XXVI. Una piedra y un papel.

306 35 16
                                    

26 de Julio del 2018.

Aún no podía recuperarme del shock emocional del día anterior, y estoy segura de que Matías tampoco. No lo había escuchado decir una palabra desde antes del juicio.

Juan Pablo nos había dicho que era un buen indicio que la jueza le haya otorgado a él la custodia provisoria, ya que eso señalaba que nos había comprado más la historia a nosotros que a ellos.

El segundo juicio sería el 20 de Agosto, a la misma hora y en el mismo lugar.

Estaba acostada en mi lado de la cama, pensando sobre todo lo que había sucedido y estaba por suceder. A mi lado, el Mati dormía pacíficamente. Era raro verlo dormir, porque era la única manera de que no estuviera preocupado por algo, se veía tranquilo, como nunca.

Mi teléfono vibró en el velador, lo tomé y leí el mensaje de texto que acababa de llegar. Lo leí dos, tres y cuatro veces.

No te metas en el juicio

Tenía mis sospechas de quién podría ser, y eso hizo que me cuestionara: ¿a qué estaba dispuesta a hacer para ganar el juicio? ¿Realmente se preocupa o es un tema de mero orgullo y poder? Calisto era un libro cerrado con diez mil candados y una clave de cien dígitos, por más que intentara, no lograba descifrarla por completo, conocía algunos aspectos suyos, pero era más impredecible de lo que parecía.

Volví a dejar mi celular donde estaba, ignorándolo por completo, no creía que fuera un problema tan serio, además, no necesitaba que Matías se tuviera que preocupar por otra cosa más.

–Oye, voy a salir con el Martín– asentí con la cabeza.

–Supongo que estaré sola, el Charles, la Cami y los niños se van a visitar a la familia del Charles, al Alexis parece que le salió cachita– reí.

–No vamos a volver tan tarde.

–No te preocupes, necesitaba algo de tiempo sola de todas maneras.

A las cuatro me quedé sola, hacía muchísimo frío así que fui a prepararme un café. Mi panorama era simple: netflix. Hace mucho que no me sentaba sola a ver películas o series.

Cuando eran las siete de la tarde el cielo se había oscurecido, seguramente el Charles y la Cami se iban a quedar en la casa de los papás de él, y el Alexis no iba a desperdiciar la oportunidad de irse con una mina a su casa, y sobre el Mati no tenía ni idea si iba a volver o no, y si era así a qué hora.

Había pasado tanto tiempo acompañada de alguien en la casa que ya me era raro estar completamente sola.

Mi teléfono vibró nuevamente, desde que había leído el mensaje no lo había vuelto a tocar.

Hiciste mal en quedarte sola, ¿no crees?

¿Qué mierda significaba eso?

Antes de que siquiera pudiera formular una respuesta, oí como se reventaban los vidrios de la ventana del living. De inmediato corrí a ver qué pasaba. Estaban totalmente rotos y había una piedra en el piso, la recogí, estaba envuelta en un papel.

28 de Julio del 2018, 22:30.

La cerradura de la puerta giró, abriéndose lentamente. Como un instinto me ubiqué tras de la mesa, expectante. Entraron dos personas, quienes prendieron la luz, eran el Mati y el Martín. Suspiré aliviada.

–¿Qué pasó?– se acercó al ventanal roto, inmediatamente guardé el papel en mi bolsillo y le enseñé la piedra.

–Debe haber sido un niño jugando, yo lo pagaré– necesitaba cambiar el tema, y rápido–. ¿Cómo la pasaron?

–Bien– frunció el ceño, seguramente notando mi nerviosismo–. ¿Y los chiquillos?

–El Charles y la Cami creo que se van a quedar allá, el Alexis... para qué te digo.

–Ah.

–Papá, tengo sueño– se estiró el Martín, quien aún no había hablado.

–¿Lo voy a acostar? Anda a ducharte, estás agotado– lo besé en la mejilla antes de que respondiera y me llevé al Martín a la pieza que compartía con la Maite y el Renato.

Probablemente había sido bastante obvia y él había cachado que no le estaba contando todo, pero agregarme a la ecuación tan solo generaría problemas, tanto a Matías como a Juan Pablo. No me quedaba de otra que lidiar por mi cuenta con el extraño papel y su mensaje, no era precisamente lo mío decodificarlo, mas no habían más alternativas.

Cuando llegué a la pieza el Mati ya estaba durmiendo, por las ojeras en sus ojos notaba que estaba exhausto, pero su expresión no lo reflejaba para nada.

El insomnio me llevó a pensar en el futuro: ¿alguna vez este hombre recibiría un descanso? Parecía como si saliese de un drama solo para entrar a otro, como si sus esfuerzos por mantener un bajo perfil y una vida tranquila fueran infructíferos. A veces las mejores personas son las más afectadas por la vida, algunos dirán que es injusto, otros que es una prueba divina, yo tan solo podía afirmar que Matías era una buena persona, y que por lo que yo conocía, había sido bastante afectado, lo sigue siendo. Traté de ponerme en sus zapatos, imaginarme todo lo que cargaba encima, el dolor y la crueldad de los años.

Un día pensé en el Matías del pasado, ahora estaba pensando en el del futuro, ¿cuántos cambios podrían haber en una persona en un periodo de diez años? Yo misma experimenté en carne propia que muchos.

Últimamente estaba meditando demasiado por las noches, sobre todo en situaciones como estas, cuando me llegaba un papel poco tranquilizador que hacía que me cuestionase mi sanidad mental y mi propio futuro. Quizás estaba siendo paranoica y era tan solo una falsa alarma, Calisto o su abogada tratando de pegarme un susto.

En el fondo sabía que estaba subestimándola, pero quería seguir pensando que nada malo pasaría, quería seguir siendo una ilusa, al menos por un rato. Algo malo se avecinaba, aunque no quisiera admitirlo, lo tenía claro. Calisto tenía todo perfectamente maquinado en su cabeza, no tenía idea qué iba a hacer que explotase de una vez por todas.

Está súper cortito, lo sé fkskd
Se vienen los últimos caps

 Chased // Matías Fernández [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora