Chico Prohibido

Capítulo 20. "Primera impresión"

—Veinticuatro. —Aclaré mi garganta y miré a todos lados.

¿Cuánto tarda Maibys en arreglarse?

—Tus papás a que se dedican. —Habló el señor.

—Mi padre es empresario, mi madre es una chef exitosa. —¿A qué viene todo esto?

¿Quieren mi código postal, también?

—¿Vives aquí?

—Ah, si, desde hace dos meses. —Maldito FBI.

—¿Cómo conociste a nuestra hija? —Entrecerraron los ojos.

Como si pudieran saberlo sólo que querían comprobarlo de mis palabras.

—¡Estoy lista! —Salió Maibys y solté un suspiro.

Sus padres se hicieron un tanto hacía atras y me levanté para tomarla de la mano.

—¿Todo bien? ¿Se conocieron mejor? —Sonrió y le sonreí, espero que sea convencedora mi sonrisa.

—Más de lo que me hubiera gustado. —Se levanto su mamá seguida de su padre.

—¿Nos vamos? —Pregunto el señor.

—Adelantense, tenemos que dejarle a Jesse el perro. —Curvee mi ceja y los señores se fueron.

Mi respiración fue más calmada como la de ella, se agachó y cargo a Honey. Cuando se dirigía a la puerta la detuve.

—¿Qué pasa? Nos van a esperar.

—Se supone que nosotros tenemos que cuidar a la bola de pelos no que la cuiden nuestros amigos. —Hizo la boca de lado.

—¿Y qué pretendes? No lo podemos llevar.

—¿Segura? Mira su cara tierna. —Lo cargué y le enseñé su cara.— Es una carita que dice: Llévame, no me dejes con los idiotas. —Sonrié y niega con la cabeza un tanto divertida.

—Eres todo un caso Joe. —Bajo al cachorro y la acerco a mi.— Juro que no pensé que mis padres vinieran. Me lo comentaron hace dos meses pero no pensé que vendrían. —Acaricié su cabello y besé sus labios.

—Tranquila cariño, está bien, sé que no sabías nada, llegaron de sorpresa tal vez por tu cumpleaños.

—No están en algún cumpleaños mio desde siempre. —Acaricia mi nariz con la suya.— Me la pasaba con Jesse y su familia. —Pasé el dorso de mis dedos por su cabello y aparte un pechón hacía detrás de su oreja.

—Bueno, pero tal vez... quisieron hacerlo este año. —Me miro seria.

—Habrán visto de seguro la noticia de cuanto fue el premio. —Entrecerro los ojos, mirando a un punto ciego.— Debe ser eso. —Dijo más para si misma.

—Claro que no cariño, ¿para qué querrían tu dinero?

—Si, estoy segura ¡es eso! Por esa misma razón supongo que me hacían salir con Trevor.

—No me menciones a ese hijo de...

—Joe. —Me cortó.

—Ese nombre queda prohibido en este departamento, en el otro departamento y en todos los lugares. —Rió.

—Eres muy celoso. —Toco mi nariz y sonrió.— Deberías serlo más seguido.

—¿Más seguido? —Asintió.— Más seguido deberíamos tomarnos tiempo para que se repita lo de anoche. —Sus mejillas se tornaron color carmesí y me reí.

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