El arte de desprenderse

¿Que harías si no tuvieras miedo?

Vivo creyendo que no le tengo miedo a nada, sin embargo, hay momentos en los que me doy cuenta que eso no puede ser verdad. Hay muchas cosas que nos hacen vivir encerrados, que nos podemos romper en cualquier instante y no nos damos cuenta de que estamos atrapados. A veces creemos que no le tememos a la muerte, a las reglas, a las consecuencias de nuestros actos, pero en realidad vivimos aterrorizados por eso, por el qué dirán, por lo que será "correcto".

Si yo no tuviera miedo, creo que sería más feliz, ya que tendría más seguridad en mí misma, enfrentaría mejor los retos y problemas, haría cosas que en otras circunstancias no me hubiera atrevido a hacer. No le tendría miedo a la vida o incluso a la muerte, a perder a un familiar o a una persona que tanto quiero.

Tendría más confianza, no tendría miedo a que me lastimen, a que me critiquen, al amor, a la oscuridad o a las películas de terror, a quedarme sola, al futuro, a no poder lograr lo que quiero, el realizar mis metas o mis sueños, el exponer y hablar en frente de la clase, hablarle a aquella persona que te atrae, a que alguien me conozca de verdad, y más.

Siempre he pensado que la vida sería mejor sin el miedo, ya que éste es el que nos provoca muchas cosas y no nos permite vivir en paz. Si no tuviera miedo, llenaría este espacio con más de mil renglones, daría a conocer cada una de mis fallas y defectos, sería la persona más sincera en este mundo. Esto y más, si no tuviera miedo...

Pero no es así, el miedo es necesario, porque nos protege del peligro. Sin él todo sería diferente, haríamos cosas peligrosas porque no tendríamos miedo. El miedo es parte de la vida, tiene su parte buena y mala, ¿Alguna vez te has preguntado cómo sería la vida si no existiera el miedo? Todo sería como si no sintiéramos nada, como si estuviéramos muertos por dentro, ya que el miedo es un sentimiento que nos provoca sentirnos vivos, el darnos cuenta de qué estamos hechos, de que somos reales y estamos aquí, en este mundo perfectamente imperfecto.

Tienes que tomar un límite del miedo que tengas o sientas, pero jamás, dejes que tome tú vida o que te controle.

Todo lo que siempre has querido está al otro lado del miedo.