730, Washington 1860

51 3 1
                                    

Las risas resonaron en mis oídos y el tintinar de las copas repletas de vino me desconcentraron, los pensamientos llenaban mi mente. Mi mirada estaba perdida entre los invitados de la fiesta, sus risas, la forma en la que agarraban sus copas... estaban centrados en sus charlas, en que sus trajes estuvieran relucientes... las vestidos impecables y los peinados frescos, miré a Charlotte una de mis amigas

-- Creo que Will le hubiera encantado esto-- sonreí y sentí cada vez más helado el aire que soltaba mi abanico

--Yo lo dudo --dijo mi amiga pelirroja acomodándome el sombrero -- No ha sido el mismo desde hace mucho tiempo y más que otras personas tú lo sabes

Me miró un tanto triste con sus ojos color almendra, ella tenía razón, Will odiaba venir a este tipo de eventos después de haber descubierto su padecimiento ya que la aristocracia solía tratarlo como un acto de caridad " ¿necesitas dinero William?" "debe ser difícil ser tú, haremos una campaña para recaudar dinero para tu trágica enfermedad", entonces miré la fiesta , estaba en pleno momento lo que me parecía excitante.

--Sophie-- dijo una voz conocida y miré a mi madre que tenía su cabello negro muy bien agarrado en una coleta y su vestido blanco más que impecable y sus ojos cafés parecían presionarme-- es un momento muy indicado para que busques... un buen marido

Fruncí el ceño, mi madre seguía con ese cuento, bufé un tanto enfadada. Miré a Charlotte y ella me echó una mirada de extrañeza, sus ojos almendrados, su cabellos rojizo caoba y su piel blanca llena de pecas... tal vez ella si pudiera encontrar un hombre que la amara, la quisiera, le diera una familia... mientras que yo... tal vez sería diferente, aparté la cara de golpe esperando que ella no lo hubiera notado

--No estoy para eso, madre-- dije con voz más pasiva que encontré en mi interior y entonces pensé en mi hermano... me quedé helada, tragué saliva -- Will me necesita

--Me necesita más a mí, soy su madre, tú deberías apoyarlo teniendo a un hombre a tu lado que te dé dinero, y dándole sobrinos

--¿Alguna vez has pensado en que necesita? -- dije enfadada-- ¿alguna vez has puesto en sus zapatos?, has observado sus expresiones, nunca lo hiciste porque eres una egoísta madre, bien sabes que él no necesita sobrinos y menos en sus condiciones y lo que dijiste de obtener dinero... ¡oh madre! La única que necesita dinero eres tú

--¿Por qué sería para mí? -- replicó-- tu padre...

--dejó lo suficiente -- la interrumpí -- mira a tu alrededor madre, vivimos en un ambiente en el cual no nos falta nada, un ambiente en el que nos sobra para hacer tontas fiestas ¿Crees que a esta gente le importa Will? No, no ¡no! Para ellos Will es un acto de caridad ¡UN MALDITO ACTO DE CARIDAD!

--Sophie... creo que deberías calmarte --me dijo Charlotte horrorizada observando como la multitud se remolinaba a nuestro alrededor y tocándome el hombro, me levanté de golpe dejando que su mano cayera

--creo que tú solo crees en tu bien madre -- proseguí -- y si quieres una razón por la cual no busco marido es... ¡POR QUE NO ME HE ENAMORADO DE NINGÚN MALDITO BASTARDO NEOYORQUINO!

Estaba lloviendo pero no me importó , salí caminando del césped siendo el centro de atención y entre esa atención estaba la de mi madre.

Miré al cochero con amabilidad, tal vez con una lágrima cayéndome por la mejilla, por la intensidad de su mirada

--¿ A dónde quiere ir señorita Roberts? -- preguntó mirándome

--A casa... o a algún lugar al que pueda llamar hogar -- miré la ventana, mientras las gotas de agua caían por el cristal, tal vez mi madre regresaría una hora o dos después de la fiesta enfadada lanzándome un sermón sobre mi mal comportamiento... y como debo ayudar a mi familia, entonces escuché la risa tierna del cochero

Hasta que la muerte nos alcanceWhere stories live. Discover now