Capítulo 18

383 43 1
                                    

James

Días después estamos abordando el vuelo a París. Ha sido un proceso largo pero finalmente estoy calmando mi temperamento. Las peleas han continuado, por cualquier motivo en realidad y me molesta pero soy yo quien busca los problemas. Rose solo parece dispuesta a correr en dirección contraria cuando me ve.
De hecho se ve muy pálida y triste últimamente y aunque me moleste notarlo, sé que no ha comido mucho. No quiero que mi actitud se note y solo la ignoro.
Después de un vuelo comercial largo, donde me he pasado gran parte del trayecto viendo a Rose con la nariz metida en un libro, llegamos a París.
Ni bien llegamos nos dirigimos al hotel y nos instalamos en la suite que mi secretaria nos reservó. Tiene tres habitaciones, una sala, una cocina funcional y todo lo necesario para que ni Amber ni Rose sientan la diferencia. Acomodo mi equipaje y el de Rose en la misma habitación y al principio se niega. Pero luego nota que solo hay tres habitaciones y que Ivonne tomará una y Amber la otra.
Sin mirarme sale del cuarto. Yo me cambio de ropa y un poco después salgo a mi primera reunión. Es lo mismo por el primer par de días, reuniones y más y muy poco tiempo en el hotel.

Samantha

James está metido en su oficina y suspiro aliviada. Estoy exhausta y tengo hambre pero los enfrentamientos me dejan cada vez peor, y aunque me digo que tengo que ser fuerte es difícil. Sobre todo considerando que la situación siempre parece ir peor de lo que espero. Me siento en el sofá que da a la ventana, casi está anocheciendo y París es una de las cosas más hermosas que he visto. Siempre había querido venir pero hubiese preferido que fuese en otras circunstancias, que pudiese recorrer todos los lugares que deseo, desde que llegamos solo he visto el hotel y nada más. Hago un plan mental para escapar y visitar la Torre Eiffel o el Museo de Louvre, solo por unos minutos.
- Mami- escucho que dice Amber junto a mí. Me tenso, siempre que ella me llama así cuando James está cerca me asusto, las cosas se pondrían muy mal si el descubre que me llama así. Volteo mi cuerpo y veo que está con los brazos extendidos pidiéndome que la cargue. Lo hago con gusto y ella se acomoda para quedar de frente a la ventana.
- Tengo hambre- dice ni bien termina de acomodarse.
- Yo también- le digo. Le acaricio suavemente el pelo
- ¿Podemos porfis porfis comer algo?
- ¿Dónde está tu papá?- pregunto
- En reunión con el teléfono-
- ¿Y tu niñera?
- Se durmió y ha cerrado su habitación con llave- dios, como odio a esa maldita mujer- Por favor mami, me duele porque tengo hambre- dice frotándose el vientre.
Yo también tengo hambre. Y no entiendo como esa maldita mujer descuida tanto a Amber, pero sé que cualquier acción que tome será mal vista por James.
- ¿Quieres una hamburguesa?- pregunto. Amber se baja rápidamente de mi regazo y empieza a saltar en ambos pies.
- Sí, y también papas.
- Por supuesto- digo levantándome también. Tomo mi cartera y una de las llaves en forma de tarjeta. Tengo el presentimiento de que esto no es una buena idea. Pero solo con ver Amber feliz, se me pasa.
- Vamos- digo tendiéndole la mano- Estoy segura que en París también hay McDonalds.
Afortunadamente encontramos uno a pocas calles y solo caminamos hasta ahí, estoy emocionada he intento lo mejor que puedo hablar el idioma cuando me toca ordenar, pero estoy segura que he sido un desastre. Terminamos de comer y compramos un helado, regresamos caminando despacio con Amber tomándome de la mano.
- ¿Estás contenta?- le pregunto a Amber cuando ella termina su helado.
- Mucho- dice- ¿podemos seguir paseando?
- No pequeña, no le dijimos a nadie que veníamos y no quiero que tu papá nos descubra
- ¿Por qué no quieres a mi papi?- pregunta. Yo sí quiero a tu padre, es él quien no me quiere a mí.
- Por supuesto que lo quiero.
- ¿Entonces por qué siempre están peleando?
- Porque somos adultos, y los adultos siempre hacemos cosas tontas
- ¿También me quieres a mí?
- Con todo mi corazón, desde aquí hasta las estrellas- digo apuntando hacia arriba- ¿y tu me quieres a mí?
- Hasta las estrellas- dice sonriendo
La levanto en brazos y le doy un sonoro beso en la mejilla.
- Vamos- digo bajándola al suelo- tardamos bastante.
