Capítulo 13 - 2°Parte

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"El dia de hoy"

"El día de hoy no se volverá a repetir. Vive intensamente cada instante, lo que no significa alocadamente; sino mimando cada situación, escuchando a cada compañero, intentando realizar cada sueño positivo, buscando el éxito del otro. Para que un día no lamentes haber malgastado egoístamente tu capacidad de amar y dar vida". - Esa es la frase que me motiva todos los días al levantarme para seguir adelante y más ahora, me aferraré a ella como nunca. Ella mantendrá mi humanidad y la cordura que me queda en su sitio.El silencio invadía la sala, era espeluznante, solo de pensar todo lo que se nos podía venir encima, todo lo que podía pasar, me ponía el corazón a mil.

Mientras mis dedos manejaban la pequeña ruletita de la pequeña radio, cambiando de sinfonía una y otra vez, ese zumbido llegaba a lo mas profundo de mis oídos, lo estaba odiando pero resistía amarrado con esperanza de escuchar una sola voz humana.
La subía y la bajaba mientras seguía con esos putos zumbidos.
- Desisto... - comente bajando la cabeza hasta golpearla suavemente con la mesa.
Le hice una seña a Sara mientras le decía que buscará por si acaso alguna señal ella un rato, que necesitaba despejarme un poco.
Me miró, asintió, sonrió y yo me dirigí a la ventana más cercana.
Saque mi paquete de tabaco, me encendí un cigarro y contemple el exterior.
El silencio invadía la sala, nadie sabía que decir, nadie sabía cómo reaccionar ante esta situación. Solo se oían desgarradores gritos y gruñidos en el exterior del edificio.
La situación estaba complicada, había que salir de allí tarde o temprano antes de que esos seres se diesen cuenta de que estábamos ahí y me temo que sería mas tarde que temprano. Había que trazar un plan de escape y plantearse unas expectativas de futuro. Mas que nada para mantener la mente fría y en su sitio ante este caos.Yo al menos tenía dos cosas claras. Primero, poner a salvo a las personas que allí estábamos, segundo, buscarla a ella y ponerla a salvo.
Terminé de fumarme el cigarrillo y llamé a mi padre.- Hay que moverse de aquí, somos cebo fácil de coger. Mientras sigamos aquí solo estamos cavando nuestra propia tumba, hay que ser rápidos. La camioneta del repartidor está justo en la puerta al igual que mi coche, con decisión y sigilo lograremos meter a la gente en ella y sacarla del centro, no aseguro la supervivencia de todos, es complicado, pero podremos salir bastantes. Deberíamos ir aunque sea a algún pueblo alejado del núcleo de población, llano y con buena vista del terreno.
- ¿Que tal la casa de la abuela? - comento mi padre.
Lo miré pensativo, razonando la situación. Es un pueblo no muy lejos, apartado de la ciudad, llano, con gran terreno y una casas grandes, campo animales y huertas, además con el río y el aeródromo al lado, algo se podría hacer, solo hacía falta organización. Era una idea bastante buena.

Cuando no quede más sitio en el infierno...- 2ª PARTE -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora