Capitulo 42

893 31 12
                                    

Narra _____:

Como lo había predicho, y para mi mala suerte, estuvimos caminando como unas tres o cuatro horas por todo el maldito centro comercial, que por cierto era enorme, pero gracias a Dios al final Gissel encontró un conjunto que le fascinó. Yo por mi parte ya había comprado el regalo de Alfredo hace mucho rato.

Antes de que nos vayamos mi querida amiga vio un vestido y prácticamente me obligó a ensayarmelo. Era un vestido casual con estampado de flores. Cuando me lo puse se lo mostré a Gissel y le encantó. Al final, después de mucho rato, terminé comprándolo, no digo que no me gustara, me veía bien con el, pero si lo compré fue porque  según Gissel, el vestido me había quedado "espectacularmente hermoso" y pues, insistió mucho para que me lo llevara.

Volvimos a casa de Luis, eran mas de las dos de la tarde, ya habíamos comido algo en el centro comercial así que cada una se fue a su habitación y nos empezamos a alistar para irnos a lo de Alfredo antes de que nos haga muy tarde.

Me di una ducha y me coloqué nuevamente el vestido que había comprado recién. Me sentía rara, no suelo ponerme vestidos muy a menudo. ¡Aish! Ya qué, todo por hacerle caso a Gissel, me toca aguantarme.

Después de maquillarme un poco me puse unas sandalias blancas bajitas que quedaban muy bien con el vestido.

Al abrir la puerta para salir de mi habitación vi a Gissel, ya arreglada, estaba parada con la mano alzada como si fuera a tocar mi puerta. Me reí de la cara que puso al verme de repente.

— Estaba a punto de tocar para preguntarte si ya estabas lista.— Se río, luego me miró de pies a cabeza. — Hey, insisto que ese vestido es perfecto. Te ves muy bella.

— No tanto como tú. — Negué sonriendo. — Después de todo... creo que valió la pena caminar tantas horas.

—  No fueron muchas...

— Gissel, estoy casi segura que fuimos a todas las tiendas de ropa que había en el lugar. — La interrumpí graciosa.

— Bueno, como sea, nos vemos muy bien. Uy, de lo que se esta perdiendo Luis, estoy segura que se hubiera babeado encima si pudiera verte en estos momentos. — Reí por su comentario. Esta mujer exagera todo.

— Mejor ya vámonos, pendeja. — La abracé por los hombros y nos dirigimos así a la puerta principal para salir.

Íbamos a tomar un taxi pero el chofer de Luis se ofreció a llevarnos así que aceptamos, es más seguro. Le di la dirección a José cuando entramos al auto y nos pusimos en marcha.

Al llegar le agradecimos a José por traernos y bajamos del auto.

Estabamos frente a una casa igual de grande que la de Luis, hasta pareciera que en Los Ángeles solo hay mansiones. Llamé a Alfredo para estar segura que esa era su casa. Él salió a recibirnos, por suerte no nos habíamos equivocado de dirección. Lo felicité con un fuerte abrazo mientras le entregaba su regalo. Luego le presenté a Gissel.

Él nos hizo pasar y nos llevó al patio trasero de su casa, donde estaban todos los demás. En el camino nos presentó a su madre y a uno que otro familiar, ellos fueron muy amables y dijeron que nos sintiéramos como en casa.

En el patio habían muchas personas, unas sentadas charlando, otras paradas bebiendo, unos hombres preparando la comida en la parrilla y otras personas jugando en la piscina. La música estaba un tanto fuerte. Esto no estaba tan tranquilo como imaginaba que sería.

Nosotros optamos por sentarnos en unos puff's que estaban allí para charlar un rato.

— Y pensar que habías dicho que querías algo tranquilo, esto es casi como una fiesta ¿no? — Comenté haciendo que Alfredo riera.

Life is so Unpredictable (Justin Bieber y tú) ❤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora