¿Qué pasaría si te dijeran que realmente no estás loca? Que en realidad la voz que has escuchado en tu cabeza todo este tiempo es real, que no eres tan normal como pensabas, y que eres portadora de una habilidad que muchos desearan y te querrán arra...
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Las gotas de lluvia golpean mi ventana creando un sonoro y relajante sonido para mis oídos. Solo había dormido una hora. Me levanté de la cama sin muchas ganas, hasta que recordé la pista sobre Dominique que había encontrado la noche anterior. Lo busqué entre las cobijas. No estaba. Mi respiración se aceleró.
Espera, tranquilízate. Estaba aquí hace un rato, antes de quedarme dormida.
Estaba tan preocupada por lo que había visto la noche anterior que no tenía cabeza para pensar. Me puse de rodillas en el suelo, y miré bajo la cama. Ahí estaba lo que buscaba. Metí la mano estirándome para alcanzarla, la tomé. Me levanté un poco puse los codos sobre la cama y me quede aún ahí de rodillas, mirándola sin siquiera parpadear.
—No deberías guardar ahí tu tarea —dijo una voz a mis espaldas.
Dí un ligero brinco arrugando la hoja entre mis manos. Me asusté. Volteé un poco y pose mi mirada en Amber, quien tenía el ceño fruncido. Me llevé la mano derecha al corazón y suspiré.
—Me asustaste.
—¿No, en serio? Pero si no lo noté —me dijo con sarcasmo—. Perdón, es solo que no creo que sea un buen lugar para guardarla.
—Gracias, lo tendré en cuenta para la próxima —dije moviendo la cabeza de arriba a bajo.
—De nada —sonrió, se levantó y entró al baño.
Tomé todas mis cosas necesarias para ir cuarto de duchas. Salí de la habitación descalza y caminando lo más rápido que el letrero de: «no correr en los pasillos», me lo permitía. Había chicas duchándose pero aún había también cubículos vacíos, entre en uno de ellos, me saqué toda la ropa y comencé a ducharme, de repente una voz en el cubículo de al lado gritó atrayendo mi atención.
—¿Violet, dónde estuviste el lunes?
Violet, he oído ya una vez ese nombre.
Pensé. Al parecer Violet había sido la chica que había mandado a Will a darle el aviso de la simulación de batalla a Denisse. Pero, ¿quién era? Aquel día había visto tantos rostros que nunca supe cuál era el suyo.
Quité un poco el jabón de mis oídos para oír mejor lo que decían.
—Estuve arreglando unos asuntos que me encargó Denisse —respondió la voz dulce que parecía pertenecer a Violet.
—¡Vaya! Denisse te tiene mucha confianza —dijo una tercera chica.
—Sí, y me siento muy honrada por ello —dijo Violet—. Bueno me tengo que ir, necesito hacer unas cosas.
Sus pasos se alejaban cada vez más hasta que dejaron de ser sonoros para mis oídos. Aún tenía la duda de la identidad de Violet pero sabía que tarde o temprano la sabría. Era una academia tan pequeña que era muy difícil que nadie no se conociera, tal vez podrías no hablar con las personas pero por lo menos deberías saber su nombre y conocer su rostro.
