capitulo 39: "Su muerte"

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Alex.

  Lamentarse no sirve de nada, no cambiaremos el pasado y mucho menos volveremos el tiempo atrás. Siento un poco de culpa por no haber escuchado a Tyler, se merecía al menos que lo escuchara. Pero ya mis actitudes y decisiones no puedo cambiarlas. De todos modos, considero que en este momento tengo otras cosas de las cuál preocuparme. Cómo lo es mi familia. Necesitaba hablar con mi madre cuánto antes.

  El mayor dolor que siento en este instante es el que causó mi madre con su plan ridículo. Después de que más seis disculpas nuevamente de Andrea. Me dirijo a mi última clase correspondiente a Inglés. Mis ánimos no eran los mejores pero decido tomar apuntes y presentar la mayor disposición posible. No deseaba que se presentara el mismo inconveniente de la clase anterior. La campana de salida suena y todos salen del aula rápidamente. Recojo mis cosas y olvido despedirme de Lucas, es muy urgente que hable con mi madre asi que me dirijo a la casa blanca.

   Llevaba mucho tiempo sin venir acá y después de la muerte de Alexander y papá, nada es lo mismo. Paso saludando al vigilante y estaciono el auto. Me dirijo a su oficina donde debería estar pero la encuentro completamente vacía. Camino por toda la casa hasta encontrarme con Susan, su secretaria.

– Hola Susan, ¿Has visto a mamá? – le pregunto con una ceja alzada.

– Hola Alexandra, salió hace tiempo. No debe tardar en llegar.

  Me parece tedioso esperarla en su oficina. Así que decido ir a la habitación de mi persona favorita, la habitación de mi hermano. Tenía mucho tiempo sin venir acá y éste lugar me llena de recuerdos. Todo se encuentra completamente igual que la última vez y siente aún su dulce aroma de siempre. Veo su camisa favorita de cuadros roja con negra y resulta inevitable llegar al recuerdo del día de su muerte.

*flashback*

Alexander y yo no solo éramos hermanos sino mellizos, nuestro cumpleaños era el mismo día y teníamos muchos rasgos físicos parecidos. A pesar de el ser hombre y yo mujer. Compartía muchos gustos y comportamientos. Más que mi hermano, era mi mejor amigo. El que siempre está ahí para mí.

Faltaban algunos días para nuestro cumpleaños. Nuestros padres estaban en una reunión de negocios y estábamos juntos en mi cuarto viendo High school music. Sin duda nuestra película favorita de Disney. Cuando faltaban algunos minutos para que se acabara, bajo a la cocina por unas galletas mientras Ale se quedó entretenido con la película.

Busco un poco de jugo de naranja para que ambos tomemos y mientras estoy en eso, siento una mirada observándome. Y sin duda sé que es mi hermano molestándome una vez más.

– Ale, ya deja de molestarme - digo y me doy vuelta, encontrandome con tres hombres con pasamontañas y vestidos de negro

Uno de ellos cargaba una pistola, mi impresión fue tan grande que solté todas las cosas que tenía en la mano, ocasionando ruido notablemente. Mis ojos comienzan a cristalizarse y solo quiero gritar.

– No te muevas - dijo el hombre apuntándome con la pistola y la mano temblorosa.

Mi piel se puso como la de una gallina y se formo un nudo en la garganta, los demás hombres registraban cosas de la sala y yo simplemente estaba ahí estática como una roca.

– Si gritas te irá peor, niñita – dice uno de los hombres y solo asiento frenéticamente con mi cabeza.

– Ya tenemos todo lo que necesitamos, vámonos - dice uno de ellos -

– ¿Y la niña? - pregunta el hombre del arma que esta frente a mi.

– Es mejor desacernos de ella, puede servir de declaración, es mejor asegurarnos - dijo el otro hombre - Apúrate joder, que en pocos minutos llegarán.

El que me apuntaba con el arma asiente con la cabeza. Mi pulso se acelera y ya sabía lo que pasaría a continuación. Apreterían el gatillo, iban a matarme y por ende moriría.
Escucho como van apretando el gatillo y cierro mis ojos fuertemente esperando el impacto que nunca llegó.

– Está muerto, vámonos rápido - escuche - ¿y la niña? - preguntó otro.

- Ya, ya vamos joder - responde otro y escuchó unas pisadas alejarse, marchándose del lugar.

Abro mis ojos de golpe y habría deseado jamás en mi vida haber bajado para buscar esas galletas

– ¡Alexander! - chillo y me vuelvo un mar de lágrimas.

  Efectivamente el cuerpo de mi hermano estaba frente a mis ojos, con una bala en el costado de su cuerpo. Lleno de sangre y casi inconsciente.

Él me salvo.

Iban a dispararme a mi, pero él se interpuso.

  Mi gran error fue no haber llamado a la policía o incluso a una ambulancia pero los nervios fueron tantos que solamente me arrodille frente a mi hermano, lo abrace y lloré.

– Te amo Alex... - dice y sus ojos se van cerrando poco a poco.

– Yo más. - digo y le doy un beso en la mejilla.

El último siendo sincera.

Supongo que mis padres llegaron a los pocos minutos. Tuve una reacción de shock y me desmayé llegando inconsciente al hospital. No me permitieron ir a su velorio, pues tenía un gran trauma, fueron meses de terapia con la psicóloga y mi madre no ayudaba en el proceso de recuperación restregándome que murió para salvarme.
 

* fin del flashback*

Me siento en su cama y observo un cuadro con una fotografía de ambos, tengo una copia igual en mi departamento. Fue nuestro último cumpleaños juntos, salíamos apagando las velas del pastel con una sonrisa de oreja a oreja. Cuánto necesitaba a mi hermano en estos momentos.

Noto que hay un sobre blanco al lado de la foto y frunzo el ceño, nunca antes lo había visto así que supongo que es nuevo. Lo tomo entre mis manos y al darle vuelta y leer la descripción, mi piel se eriza, mi corazón palpita a mil por segundo. Y no sé cómo debo sentirme.

Universidad de Stanford; solicitud de ingreso: Alexander Williams

La hija del presidente  (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora