Parte 17: Romanticismo

15 10 2
                                    

Espero no pasar mucho más tiempo en este infierno. No solo por que mi vida sea monótona aquí: un portazo para dejarme encerrado en la habitación junto con Hugo, Pablo y Fabio, y muchos puñetazos después me tienen que sujetar para no caerme. El tener que irse a la cama a las cuatro de la tarde no ayuda. Todas las mañanas, al despertarse, nos obligan a correr y hacer flexiones. La diferencia es que, cuando Hugo no puede más, le llevan a refrescarse y le invitan a dejar de correr. Cuando soy yo el que no puede más, me dan con un látigo en la espalda al estilo de las películas.

Pero, como iba diciendo, esta no es la única razón por la que quiero escapar. Ni la más importante. Lo que me gustaría es librar a Abril de esta prisión. Sé que cuando digo esto sonara muy romántico, pero es la verdad. De hecho, a mi nunca me han gustado este tipo de cosas románticas. No aguanto las películas en las que dos personas están perdidamente enamorados. Sin embargo, ahora no puedo evitar pensar esas cosas.  

MarzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora