Capítulo 3: Somos libres de hacerlo

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Tomoe dispuesto en conocer a su hermosa Nanami en desnudo, desató desde la cintura la yukata que llevaba puesta ella y luego por los hombros lo bajó lentamente para disfrutar mejor su vista; de poco a poco.

Dejó en libre primero su ceno izquierdo. Al verlo así, tan redondito, firme y bien moldeado, no resistió en colocar su lengua en la falda de aquella montañita. Dando circunferencias alrededor y subiendo asta su aureola ya hinchada por la excitación.

La lamió y succionó completamente. Luego descubrió el ceno derecho. Igualmente lo disfrutó con su boca lentamente. Mientras lo hacía de esa manera, se le escapó a Nanami unos pequeños gemidos que trataba de esconder mordiéndose el labio inferior.

Al escucharla Tomoe supo lo cuán placentero era para su amada. Se alejó para observar mejor su cuerpo completo, además de su encantador rostro rojo, ya parecía que se iba a convertir en un tomate bien kawaii. Estaba desnuda asta el ombligo. Lentamente su mano bajó, se dirigío asta debajo de la yukata.

-Ah... T- Tomoe...-. Gimió la pequeña castaña. La mano de su encantador humano se había escabullido dentro de la yukata y se dedicó a masajear la virgen parte más íntima de su amada; su vagina.

-¿Te gusta Nanami?-. Preguntó en un tono pícaro y sensual.

-T- Tomoe... S- Se... Se siente b- bien...-.

-Ya estabas mojada antes de que te tocara ahí, lo que quiere decir que esperabas esto con ansias-.

-¡E- Eso! es... pues...-. Apartó con vergüenza su mirada y luego los cerró fuertemente. Necesitaba hacerlo, la vergüenza era tanta que no podía verlo fijamente ni por segundos.

-Que linda eres Nanami-.

-Tomoe...-.

-¿Escuchaste bien esas palabras, verdad Nanami? Estoy siendo sincero. Ahora escucha esto, no las volveré a repetir-. Dijo con su típico tono serio.

-S- Si Tomoe-.

-Te amo, mi linda humana Nanami-.

-Gracias Tomoe...-. Finalizó sus palabras y alzó sus brazos rodeándolos en su espalda. -¡Ah!...-. Abrió en un santiamén sus ojos con pequeñas lágrimas al sentir dos de los dedos de Tomoe adentrarse en ella. -Ngh... To... Tomo... e...-. Dijo entre leves dolores. Pero el placer se apoderaba mas a cada instante.

Tomoe frotó y frotó por lo dentro sus dedos, para prepararla y asegurar que se moje completamente, así la entrada de su miembro sería menos dolorosa y mas satisfactoria. Hasta luego, tener la grandiosa idea de meter un dedo más. Tres dedos ya serían demasiada preparación para la virgen Nanami. ¿Qué pasaría si metiera los cinco? Que bueno que no lo hizo.

-¡Aaah!...-. Abrazó con fuerza a su amado tras la terrible entrada, casi clavando sus uñas en aquella espalda. -Tomoe... e- eso dolio... mucho-. Unas cuantas lágrimas cayeron. Reposó su cabeza en el hombro de su cónyuge y lo besó en el cuello.

Él continuaba con el trabajo de sus dedos. Ya parecía que el dolor se había quedado olvidado, ya que Nanami no hacia mas que menearse al compás de esos tres dedos complacedores.

Quitó Tomoe aquellos de ella, muy lentamente. Y con esa mirada demoniaca los dirigió a su boca y los lamió de uno por uno.

«¡Que vergüenza...!». El que él saboreara los líquidos internos de su misma persona, era un acto mas que suficiente como para avergonzar a cualquier primeriza. Por lo que ella utilizó sus brazos para tapar su rostro por completo para no mirar, ni ser vista.

-No trates de ocutar tu rostro Nanami, dejame ver todas tus expresiones. En vez de hacer eso, aferrate de las sábanas tanto como puedas-. Y sonrió algo maléfico.

Se sorprendió un poco Nanami, pero ya era mas que claro que ya era la hora de ser penetrada, y ella lo sabía. Sin decir nada, obedeció la recomendación de su Tomoe; se aferró. Pero no solo a las sábanas, sino que también sus uñas se clavaron levemente en el colchón suave. Comprimió con fuerza sus ojos y se escondió de hombros.