Llegamos al hotel poco tiempo después, con Amber aferrada a mi mano he intentando no pisar las líneas en el suelo.
Estoy abriendo la puerta de la habitación cuando me topo de frente con James.
- ¿Dónde demonios te llevaste a mi hija?-Hasta ahora creo que lo peor que James puede hacer es hablar con ese tono de voz tan frío.
- Fuimos a comer algo
- ¿Y por qué no me avisaste a mí, o para el caso a Ivonne? - espeta
- Estabas ocupado, Ivonne estaba encerrada.
- ¿Por qué no pediste servicio a la habitación?
- Quería salir James- digo con voz fría
- Pues es la última vez que sales y menos con mi hija- dice soltando a la niña de mi agarre con brusquedad.
- Solo fuimos por una hamburguesa papi, no te enojes- le dice en Amber en voz baja
- Cállate Amber, y ve a tu habitación- le grita
Puedo ver la sonrisa de satisfacción en el rostro de Ivonne y la ira hierve en mí. Amber sale corriendo y me duele el corazón.
- Si estás molesto conmigo, demonios grítame a mí, pero no a tu hija grandísimo imbécil- lo empujo tan fuerte que se tambalea hacia atrás.
Salgo corriendo hasta la habitación de Amber y ella está acostada en la cama, abrazando al señor oso. Me acuesto junto a ella y la abrazo, enseguida se apoya en mí sube sus brazos hasta mi cuello.
- ¿ Por qué mi papi no me quiere?- dice contra mi clavícula
- Cariño, tu papá te adora- digo acariciándole el pelo con suavidad.
- No, no es verdad mami. Siempre me habla feo.
- Eso no quiere decir que no te quiera- le acaricio el pelo suavemente- Eres lo más importante de su vida
- Es verdad- dice James entrado en la habitación. Inmediatamente me tenso- Por supuesto que te quiero princesa.
Amber no se separa de mí, pero mira de reojo a su papá.
- ¿No me crees?- pregunta él acostándose al otro lado de la cama- Lastimas a papá
- Sí te creo- dice ella en voz baja
- ¿Me das un abrazo y me perdonas?
- Sí- dice ella separándose de mí y abrazando a su papá. Aprovecho ese momento para levantarme y salir de ahí.
Pero James sale detrás de mí, me toma del brazo y casi me arrastra hasta su habitación. Cierra la puerta con llave y no deja de mirarme.
- ¿No te dije que te mantuvieras alejada de mi hija?
- James...
- ¿TE LO DIJE O NO?
- Sí, pero...
- Pero como siempre hiciste lo que quisiste.
Yo me quedo en silencio solo observándolo mientras me mira. Nunca sé lo que va decir o hacer.
- Te dijo mami- no es una pregunta y no contesto.
- No quiero que estés cerca de ella, Rose.
- James- pido
- Quiero que te alejes de ella ¿entendiste?
- No, no pienso hacerlo. No vas a impedir que esté cerca de ella James, olvídalo.
- Mi hija no te importa en lo más mínimo, solo quieres lastimarme a mí- dice señalándome.
- Por supuesto que no, amo a tu hija con toda mi alma, sincera y honestamente. Algo que tu no entiendes.
Camino de nuevo hasta la puerta cuando el vuelve a tomarme del brazo y de improvisto clava su boca en la mía. Al momento trato de separarme de él, pero me toma de los brazos y me apoya bruscamente contra la pared.
- Basta- digo. Pero mis palabras no concuerdan con mis acciones porque pongo mis manos en su cuello y lo atraigo más cerca.
- Rose- murmura en mi boca. No, lloro internamente. No quiero que me llame así, no soy mi madre y no entiendo por qué demonios no puede él entenderlo. Es injusto para mi corazón amar a alguien que me odia, que me detesta de manera irrefrenable. James siente deseo por mí, pero es solo eso sus ganas de apagarse el calentón en cualquier cuerpo, y duele saber que no me cree digna de su afecto.
Le empujo con más brusquedad esta vez y me suelta. Su respiración dura y superficial.
- No quiero que me toques, no quiero que me beses, no te quiero cerca de mi- siseo.
- ¿Por qué?- dice furioso- ¿Por qué yo nunca soy suficiente para ti, pero si mi padre y ese cocinero?
Voy hasta la habitación he intento abrirla pero Jame tiene la llave.
- Déjame salir- digo
El me ignora, sin mirarme entra hasta el baño y un poco después enciende la ducha. Frustrada busco otra copia de la llave sin encontrarla por ningún lado.
- ¿Qué haces?- pregunta envuelto en una toalla.
- Déjame. Salir- vuelvo a decir.
