1- El Helado, escena eliminada

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Miré hacia un lado, sintiéndolo por él y por Dee. "¿Y ya no vienes con Dee?".

"No".

Probablemente porque era muy duro para ellos, tuve el presentimiento de que Daemon evitaba cualquier cosa que le recordara a su hermano. Me pregunté por qué entonces había elegido este lugar, porque por lo que pude deducir de sus movimientos tensos, los recuerdos le hacían daño.

Me mordí el labio mientras jugaba con la cucharilla, sin hambre. No sabía lo que era perder a un hermano, pero sabía lo que era perder a alguien a quien amas. Quien quiera que dijera que el dolor disminuía con el tiempo, no tenía ni idea. Claro, la pena ya no aparecía con tanta frecuencia, pero cuando lo hacía, era como si te atravesaran el corazón con un cuchillo cada vez

"¿Gatita?".

"¿Qué?" Le miré.

Inclinándose sobre la pequeña mesa, su mano apareció velozmente y de repente me rozó el labio superior con su pulgar, con suavidad. Me quedé sin aire y noté un nudo en el estómago. ¿Qué estaba haciendo?.

Nuestras miradas volvieron a encontrarse.

Me ordené a mi misma moverme o apartarle la mano, pero mi cuerpo rehusaba escuchar a mi sentido común. En vez de ello, mi cuerpo empezó a recordarme qué sintió aquella mañana en que me desperté con las manos de Daemon en mi cuerpo, la deliciosa sensación del peso de su cuerpo, una experiencia totalmente nueva, y cómo en aquél momento, nada parecía importarmás que él y yo.

Daemon sonrió con suficiencia.

La sangre latía en mis mejillas. A veces me preguntaba si realmente podía leer las mentes y simplemente me había mentido sobre ello.

Sus dedos permanecieron en mi barbilla por unos largos segundos y cuando se echó hacia atrás, cogió su cuchara "Tenías helado en el labio".

"Oh".

Sus pestañas cubrieron su brillante mirada "Vale. He mentido".

Pestañeé "¿Sobre qué?".

"El helado".

Me le quedé mirando y eché la cabeza hacia un lado "¿Has mentido sobre lo del helado en mis labios?".

Daemon asintió.

"¿Por qué?" Sentí un hormigueo de placer en mi labio inferior.

"¿Por qué no?".

Sacudí la cabeza "No te entiendo, no tiene sentido".

"Sí tiene sentido" Dejó su cucharilla en el bol vacío y se recostó sobre el respaldo del asiento. De sonreír con suficiencia, pasó a tener el entrecejo fruncido, haciendo que aparecieran arrugas entre sus cejas "Tienes los labios suaves".

"Yo..." No tenía ni idea de qué decir. Por cómo lo dijo no sonaba como un cumplido, como si fuera mi culpa tener los labiossuaves. "¿Qué? ¿preferirías que los tuviera agrietados y ásperos?".

"Sí".

"Vale, lo que tú digas" Dejé mi bol a medio terminar. Mi labio aún hormigueaba "Estoy lista para volver a casa".

Esas ridículas, pero envidiables pestañas se abrieron y me vi atrapada en la intensidad de sus luminosos ojos. El aire se escapó de entre mis labios entreabiertos como a una de esas chicas estúpidas que aparecen en las películas.

¿A quién pretendía engañar? Daemon conseguía convertir a cualquier persona del sexo opuesto en una de esas chicas estúpidas. Yyyyyy mi maldito labio seguía hormigueando.

Daemon abrió la boca, pero entonces volvió a cerrarla. Un músculo de su mandíbula palpitó "Vamos".

No tenía ni idea del por qué de su cambio brusco de humor, por lo que fui a deshacerme de mi tarrina, pero Daemon se interpuso y cogió nuestros envases. Después le seguí fuera, pensando que iba a ser un viaje de vuelta realmente extraño.

Como de costumbre, me dirigí al lado del conductor, pero recordé que Daemon me había quitado las llaves y aparentemente pensaba que yo era la muerte segura tras el volante.

Pero Daemon se paró y se dio la vuelta "¿Qué estás...?".

Me pilló tan desprevenida, que reboté sobre el increíblemente duro pecho de Daemon y me tambaleé hacia atrás.Su brazo apareció rápidamente y me tomó de la cintura. Mis manos volaron hacia arriba y se posaron en su pecho, para estabilizarme. Sintiéndome como una idiota, alcé la mirada hacia la suya. Y todo se congeló.

O al menos, nosotros lo hicimos. Creo que Daemon ni respiraba. Estábamos tan cerca que nuestros cuerpos se tocaban casi al completo, como aquella mañana. Una sensación de calidez fluyó desde mi cabeza hasta la punta de mis pies.

Su mano se deslizó de mi cadera, hacia mi espalda y se paró justo al borde de mi cabello, provocando una sensación de zumbido por todo el camino. Cuando bajó su cabeza y sus labios rozaron mi oreja, casi perdí la capacidad de respirar.

"Tienes que tener más cuidado, gatita".

Yo asentí, ida.

Daemon no me soltó. Su mano se agarró a la parte de atrás de mi camiseta, cogiendo partes de mi cabello. Un estremecimiento le recorrió - ¿o tal vez me recorrió a mi? No lo sabía. La anticipación y un deseo muy agudo complicaba las cosas. Su barbilla me rozó la mejilla y por un momento pensé...No sé qué pensé. Y no importaba, porque él me soltó y me rodeó. Sentí como si él siguiera allí, con su brazo a mi alrededor y sus labios peligrosamente cerca. Era una sensación que sabía que perduraría, como los sentimientos confusos que me atravesaban cada vez que estábamos cerca el uno del otro.

***

Esta es una escena eliminada de el primer libro, Obsidian, a mi me encantó, no sé porque la eliminaron.

Si pueden dejen su voto y comentario, que ayudan mucho y me dan ánimos para seguir ❤️
También pueden seguirme, estoy escribiendo algunas novelas y probablemente suba más extras de libros, porque a mí me encantan, por lo tanto, no encuentro razón para no compartirlos con otros fans.

Besos,

Agus.

Extras oficiales de la saga LuxWhere stories live. Discover now