Hasta que la muerte nos alcance

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Estaba en casa recostada en mi cama mirando al techo con melancolía, lo que me hizo estremecer, levanté mi mano pálida en un intento desesperado de saber si eso era real... se notaba real, mi cuerpo creía que lo era y eso fue lo que me sorprendió, me levanté de mi cama y vi mi habitación, tal como la había dejado antes de irme

¿En serio estaba en casa? ¿Entonces todo fue un sueño?

--Hola Balerina mea ¿Cómo estás? Tuviste un resfriado horrible mucha fiebre tardamos en bajártela

--¿En-en serio? – dije asustada

--Sí, Lucie... nuestra madre... y yo estuvimos ayudando con turnos para cuidarte

Miré a Will con dulzura y tomé su manga

--Will discúlpame por haberte dejado creí que... podría ayudarte con algo que no arruinaría tu vida y te alejara de mi lado

Will me lanzó una sonrisa cariñosa y me miró

--¿Sabes? Tú siempre me has ayudado y me has protegido... pero esta vez no debiste ir tan lejos... pero no me importa sólo quiero que luches por lo que quieres yo sé que no quieres quedarte miserable, así que lucha Sophie, lucha

Me dio un beso en la frente y vi como el hielo de sus ojos comenzaba a desvanecerse...

Escuché una trompeta sonar muy fuerte en la habitación haciéndome despertar con una bocanada de aire

--Will—susurré cuando abrí los ojos

Me encontré en la misma habitación que ayer y refunfuñé con fuerza

Diablos ¿ahora qué tengo que hacer? Pensé frunciendo el ceño

--Los quiero en el campo en dos minutos ahora—gritó una voz conocida y luego se escucharon unos pasos fuertes alejándose

Me levanté con rapidez para no retrasarme y en ese momento me percaté de la situación en la que me encontraba iba a cambiarme junto otros 19 hombres

¿Cómo iba a cambiarme con tantos hombres ahí? Tenía que pensar un plan y rápido... si no...

No, no ¡No! Eso no iba a suceder

Me quedé en la cama y maniobré para quitar los brazos de las mangas de la camisa sin quitármela luego me puse la chaqueta de un verde olivo del uniforme y comencé a bajarme la camisa con cuidado y luego me bajé de la litera, miré alrededor y comencé a bajarme el pantalón con el que había dormido poniéndome el del uniforme, tuve que remangarme varias veces para que me quedara el pantalón y la chaqueta, me puse el casco y las botas y salí apresurada de ahí viendo como los demás chicos avanzaban hacia el campo

Corrí los más rápido que pude y me formé en la línea que ellos estaban haciendo volteé hacia un lado y hacia el otro cuidando que algún oficial al mando no me hubiera visto pero no vi a nadie y suspiré aliviada

--¡ROBERTS! —gritó alguien detrás de mí haciendo que yo saltara volteé escuchando risas de mis lados y me encontré cara a cara con el Coronel Mayor --¡FIRMES!

Me puse lo más derecha que pude con las manos rígidas en los costados aún conmocionada por el susto

--¿Acaso no escuchó la trompeta Roberts? – preguntó el Coronel Mayor sin inmutarse ante mi expresión

--Sí la escuché, señor

--¿Esperaba, acaso que yo fuera por usted lo vistiera y lo trajera al campo Roberts?

--No, señor—dije con la cabeza agachada

El Coronel Mayor me lanzó una mirada inquisitiva

--Ya veo—se volteó hacía los demás chicos—Hagan 10 filas con 4 integrantes cada columna ¡AHORA!