Bellatrix extrañada.

—En la sala común tía —contestó Rose Eileen—. Está en la habitación de los chicos, cuando le toqué la puerta para avisarle que tenía que bajar, me dijo que prefería quedarse allí.

—Ese muchacho ha estado muy extraño hoy —dijo Rodolphus—. ¿No te parece querida?

—Ahora que lo mencionas creo que si —respondió Bellatrix—. Estuvo muy callado y él no es así.

—Tal vez esté enfermo —soltó Draco—. Quizá solo esté un poco indispuesto y cuando es así uno prefiere quedarse en su habitación.

—Si quieren yo puedo ir a ver como se encuentra —se ofreció amablemente Tom Ryddle junior.

—¡Oh!...no, descuida —respondió Bella incorporándose de la mesa—. Yo iré a verlo, soy su madre y tal vez me necesite.

—Querida, avísame si él necesita algo por favor —añadió Rodolphus.

—Sí está enfermo llévalo a la enfermería querida —dijo Eileen—. Pomfrey y yo podemos atenderlo.

Bellatrix asintió y sonrió agradecida antes de marcharse rumbo a las mazmorras, específicamente a la sala común de Slytherin.

Regulus se sentía morir, completamente solo, no le apetecía para nada subir hasta el gran comedor y encontrarse con la estúpida sonrisa sarcástica de Ryddle, ver como Rose Eileen y él, aunque nadie lo supiera, se enviaban miradas cómplices. Tenía la imagen de ellos dos besándose grabada en su mente, era un recuerdo muy difícil de borrar por no decir imposible. Las lágrimas cayeron por su níveo rostro y mojaban su almohada. Cuántas veces se había imaginado él estando en el lugar que ocupaba Ryddle, poder llamar a Rose Eileen su novia aunque después tuviera que encarar al tío Severus (como él solía llamar a Snape cuando no estaban en Hogwarts) él si haría publica su relación ¿Qué ocultaba Ryddle? ¿Por qué rayos quería ocultar su relación?.. Pero justo en ese momento unos golpeteos en la puerta llamaron su atención. Regulus se sobresaltó de repente y después se apresuró a secar sus lágrimas...

- Regulus, hijo soy yo, tu madre – Dijo Bellatrix desde el otro lado de la puerta - ¿Te encuentras bien? ¿Por qué no subiste al gran comedor?

Rose Eileen Snape y su tercera generaciónWhere stories live. Discover now