•C u a t r o•

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POV LAUREN.

Dejé salir una gran bocanada de mis labios, limpié en mis jeans el molesto y pegajoso sudor de mis palmas. Estaba que me moría de nervios, faltaban  dos horas para asistir a mi primera fiesta de bachiller y ni siquiera era yo realmente la que estaba siendo invitada, para practicar un poco respecto a mi nuevo personaje, decidí asistir al centro comercial aparentando ser un hombre.

Vestía jeans negros y una de aquellas playeras que el chico amanerado había elegido para mí, el cabello me estaba volviendo loca pues nos encontrábamos en pleno verano y yo vestía un beanie como si fuese invierno, el sudor del cuero cabelludo me picaba pero no podía hacer mucho, era la única alternativa que tenía si no quería perder la mitad de mi cabello que tanto me costaba hacer crecer.

Tomé asiento en la fuente que se ubicaba fuera del gran edificio pues ahí era donde se encontraba la aglomeración de gente que apenas llegaba a comprar en las grandes tiendas. Llevaba una pequeña libreta conmigo para anotar cada uno de los movimientos que realizase cualquier varón que pasase por donde yo estaba, toda mi atención la centré en el sexo masculino, incluso presté aún más atención de la que ponía en clases de matemáticas.

Los hombres eran realmente asquerosos, entonces recordé el porqué siempre habría preferido al sexo femenino. La mayoría de ellos compartían la manía de tocar su miembro sobre sus jeans y frotarlo como si tuviesen comezón, otros volteaban sus cuellos tan descaradamente para poder obtener una mejor imagen de los traseros de las chicas que pasaban a su lado, mientras que otros más limpiaban los fluidos que salían de sus narices con el torso de su mano, sin mencionar los escupitajos o las obscenidades que se les cruzaban rápidamente por el diminuto cacahuate que tenían como cerebro para luego dejarlo salir por sus sucios labios hacía las mujeres que ellos consideraban "sexis".

¿Cómo es que a Camila le gustaba eso? ¿Cómo es que le atraía el poco intelecto?

Digo, no es por hacer menos a los chicos o por parecer en extremo hembrista, claro que hay hombres inteligentes y con sentido común, románticos e higiénicos, pero los de mi escuela no eran así y Camila salía con ellos.

Bueno, admito que también en los cuarenta minutos que estuve sentada en aquella fuente pude ver gestos caballerosos de aquellos chicos.

Terminé mi lista y ya sólo debía memorizarla de camino a la fiesta.

POV CAMILA.

Repase una vez más una fina capa de crema humectante por mis largas y lampiñas piernas, tenía planeado vestir una coqueta y negra falda que apenas y cubría el inicio de mi redondo culo, junto a un top blanco que hacía relucir un tanto más grandes mis pechos.

Yo no era de llegar temprano a las fiestas, siempre realizaba una ronda de tequilas "pre fiesta" en algún bar del centro junto a mis amigos y el chico con quien estuviera saliendo en esa entonces; en está ocasión el galán afortunado era Evan Peters, no era más que un alumno del montón, insignificante sin alguna etiqueta de atleta súper dotado o hijo de padres ricos, pero según el secreto a voces, era excelente su desempeño en el sexo y tenía un armamento diferente al promedio de los chicos del colegio.

Sin más, me ubiqué en el marco de la puerta de entrada para luego salir y caminar hasta la acera de enfrente donde ya me esperaban los chicos montados en el auto de Dinah, los saludé a todos con un beso en la mejilla a excepción de Evan, que no me demoré más de un segundo en abalanzarme a sus carnosos labios y devorarlos como si no hubiese un mañana, la noche apenas iniciaba.

POV LAUREN.

-¡Mijita ya están tus pastelitos listos en el horno!- Escuché la voz de mi madre atravesar la puerta de mi habitación.

Había regresado a casa después del centro comercial para tomar una ducha y cambiar por tercera vez el outfit de mi otro yo, al que por cierto aún no le encontraba nombre. Me miré por última vez en el espejo para luego bajar las escaleras que daban hacía la planta baja donde ya me esperaba mi madre con una sonrisa de oreja a oreja y una cámara en manos.

-Estoy tan emocionada por ti, mi amor, es tu primera fiesta en lo que llevamos aquí.- Me dijo mientras tomaba más de una instantánea por segundo.

-¡Mamá ya! Pareciera que soy una fracasada loca anti social.-

Mi madre dejó de presionar la cámara para mirarme fijamente a los ojos.

-¡No puedo creer que creas que soy una fracasada loca anti social!-

-¡Ay hija! Claro que no.- Siguió tomando fotos.

-Vamos Clara, tampoco es para tanto, es sólo una fiesta de pubertos.- Mi padre salió al rescate por mi.

-Gracias.- Me dirigí a mi padre.-Me marcho.- Avisé.

-Aguarda, un regalito de tu padre y yo.-

Mamá me entregó una bolsa de brownies recién horneados, podía sentir él caliente vapor inflando él plástico.

-Mamá, te he dicho mil veces que no comeré estas cosas.- Le estiré la bolsa.

-Ay tonta, no son para ti, son para tus amigüitos que se tomaron la molestia de invitarte por primera vez a su fiesta.-

-Sí hija, anda ya vete que se te hace tarde.- Habló mi padre.

Sin más, me despedí de ellos y salí por la puerta, eran las siete, la calle estaba levemente cubierta por el cielo de color grisaseo y negro. En mi morral llevaba la ropa extra junto a un par de vendas ¡ah! y los "pastelitos" de mamá, tenía planeado parar en alguna de esas tiendas de souvenirs con gasolinera que abundaban en el sur de California, donde además había baño público. Al llegar a la más cercana, evitando la mirada de los clientes que ahí se encontraban, con cautela y sigilo, logré entrar al baño de hombres, para mi fortuna ninguno se encontraba ahí dentro así que como si de un rayo se tratase logré atar las vendas, cambiar mi ropa y colocar el gorro sobre mi cabeza. Estaba lista, era el momento de algo que llamaba "prueba y error", si lograba salir exitosa en esa fiesta, sería pan comido engañar a Camila cuando estuviese con ella a solas, la noche apenas comenzaba.



-Hola n.n

Ammmmm .-. No que decir, gracias por leer.

MY NAME IS LOLO (Camren).Where stories live. Discover now