Fueron separados de pequeños, dejándolos con pesadillas por la noche y sueños por el día. Un repentino evento en Madrid hiso que ambos se reencontraran luego de casi 15 años.
¿Tendrán los mismos deseos que cuando niños?
— Devuelveme mi cochecito!! — Peter daba vueltas a la mesa de centro del salón.
— Y que gano yo con eso? Has roto mi muñeca preferida!! Si te lo devuelvo no va a volver a estar como antes!! — Susan corría por delante y lloraba.
Peter se abalanzó sobre su hermana y le quito aquel auto de juguete por el cual peleaban. Susan corrió y se escondió detrás del sofá, mientras lloraba más fuerte.
— Que está pasando aquí? — ____ entró en el desordenado salón. — Peter!!
— Ma! Yo no fuí!! — Apunto el sofá donde se escondía su hermana.
— Susan? — Corrió el asiento hacia delante, y detrás de este salio una pequeña niña triste y enfadada corriendo.
— Dejadme sola!! — Rumbo a su habitación.
— Peter, que has hecho? — Bufó.
— Por que siempre que Susan llora, yo debo tener la culpa? — Volvió a bufar, mostrandole a su madre que si era culpable del comportamiento de su hermana. — Esta bien... Hace una semana, aposté con Ed a quien lograba ser maligno primero, así que para tomar ventaja rompí una muñeca de Susan... — Miraba triste y arrepentido a su no orgullosa madre.
— Esas cosas no están bien. — Lo tomo por los hombros y se coloco a su altura. — Por ésta vez te salvaste, ve a tu cuarto y ordena tus juguetes, vienen unos amigos a pasar el rato y la casa debe lusir reluciente. — Beso delicadamente su frente y se dispuso a ordenar un poco el salón de casa.
Luego de varias horas ordenando, Ruben se abrió camino por la puerta principal, encontrándose con su mujer agotada y agobiada ya que no lograba ordenar lo suficientemente rápido como ella habría querido.
— Buenas tardes, amor. — La tomo por la cintura y le besó, atrevidamente, el cuello.
— Ruben... — Rió picara. — Están los niños... — Le seguía el juego y lo besaba aun más.
Siguieron jugueteando por unos minutos más, hasta que se sobresaltaron al sentir un portazo proveniente del segundo piso. ____ le explico a su marido que los niños anteriormente habían tenido una leve pelea y Susan había resultado perdedora de aquella.
Ruben subió a la segunda planta y abrió la puerta de la habitación de su pequeña hija.
— No quiero hablar con nadie. — Sollozo tras sollozo.
— Hija... Por favor. — Ruben cambió su tono, a uno triste. — No estés así, sabes que puedo comprarte otra muñeca...
— Esa era especial, era la que ocupaba mamá cuando pequeña... Me la regaló la abuela por mi cumpleaños... — Se largó a llorar.
— Tranquila, tranquila... — La abrazó y le acaricio el cabello. — En esta vida todo tiene solución, menos la muerte. — Ruben puso cara de tontaina.
Susan rió por lo bajo.
— Que tal si nos damos una duchita para luego terminar de ordenar tu habitación? — Susan asintió y abrió sus brazos para ser tomada por su padre. — Hoy vienen todos a visitarnos, tenemos una sorpresa!!
————— ♥ —————
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
————— ♥ ————— (Si, asídepequeñaesSusan)
Un par de horas mas tarde...
— Para que querías que estuviéramos todos aquí? — Mangel estaba ansioso, odia las sorpresas.
— No me digáis que vais a tener otro bebe, por favor... — Ruben y ____ abrieron sus ojos como platos. Negaron rotundamente.
— Cheeto, no digas tonterías por favor!! — Alex soltó unas carcajadas y cerró su boca al ver que nadie le seguía. — No creéis que dos ya es suficiente?
Todos rieron.
— A ver, a ver... Que es eso que tanto querías decirnos? — Luzu dio "leves" golpes a la mesa, haciendo que los pequeños se voltearan a ver asustados. — Lo siento, pequeñajos.
Ruben miró a su mujer emocionado y colocó cinco sobres encima de la mesa.