Tomoe se desnudó. Y aunque de tanta travesura su yukata se había deslizado dejando sus hombros y parte de su pecho descubiertos, no contó con la ayuda de Nanami para quitarle la ropa. Estaba ella completamente nerviosa y, aunque se lo pidiera de seguro se demorarían mas de una hora para que completara esa acción. Y ya no podían demorarse más, tenían que comenzar ya.

-Rápido...-. Se oyó susurrar de la castaña. Tal parecía que comenzaba a suplicar.

-Lujuriosa-. Sonrió de gracia.

-¿Eh? No. Ahm... yo... yo... ¡¡AH!!-. Gritó al sentir la gran penetrada apoderarse de ella en un movimiento directo y certero. -¡Ngh!.... Q- Que... ¿Ya- Ya... te colocaste el... el condón..., Tomo... e?, ¿tan... rápido?-. Alcanzó a decir Nanami con dificultad.

-¿Es que acaso no me pediste que me apresurara, Nanami?-. Pues si, ella se lo pidió y lo recibió; salvajemente.

Los movimientos se volvieron constantes. Y mas que satisfactorios, placenteros. El dolor que había sentido Nanami al ser penetrada ya se le había olvidado, ahora solo quería buscar más placer meneándose al ritmo. Bien es cierto que al principio duele pero luego se disfruta. Nanami curvaba su espalda con cada embestida directa.

Si, muy directas. Con su cintura, Tomoe daba presión completa a su amada, chocando al tope. Se regresaba hacia atrás para luego retomar con fuerza a el mas profundo interior. Embestidas muy constantes y cada vez mas rápidas. La locura placentera los apoderaba a ambos.

El sudor de ambos se mesclaba. Sus cuerpos eran uno. Sus movimientos ya estaban perfectamente sincronizados. Sentían sus corazones latir a mil. Aún mas el de la pequeña Nanami. Todo su cuerpo hervía de la vergüenza. Juntaron sus labios y lenguas algunas cuantas veces mientras continuaban con lo suyo. La respiración se volvía cada vez mas escasa. Solo un poco mas y ambos llegaban al climax.

Por supuesto que Nanami no se quedó callada tan sólo gimiendo y jadeando. Inesperadamente le exigía por más a su amado Tomoe, pedía embestidas mas fuertes, mas aún de las que ya le daba. Tomoe se divertía por ese lado lujurioso de su castaña. Y cumpliendo sus deseos la tomaba de la cintura fuertemente, y levemente alzándola la presionaba contra él.

Gritaron. Ambos gritaron al venirse. En sus límites, Tomoe y Nanami se corrieron exactamente al mismo tiempo. Un gran alivio salió con aquellos líquidos dispersados.

El semen de Tomoe se retuvo por causa del condón. Todos sus fluidos se quedaron. Y no llegaron a llenar el interior de Nanami con ese espeso líquido blanco. Aun así era mas que suficiente para ambos por ahora. Porque ahora al menos ya se conocían enteramente y ya se disfrutaron de igual manera. Lograron la satisfacción ambos fielmente.

"Somos libres de hacerlo". Fueron los pensamientos de ambos. Y claro, casados lo eran, podrían hacerlo cuando quieran, y claro está que con protección hasta que ambos decidan el tiempo en que dejen de usarlo.

-Disculpeeen, ¿toc toc? Vecinos, yo se que están ahííí, salgan a atenderme por favooor.

Alguien tocó la puerta, y muy animadamente además. ¿Era la vecina? Al menos no interrumpió, pero, aún así ambos tendrían que apresurarse para cambiarse, pero no tan solo eso, sino que también tendrían que quitarse ese aroma a "sexo" recién hecho impregnados en sus cuerpos. ¿Para que vendría la vecina? Seguro nada mas para visitar a los nuevos ¿no?

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Buenos días, tardes, noches o madrugadas!
Aquí doy por finalizado este cap. Espero que lo hayan disfrutado. 7u7.
Y muchas gracias de antemano por los que leen y leerán hasta el final.
Xiao!

(1210 palabras)

Nuestra Vida Juntos - Kamisama Hajimemashita [En Proceso]Where stories live. Discover now