Capítulo 5 (Maratón 1/3)

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Narra Justin:

Llevo más de una semana sin pedir pizza, me da vergüenza que me vea pedir tanto, ¿qué se va a pensar que soy? ¿Y si see cree que me hago miles de operaciones y que soy de plástico? Porque no es normal que esté cada dos por tres pidiendo pizza. Joder, se va a dar cuenta de que quiero verla.

"¿Y si en vez de que pagues un dineral por un catering de pijos, pedimos unas pizzas a domicilio y fin?" Oigo a Scooter y salgo de mis profundos pensamientos.

"¿No lo pagabas tu todo?" Sonrío picaramente y Scott se ríe.

"Si pides pizzas, sí." Paro de reirme más rápido de lo que pretendo y Scooter frunce el ceño. "¿Qué te pasa?"

"Nada, nada, me he acordado de una cosa." Sacudo la cabeza y me levanto, me dirijo a mi cartera que está al lado de la entrada y miro el dinero que tengo. No sé si con 100$ voy a tener suficiente para tantos invitados. "Tendré que salir a por más dinero, a un cajero y de pasó me pasaré por Pizza Hut, las pido allí y las dejo pagadas, que las traigan luego."

"¿Por qué no las pides a la pizzeria a la que has estado pidiendo?" Dice, me giro y está levantando una ceja, conozco de buena mano ese gesto. "Por tu basura parece ser que solo comes pizzas ya."

"No, no, eso es que vinieron unos amigos y eso." Digo nervioso viendo la basura.

"Pero si parecías un ermitaño, solo como la una." Dice Scooter riéndose. "¿Puede ser que hayas tenido un encontronazo con algún repartidor gilipollas?"

Al oír como dice 'gilipollas', la sangre me hierve sola, no quiero que la llame así, no. "No." Siseo. Me dirijo a los ventanales y observo gustosamente el paisaje. "No es gilipollas."

"Vaya, disculpa. No sabía que tenías tanta empatía con los repartidores de pizzas." Dice Scooter con un tono burlesco.

"Tengo que decirte algo." Me giro y me apoyo en el ventanal, me da un poco de ansiedad pensar que si esto se rompe, me voy detrás para siempre.

"Adelante." Scooter se apoya con los codos en sus rodillas. "Eso es lo que quería oír."

"Es una chica la que trae la pizza." Cojo aire y lo suelto. "Es Léa."

"¿Cómo que Léa?" Dice Scooter mirándome confuso. "¿Quién coño es Léa?"

"Oh, por Dios, Scooter." Digo negando con la cabeza decepcionado y me voy hacia la entrada del piso, mirando un folleto de publicidad de la pizzería en la que trabaja Léa. "¿De verdad que no te acuerdas?"

"Pues no, sino te lo diría y me hubiese asombrado, ¿no crees?" Alza un ceja y enciende el televisor. Veo que se muere de ganas por saberlo, que alegría.

"Es la chica de la que te llevo hablando años, que conocí por internet." Suelto de golpe.

Scooter pone en un segundo el televisor en silencio y se gira rápidamente. "¡¿Esa?!"

"A ver, no es esa." Digo algo molesto y me dirijo de nuevo a dónde está el, me siento lejos de él para poder verle al completo. "Es ella."

"Bueno, disculpa, ella." Dice rodando levemente los ojos. "¿Y qué pasa? ¿ahora que os habéis conocido ha huido de ti, ha encontrado trabajo e intenta evitarte pero tu no paras de llamarla para que te traiga pizza?" Se le escapa una leve risa y me contagio, pero la realidad no es graciosa. Para nada. Soy un cobarde.

"Ojalá fuese sólo eso." Digo negando con la cabeza decepcionado.

Scooter deja de reírse y frunce el ceño. Sí, Scooter, es eso. Nos quedamos en silencio unos segundos, los cuáles son muy incómodos. Está esperando a que yo hable por mi mismo, pero no soy capaz, esto me lo tiene que sacar hasta con pala.

CatfishDonde viven las historias. Descúbrelo ahora