Capítulo 11: Preguntas sin respuestas

79.2K 3.1K 146
                                    

Capítulo 11: Preguntas sin respuestas 

Me alejo de su pecho, lo miro a la cara, está serio. No ha sido una broma.

–¿Cómo has dicho? –La lengua se me traba. Quizás haya escuchado mal.

–Cuando nos casemos y seas la señora Applewhite buscaremos una ca…

–¿Te has vuelto loco? – Pregunto atónita.

No lo puede decir en serio.

–Loco por ti.

Intenta atraparme entre sus brazo, pero me separo. Me pongo en pie y comienzo a caminar de un lado para otro, pasándome las manos sudorosas por el pelo.

Joder ¿Cómo puede estas hablando de matrimonio? Prácticamente acabo de despertarme de un coma, he perdido mitad de mi vida, de mis recuerdos, y ahora me dice esto… No es que no quiera casarme con él, bueno al menos no todavía, pero que digo, ni siquiera debería estar pensando en matrimonio. Se puede decir que acabo de conocerlo, aunque no sea cierto, pero en mi mente lo es. Estoy temblando y no me atrevo a mirarlo.

–Eh… Vicky– Aprieta mis caderas contra las suyas. No estás jugando limpio. –No te estoy pidiéndote que te cases conmigo… al menos hoy no. Pero en un futuro no muy lejano lo haré. Ya te he dicho que quiero pasar mi vida a tu lado.

Dejo que todo el aire que contenía en mis pulmones se escape. No puedo pensar ni tratar de ser racional cuando lo tengo cerca. Alzo mi cabeza y sus océanos azules me perforan.

–Ryan…–Titubeo buscando las palabras adecuadas– No puedes hablarme de matrimonio cuando hace menos de dos semanas he despertado de un coma y ni siquiera me acordaba de ti. Aunque te quiera, sigues siendo un desconocido.

El dolor cruza su cara, pero rápidamente lo esconde. Me gustaría decirle que sí, que me casaría con él, pero no puedo, al menos no ahora.

–Vicky después de lo que ha pasado me he dado cuenta de que la vida es demasiado inestable. No sabemos cuanto nos queda, y lo que me quede a mi lo quiero pasar a tu lado. Quiero que seas mía en todos los aspectos posibles, y ante los ojos de todos. Pero te prometo que seré paciente, esperaré hasta que estés preparada y entonces me pondré de rodillas ante ti y te pediré que seas mía ¿De acuerdo? – Besa mi frente y me abraza con fuerza– Aunque si por mi fuera nos casaríamos hoy mismo.

Lo miro con expresión horrorizada. No me puedo creer que haya dicho eso. Este hombre es como un coche de formula 1, va demasiado deprisa.

–Creo que antes de casarse hay que tener una relación– Intento que suene como una broma, aunque no lo es.

Eleva una perfecta ceja, y sus ojos me atraviesan. Creo que soy la única que no se ha enterado de que tenemos una relación.

–Nosotros ya tenemos una relación–Confirma mis sospechas un tanto dolido– Tú eres mi novia y yo tú novio.

¡Madre mía!

Intento retener la risa nerviosa, lo hago de pena. Termino riendo.

–¿Se puede saber que te hace tanta gracia? – Pregunta levantándome del suelo y estrechándome en sus brazos.

–Tú. –Acaricio su nariz con la mía, dándole un beso esquimal– Vas demasiado rápido.

–Te equivocas–Besa la comisura de mi boca, me deposita sobre la madera del escritorio y se agacha, apoyando sus manos en mis muslo. Nuestros ojos quedan a la misma altura– Si fuera deprisa, como tú dices, llevarías en tu dedo un diamante.

La Desconocida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora