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-¿Aún estás enojada?- preguntó Derek con la mirada sobre la carretera.

-¿Tú qué crees?- preguntó Lydia con notable enojo en su voz, sin quitar la vista de la ventanilla del copiloto.

Derek la había sacado de la fiesta en casa de Mason, según él porque había un chico que no le quitaba la mirada de encima, aunque era claro que ella no le había tomado importancia ya que no estaba interesaba en dicho adolescente.

Derek puso una mano sobre el muslo de Lydia, tomándola por sorpresa y haciéndola dar un brinco en el asiento.

-¿Qué haces?- preguntó la rubia fresa, mirando al hombre.

-Es mi forma de pedirte disculpas- dijo sonriendo el hombre lobo.

Lydia soltó un gemido al sentir los dedos de Derek rozando su intimidad por sobre la tela de su ropa interior. Derek sonrió al escucharla gimiendo y corrió la tela de sus bragas, metiendo un dedo dentro de su sexo. Comenzó a moverlo despacio para luego meter otro y acelerar sus movimientos.

-Derek... - dijo jadeando la rubia fresa, sus uñas enterrándose a los costados del asiento de cuero.

Lydia dejó escapar un quejido al notar como los dedos de Derek abandonaban su interior, dejándola con una sensación de vacío.

-¿Por qué paraste?- preguntó mirándolo a los ojos, mientras daba grandes bocanadas de aire.

-Para llegar rápido a casa- respondió Derek sonriendo y mirándola, metió los dos dedos empapados con los fluidos de ella dentro de su boca.

-Mierda- susurró Lydia al verlo chupar sus dedos, sintiendo un cosquilleo allí abajo donde la había tocado.

Dydia [one-shots]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora