Capítulo 12. "Tentación"

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Maibys estaba sentada en la barra, con Jesse mirandola con preocupación. Frente a Maibys estaba un tipo llamado Frederik, alto, cabello negro, ojos azules, fuerte, un idiota.

Estaba seguro de que ella no tenía ni la más mínima idea de con quien trataba, yo tampoco lo sabía pero el simple hecho de que esté entre sus piernas, sonriéndole coqueto y la mire mucho me hace pensar que sólo quiere un rato de deseo en el baño.

Le dijo algo al oído, ella ríe a carcajadas y da un último trago a su wisky.

El tío se hace a un lado y la ayuda a bajar. Apenas y se puede sostener en sus dos piernas así que se aprovecha a enrollar su brazo por su cintura.

Solté un gruñido y me di la vuelta molesto, como me di media vuelta, me regresé. Miré como se acercaban al baño y bufé. Esa técnica ya me la sabía, sólo que todas estaban en su sano juicio.

No dejaría que la tocara y justo cuando pensé que se detendrían veo como su mano baja para querer tocarle el trasero pero Maibys la pone en su cintura y lo mira severa. Sonrió para mis adentros y él comieza a besarle el cuello.

Esto es suficiente. A paso rápido me quito el mandíl, lo aviento por alguna parte y salté la barra. Tal vez le arreglaría su cara de niño bonito con unos buenos golpes, si, eso sería perfecto.

—Joe, piensa bien lo que haras. —Me dijo Mike una vez a mi lado, mire detrás de él, Jesse tenía sus ojos desorbitados.

—Lo he pensado, este idiota no tendrá rostro. —Mike bufó y mejor se hizo a un lado.

—¿¡Qué!? ¡Cariño di que lo intente! —Escuche a lo lejos.

Me acerqué a paso acelerado y cuando iba a besar sus labios la alejé de él y protesto, ignoré sus golpes débiles con sus pequeños puños y cuando el idiota de Frederik se volteo a decir que la dejara enterré mi puño en su rostro.

Uno tras otro, sin detenerme, ni tomar aire para hacerlo.

Le iba a hacer lo que yo tanto había hecho, pero con ella no. Ella es mia y espero que con esto se calme.

Maibys gritaba que parara mientras sollozaba y seguía pegandome inultilmente.

—¡PARA JOE! ¡DÉJALO!

Me detuve, me levanté del suelo y escuche como mi corazón se iba destrozando con esas tres palabras, no era para tanto, sólo quería que lo dejara, no dijo que lo amara o cosas así pero de cualquier manera me dolía eso.

Mis puños comenzaron a punzar y mis nudillos a doler. Pasé el torso de mi mano por mi frente quitandome el sudor y Maibys me miro con miedo.

Sus ojos estaban llenos de lágrimas y mordía sus dedos. Su mirada se ablando cuando me quejé del dolor y se aventó a abrazarme.

No dude ni un segundo en responder su delicioso abrazo. Apoyé mi barbilla en su cabeza y la besé, su cabello olía a lo de siempre, aunque ahora tenía un perfume floral mezclado con wisky.

Acaricie su espalda de arriba abajo, se juntó más a mi y siguió sollozando, estaba ebria, era claro.

—Eres un idiota. —Hipó.

—Lo sé.

—Lo eres, maldito estúpido. —Gruñí.

—No me gusta que me insultes.

—Eso eres, y las palabras te quedan cortas. —Dijo contra mi pecho.

—Si es porque me fuí, yo...

—No me expliques nada, tu decisión la tomaste. —Tragué.— Tu no sientes nada por mi.

—Pero yo...

—¡SH! Déjame terminar. —Aclaró su garganta y dejé que mi boca se formara en una línea recta.— No puedo creer que me dejarás, sin explicación ni nada, ¿tan poco te importo? —Abrí la boca para contestar pero me puso su mano obligandome a callar.— El te amo fue una porquería que inventaste. Joe, no me quieres, no te importa nada que tenga que ver conmigo y eso me molesta más que nada.

Chico ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora