Capítulo 2: Siempre juntos

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-Tomoe...-. Se exaltó un poco después de que sintiera la respiración de Tomoe cerca a su cuello. Su voz lo demostraba al pronunciar el nombre de su demonio convertido en humano. -Yo también, te amo Tomoe. Es por eso~-.

-Es por eso que te casaste conmigo Nanami-. La interrumpió antes de que pudiera terminar su oración.

-S- Si, pero... Tomoe ahora no, es mejor que sea cuando seamos adultos Tomoe...-.

-Yo ya lo soy-. Lo dijo con la mente y conciencia de un demonio.

-Ahora ya no lo eres. Y yo tampoco lo soy. Si me das un hijo no podríamos mantenerlo ahora debidamente Tomoe-.

-Entonces lo haremos con protección-.

-T- Tomoe, ¿sabes sobre eso?-. Dijo sorprendida y algo nerviosa a la vez.

-He averiguado todo sobre los humanos. ¿Acaso tú también lo sabes Nanami?-.

-C- Claro, en... la escuela primaria lo explican...-. Dijo con dificultad.

-Se dice que si una pareja aun no desea tener hijos, puede ponerse un condón para impedir que los espermatoz~-.

-T- ¡Tomoe!-. Tapó su boca instintivamente al escuchar que los labios de Tomoe completarían la palabra "espermatozoides".

-No te preocupes Nanami. Confía en mí...-. Volvió a su oído y le susurró, causando una pequeña resonancia en los oídos de la castaña, haciéndola desvanecerse, sin decir más y, dejándose llevar.

A pesar de que Nanami trató de apartarse de él minutos antes y, lograra alejarse levemente, Tomoe no había soltado su cintura. Solo tuvo que apegarla nuevamente una vez más. Al hacerlo Nanami soltó un pequeño ruido, que no era un gemido, era la presión de sus pechos combinado con el susto de ella.

Su primera vez de Nanami, y probablemente también de Tomoe. Aunque sea con una fina capa dividiéndolos lo iban a hacer.

Al ver Tomoe a su dulce castaña asustada, decidió tranquilizarla con un beso, empezando con uno tierno. Muy buena elección para lograr que Nanami correspondiera y, perdiera su temor. Le dio el segundo beso, otro corto pero tierno. Luego el tercero de igual manera.

Nanami con sus manos en los costados de su "humano", cerca de su cintura, toma de su ropa y aferrándose lo jala hacia ella. Insinuaba un beso más profundo, lo cual Tomoe lo entendió al instante en que ella hiciera eso y agregase una presión a los labios de su amado.

Ambos se dejaban llevar con aquellos besos. Se separaban solo para recobrar su aliento y continuaban. Ahora ya no eran besos tiernos, sino que se habían vuelto profundos, intensos, apasionados. Sus lenguas demostraban su amor.

Sus cuerpos pedían más, Nanami podía sentir su duro miembro de Tomoe, sentía que crecía mas y mas. Ya llegaría la hora en que este entrara en ella.

En plena batalla entre sus lenguas, Tomoe lentamente bajó su mano asta el trasero de su querida, las amasó despacio por un momento, provocando a Nanami sonrojo y deseos de placer. Él sosteniéndola desde ahí, trato de alzarla. Sin apartar sus labios y su lengua de Nanami.

Ella sentía como las manos de Tomoe la sostenían ahí mientras la cargaba, así que colocó sus piernas alrededor de su hombre. De esa manera se aferraría más.

Comenzó a avanzar sus pasos con su liviana humana en brazos. Ya iba siendo momento para proseguir en un lugar mas cómodo, en vez de quedarse parados y tambaleantes.

-¿A donde me llevas Tomoe?-. Preguntó al sentir que Tomoe caminaba con ella cargada.

-Obviamente a nuestra habitación, tontita-. Era frío y se creía superior, pero mejor es decir las cosas en diminutivo para no ofender. -Continuaremos cómodamente ahí, ¿no crees?-. Dijo sonriendo amablemente a su castaña.

