RUNAWAYS

5. Cercanía

Después del primer entrenamiento con Axel había descubierto que mi condición no era tan buena como pensaba. Estuvimos haciendo diferentes ejercicios por casi tres horas. Cuando encontré el camino a mi habitación – con la ayuda de Axel – y estuve sola me tiré en la cama y podría haber jurado que no sentía mis piernas. Podía escuchar el latido de mi corazón. No quería volver a correr al menos en un año.

-          ¿Qué tal el primer día de entrenamiento, Molly? – preguntó Audrey irrumpiendo en mi habitación después de la cena, dejó un montón de ropa deportiva al pie de mi cama – Axel dice que estuviste bien…

¿Bien? Sé que él pudo ver mi rostro de extremo cansancio después de terminar cada actividad, sospechaba que sabía que quería vomitar durante todo el proceso. Supongo que “bien” es el término amable.

-          Fue un infierno – contesté lentamente. Ni siquiera levanté la cabeza para ver a Audrey a la cara.

-          Oh, vamos… no pudo ser tan malo. Si tu entrenador dice que estuviste bien es porque en verdad lo hiciste de esa manera, dice que nunca había visto a una chica correr tan rápido y por tanto tiempo…

-          ¿De verdad dijo eso? – pregunté levantando la cabeza a medias.

-          Axel nunca miente, al menos no a mí – respondió sonriente.

Su comentario hizo que me volviera a preguntar si había algo entre los dos.

-          ¿Tú y Axel son… pareja? – pregunté dudosa.

-          ¡No! – contestó de inmediato - ¿Por qué lo pensaste?

-          No lo sé, cuando supe que Jack y Becca eran novios y los vi a ustedes supuse que también tenían algo.

-          Jamás – dijo riéndose – Quiero decir, Axel es atractivo y esas cosas pero ambos nos vemos como hermanos…

Un extraño alivio se apoderó de mi cuerpo, me quedé quieta preguntándome porque me daba tanta curiosidad.

-          No me digas que te gusta Axel – susurró Audrey.

Maldición, sabía que no debía preguntar sobre esos asuntos. Era vergonzoso que siquiera pensara que me gustara.

-          No me gusta – mi respuesta sonó lo suficientemente convincente.

-          ¿Y no te parece guapo? – quiso saber con ese tono indagador y curioso que daba a entender que no se rendiría hasta obtener una respuesta.

-          Yo… él es… si es guapo – balbuceé.

-          Él es tan reservado – empezó Audrey – Desde que llegó aquí no hemos sabido que salga con alguien o que siquiera tenga interés en una chica, supongo que debe tener algunas aventuras, no creo que sea virgen o algo por el estilo pero definitivamente es demasiado misterioso con sus amoríos.

-          Siento que no deberías estar contándome esto… - dije atontada por el exceso de información.