- No. Date una ducha y acuéstate de una vez, mañana organicé actividades para nosotros.
- No voy a pasar todo el día contigo y menos con esa mujer- digo enojada.
- No te agrada Ivonne ¿cierto?- dice acercándose a mi- Tal vez debería hacerla mi amante, ya que jugamos a eso ¿Verdad Rose?
Ira cruda y pura me envuelven mientras cruzo la habitación y golpeo a James.
- Eres un bastardo, imbécil- chillo golpeándolo- Si la tocas te quemo la mano
Sin dificultad James me levanta.
- ¿No te gustaría? Ella sí me daría lo que quiero. Me dejaría hacerle el amor- dice colocando su boca a la altura de mi oído- Dios, estoy tan caliente que podría traerla aquí ahora.
Con fuerza le golpeo el pecho, le rasguño, le estiro el pelo.
- Si tu no quieres tocarme alguien más lo hará- continua. Y lo pierdo con todas mis fuerzas empujo contra el, soy como una bestia fuera de control y me arrebato hace que la toalla de el caiga mientras me sujeta ambos brazos.
Vuelve a levantarme en brazos y me lleva hasta la ducha, mientras más lucho contra el, mas se aprietan sus brazos. Abre la ducha y me mira triunfal.
- No lo hagas James- chillo.
Pero lo hace. Nos mete a ambos en la ducha el frío hace que salte y me apoye más cerca de él. Pero me sostiene bajo el agua.
- ¿No te gustaría que la toque entonces?- dice bajando la cabeza hasta quedar a mi altura.
- Si la tocas te mato, James- digo furiosa. El agua empapándome y dejándome helada.
- No sabes como me ponen tus celos- dice antes de besarme. Esta vez le correspondo el beso. Estiro sus labios con mis dientes, masajeo el interior de su boca y con ferocidad estiro de su cabello.
- Dios, sí- dice el perdido. Pero sigo furiosa. Por sus insinuaciones. Por la imagen que tengo de Ivonne y James en la misma cama. No puedo quitármela de la cabeza ¿es así como se siente el?
Piensa que he dormido con su padre, con Jake, quien sabe con cuantos más.
Los celos son cegadores, monumentales y me quiebran.
Llevo mis manos hasta mi camisa y la arranco por mi cabeza. Y luego mis pantalones, con dificultad los deslizo por mis piernas hasta que solo llevo la ropa interior. Tengo tanto frío que estoy temblando pero el agua sigue cayendo sobre nosotros con fuerza. James tiene la vista concentrada en mi, de mis ojos a mi boca y luego a mi cuerpo, para luego repetir de nuevo.
Llevo las manos detrás de mi espalda y desprendo el sujetador, y lo arrojo a un lado. Sus ojos van de mis pechos a mis ojos, buscando. Llevo mis manos a la cinturilla de mi ropa interior y la deslizo despacio por mis piernas. James está parado estático frente a mi, ambos completamente desnudos.
- ¿Me quieres?- pregunto.
El clava su mirada en la mía y su manzana de Adán se baja mientras traga.
- Sí- dice con voz ronca.
- Entonces tómame- digo.
Cierro los ojos cuando sus manos están en mi espalda atrayéndome más cerca, cierro los ojos cuando me besa con suavidad los labios. Cuando pasa su boca por mi mejilla y cuello, descendiendo hasta el centro de mis pechos. No sé cómo responder a él. Es la segunda vez que hago esto en mi vida y temo que mi inexperiencia se note. Así me dejo guiar por él, actúo en consecuencia a sus acciones y después de un momento, le beso de vuelta, le acaricio igualmente, le paso los dedos por la espalda, por el pecho y por la cara.
- Tienes los labios azules, vamos a la cama- dice. Yo asiento y en un gesto inesperado me levanta en brazos. Ambos estamos húmedos y James nos envuelve en una toalla secando un poco la humedad en nuestros cuerpos.
Conmigo todavía en sus brazos se acuesta en el cama, colocándome debajo y vuelve a besarme. Es suave y persuasivo. Es caliente y siento la quemazón bajo mi vientre arder. Se coloca entre mis piernas y su masculinidad roza mi feminidad. Es cadencioso, acompasado, una danza natural. Me besa los labios, el cuello, los pechos y masajea nuestras manos unidas. Su respiración me calienta el oído, me eriza el vello.
Se toma a sí mismo con una mano y mirándome se coloca en mi entrada. Pero no pasa nada.
- Déjame entrar- dice.
- No sé como- contesto y el mira confundido. Quiero gritarle que es la segunda vez que hago esto.
- Solo relájate, hermosa- dice y lo intento. Poco a poco siento la presión mientras entra dentro de mí. Suspiro mientras llega hasta el fondo.
