Hopeless.(Draco Malfoy y la Hija de Voldemort)

Capítulo 34: City of Stars.

Draco PoV:

Elaine Riddle era una bala perdida. Desde el primer día había sido especial, distinta a los demas. Una loca inteligente, loca arriesgada, loca centrada en si misma y loca por si sola. Alguien que había existido como la excepción a una regla que alguien había impuesto. Quizás influyera el hecho de que ella odiaba las reglas, las entendia sin duda, pero la mayoría de reglas no tenían sentido para ella, por lo que hizo su propio libro de reglas con las que jugar.

Si alguien es dañado, llora. Ella ríe.
Si alguien esta enfermo, pide ayuda. Ella sonríe, enseña sus heridas y dice que nunca a necesitado ayuda.
Si alguien querido vuelve, sonríes. Ella llora.
Si alguien es derribado, se levanta. Ella arrastra al oponente al suelo y hace que se arrepienta de haberla tirado en primer lugar.

Cuando el mundo quería las respuestas, ella hacia preguntas.

Elaine Riddle nunca había hecho lo que se suponía que debía hacer, y, no iba a empezar ahora. Porque...¿para que explicarme que pasaba cuando podía llorar, y reír, y hablar con sus voces mientras se quedaba dormida? Para que.

Observe como Peter la metía a un cuarto con cuidado, evitando despertarla mientras susurraba las ultimas estrofas de aquella canción de los Beatles. Su habitación estaba a oscuras, pero aun así pude divisar las estanterías repletas de libros, y de otras paginas mucho mas finas. Decenas y decenas de libros como única decoración de la habitación. Sonrio, recordando todas las veces que ha soltado alguna frase poética y me preguntaba si había bebido alcohol. Ahora sabia de sonde venia toda la imaginación de Elaine.
Peter la arropo en la cama, y parecía estar a punto de darle un beso en la frente por lo que decidi que era él mejor momento para alejarme.

El salón olía a una fragancia intoxicante de humo y whisky, y era tan jodidamente de Eliane que dolía solo de imaginar que la había llevado a beber así de nuevo.
Suspire, aferrándome a la fragancia mientras oía como su amigo cerraba la puerta de la habitación. Lo primero que registro al mirarlo es incomodez, y apostando por el tono rojo de su piel me atrevería a decir que también vergüenza.

—Tiene un montón de libros—me obligo a hablar, intentando aligerar él ambiente.

—Jesús, si—exclama y suelta una risa cariñosa—.  Ha llenado su colección desde se se fue, tenía que ponerse al día con Iron Man.

—¿Iron Man?—pregunto, recordando como su padre la instigaba diciendo que los Riddle eran de hierro.

Peter hace un ademán con la mano:

—Su superheroe favorito, estaba obsesionada con él cuando nos conocimos—su sonrisa, antes cariñosa, se vuelve amarga rápidamente—. Que poético, él también es alcohólico.

La habitación se queda en silencio justo después de aquella afirmación. Él también parece reacio a escuchar la palabra alcohólico en voz alta. Como si no fuese tan grave mientras esta en tu cabeza, pero en él momento en el que la dices en alto se convierta en verdad. Peter decide ser él primero en romper él silencio esta vez, sentándose a mi lado y dándome una sonrisa tentativa.

—Mm...—se aclara la garganta Peter, mirando derrotado mientras toma asiento a mi lado—. Recuerdo tocarte el culo, por lo que supongo que tu eres el novio de Elaine.

Habla rápido, gesticulando con las manos como si no pudiese dejarlas quietas en ningún momento. Yo asiento despacio, girando para mirarle mientras sonrio cínico.

—No soy su novio—digo, y espero que no suene tan amargo como se siente.

Él resopla, hace un ademán con la mano y me sonríe radiante:—Por favor, supe que estaba colada hasta la médula por ti cuando te comparó con lo que mas quiere en el mundo.