-Si, es verdad Tomoe-. Correspondió con otra sonrisa de la misma manera.

Llegaron a aquella habitación que compartirían. Tomoe la echó en la cama, esa cama de doble plaza que iban apenas a estrenar. Quedando él encima de su amada.

Se miraron por segundos. Nanami cerró los ojos y como por instinto se acercó hacia el cuello de su Tomoe, besándolo suavemente, lo cual hizo sensibilizar aún mas esa parte a su querido humano. Eso lo excitó mucho más, así que con un toque de ferocidad se le interpuso a su Nanami, no se dejaría ganar y, la besó sin parar en su suave y exquisito cuello. Ya no era un demonio pero lo parecía. Lamió y besó muchas veces los dos lados libres de su cuello, mordisqueándolo levemente. Dejando una sensación de calentura, que causaba la saliva de aquel hombre, mas su respiración rozándola.

Ante eso, Nanami no podía evitar sentirse subir hacia una dimensión distinta, completamente diferente a las que había experimentado como una Diosa. Su mente no pensaba en nada mas que en ese preciso momento. ¿En verdad lo harían?. Su cuerpo no evitaba estirarse con cada rozo de sus labios sobre ella.

Nanami ya no tenía su kimono de novia, al llegar a aquel lugar se lo quitó, ya que era muy pesada. Solo tenía puesta una yukata con ella, al igual que Tomoe también sólo llevaba su yukata, algo mucho más ligero.

Así, sin dejar de acariciarla con su labios, su pálida y tersa mano abrió espacio en el cuello de la prenda, comenzando a buscar esos par de exquisitas aureolas. Suaves, como si se tratara de la piel de un bebé.

En ese momento, a Tomoe le habían entrado esas grandes ganas de poder conocerla mejor, conocer cada rincón de su cuerpo. Claro, él ya sabia exactente la estructura de Nanami. Cuando era un demonio se convertía varias veces en ella, por varias circunstancias justificables. Tal vez la exageraba con algunas cosas. Pero, ya sabemos que no aprovechó esa ventaja para algo más, él es un muy digno familiar que sabe respetar, amenos cuando estuvo pasado de copas.

Su cuerpo de la castaña inmediatamente lo percibió, esas grandes manos de su amado, tan protectoras, se estaban aventurando en su cuerpo. -T- Tomoe...-. Dijo levemente. -Te amo... mi Tomoe...-. Dijo entre suspiros, mientras se exaltaba.

-Siempre te amaré, siempre estaremos juntos Nanami...-. Al decir eso, subió nuevamente hacia los labios de su castaña, besándolos tiernamente y volviéndolo levemente apasionado.

«Si... Tomoe... ahora es mi esposo..., estaremos por siempre juntos asta que alguno de los dos muramos primero». Llegó esos pensamientos a su mente mientras Tomoe la besaba. «Incluso... dejó de ser un yōkai por mí.... Al casarnos nos convertimos uno en alma. Y ahora... nos convertiremos completamente uno en cuerpo... Estoy tan feliz de tenerlo, en verdad amo a este mi Tomoe, que alguna vez fue un demonio y mi familiar». -Siempre juntos mi Tomoe-. Logró decir en la separación. Con toda esa exaltación trató de sonreír debidamente. Y lo hizo. Se sentía muy dichosa de que sea suyo.

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Buenas!! (Esta vez fueron 1111 palabras UwU).
Asta aquí les dejo el lemon x el moments.
Espero les haya gustado.
Si tienen en mente algo que desearían que suceda, diganme en los comentarios. Así me darán ideas. Ya que muy pronto las perderé. X'D
Arigatō por leer.
Bueno... Cuidaos!

Nuestra Vida Juntos - Kamisama Hajimemashita [En Proceso]Onde histórias criam vida. Descubra agora