- Dios- dice mirándome. Sin máscara, con todo un mundo dentro de sus ojos mientras con suavidad se mueve dentro de mí- Vas acabar conmigo Rose-
A medida que se mueve la quemazón sigue en aumento. Pero el es lento, casi comedido mientras se balancea, y es agonizante la lentitud. Necesito que se mueva más rápido, me siento tan cerca. Pero no lo hace, con lentitud infernal se hunde dentro de mi, acariciándome con sus labios, susurrando palabras que no entiendo en mi oído. Hasta que finalmente veo la luz detrás de mis ojos y sollozo despacio, clavando mis uñas en su espalda mientras llego.
James clava su mirada en la mía pero tengo los ojos tan cansados que no puedo sostenerla. No sé durante cuánto tiempo me mira, pero minutos después siento las sábanas sobre mi y su cuerpo caliente en mi espalda.
Me despierto cuando James intenta pasarme una camiseta por la cabeza.
- ¿Qué sucede?- pregunto incorporándome.
- Amber está en la puerta queriendo entrar. He intentado despertarte pero eras un tronco- dice.
Aún dormida termino de pasarme la camiseta por los brazos y veo que llevo ropa interior. James me la habrá puesto, interesante.
James abre la puerta a Amber y ella se arroja directamente a la cama.
- ¿Estás bien, pequeña?- pregunto acostándome junto ella. Asiente y con el señor oso sujeto firmemente en su brazo apoya la cabeza en mi hombro. Oh, acurrucarse es mi cosa favorita. Coloco mi brazo a su alrededor y cierro los ojos. La cama se hunde junto a mi y James también se acomoda junto a nosotras. Vuelvo a cerrar los ojos y poco después me quedo dormida.
La puerta se abre y veo a Ivonne en ella, su mirada turbada.
- ¿Ivonne?- pregunta James.
- Lo siento señor, solo buscaba a Amber. Disculpen- cierra la puerta y se va. Amber todavía está durmiendo.
- ¿Siempre entra sin llamar a tu habitación?- pregunto mordaz
- No, no siempre- dice James mirando al techo.
- Idiota- digo levantándome de la cama y yendo al baño.
- Era un chiste, Rose- dice cerrando la puerta del baño- No te enojes y te sulfures tanto.
- Dada la fragilidad de esto- digo señalándonos a ambos- No te conviene hacer chistes.
- Esto- dice moviendo las cejas sugestivamente.
- Por dios ¿Quién eres?- pregunto dándole un manotazo a la mano que intenta tomarme de la cintura- ¿Desde cuándo eres tan juguetón?
- No lo sé- dice encogiéndose de hombros e intentando tocarme de nuevo lo que se gana otro manotazo- Anoche la pasé bien- dice
- Me alegro- contesto mirándome las uñas.
- Hey- dice levantándome el mentón- Es la primera vez que ella entra así a cualquier sitio en el que me encuentro, sinceramente me ha sorprendido y pienso que ha sido una falta de educación. Todo lo que te dije ayer fue para provocarte y estoy maravillado con los resultados ¿Ahora, puedes por favor dejarme besarte? Lo necesito.
Le miro con ira.
- Me provocaste a propósito- digo furiosa.
- Sí y lo haría de nuevo. Bésame- pide de nuevo.
- No. No lo pienso hacer. Primero que nada porque no confías en mí. Lo de ayer fue solo, no lo sé... un desliz.
- Yo creo que me deslicé perfectamente dentro de ti- dice intentando tomarme la cintura de nuevo.
- Deja de hacer eso- digo golpeándolo
- ¿Por qué, no te gusta?- dice intentándolo de nuevo.
- Me confunde- digo golpeándolo
- Deja que te confunda más- dice. Me toma de la cintura y me roba un beso. Rápido y desaliñado. Pero increíblemente seductor.
- James no podemos- digo alejándome.
- Lo sé. Pero eso no evita que te desee menos Rose. Eres una enfermedad, una cura. El dolor y la anestesia todo junto en un paquete increíble de ojos verdes. Y yo no sé cómo resistirme.
- No me respetas- digo
- No quiero pelear- dice
- Yo tampoco. Pero tenemos que hablar. No dejas que me vaya, no me quieres cerca y cuando se te ocurre me seduces y me confundes. No quiero que sea así.
- Será como tu quieras que sea- dice
- ¿Eso que significa?
- Que haré lo que tu quieras que haga. Pero este día es mío. Hoy eres mi mujer, hoy quiero mostrarte todo y que mejor lugar que París. Voy mostrarte lo que pudo haber sido.

Orgullo, Prejuicio y más [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora