Capitulo 1

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Una noche antes.

   -Mamá, me voy a la cama.

   -¿Ya?

   -Sí, es que tengo mucho sueño

   -Vale hija, hasta mañana

Me dió un beso en la frente y me fui a dormir.

"Sentí como si alguien me cargara, y me dejara en un frío suelo, que me heló la piel. Intentaba abrir los ojos, pero no podía estaba muy muy cansada.

Sentí como una aguja se clavaba en mi brazo derecho, y como lo recorría... Dolor, mucho dolor, intenté apartar mi brazo, pero pesaba demasiado, intenté gritar, pero mi boca no se abría...

Luché, pero nada respondía, mi cuerpo era mío y no me obedecía, asi que ante la frustración del momento, lloré...

El dolor paró, pero yo seguí llorando, noté como alguien me secaba las lágrimas, como me caragaba y me depositaba en mi fría cama..."

Sonó el despertador, me levanté de la cama, fui al cuarto de baño, abrí el grifo hacia el agua caliente y me desnudé, entonces lo ví...

Unas lineas cuervas negras recorrían mi brazo. Estas líneas se unían unas con otras, pareciendo así un laverinto de tinta, cuya salida todavía no había descubierto.

No sabía que hacer, estaba desnuda en el baño, tenía frío y el agua corría, aun así yo no podía hacer nada más que mirar aquella cosa que por arte de mágia había aparecido en mi brazo.

     -¡¿Se puede saber qué haces?! -preguntó mi madre, entonces lo vió.- ¿Qué es eso?

     -¿Un tatuaje? -pregunté, ni yo lo sabía muy bien, tenía la esperanza de que fuera un sueño.

     -¿Cuándo te lo has hecho? -la miré, sus aletas nasales se agrandaban y cerraban, estaba enfada, pero se estaba conteniendo, cerré el grifo, y me puse un albornoz.

     -Ese es el problema, yo no recuerdo haberme hecho ese tatuaje

     -Ya claro, te crees que soy gili...

     -Madre mía acaba de salir en las noticias que un grupo de chicos de diferentes países han ido a la policía por que se han despertado con unos tatuajes que el día anterior no tenían, vaya locura -.dijo mi hermana

     -¿Perdón? -dijo mi madre atónita.

     -Lo que oyes, pero ¿qué hacéis aquí? ¿tú no te ibas a duchar?

     -Vistete, vamos a la policía.

     -¿Para qué? -preguntó mi hermana

Le mostré mi brazo, y cuando vio el tatuaje abrió tanto los ojos que parecían rosetones de una catedral gótica.

     -¡Qué pasada!

Bufé, fui a mi habitación me puse lo primero que pillé, me abrigué y las tres salimos hacia comisaría.

Cuando llegamos había un montón de gente, estaban gritando, la policía los contenían.

De alguna forma un amigo de mis padres nos vió.

      -¿Qué hacéis aquí?

      -¿Podemos entrar? -.dijo mi madre nerviosa.

      -Claro

Nos metimos entre la multitud, y entramos en la comisaría, nos llevó hacia un despacho con más policías, quienes al vernos nos miraron con atención.

      - Tenéis mucho jaleo -.dijo mi hermana

      - Sí, un montón de gente está denunciando que a sus hijos le han aparecido un misterioso tatuaje, estamos investigándolos, pero la mayoría es mentira, solo buscan ser famosos.

Nadie dijo nada, creándose un silencio muy reflexivo, pues cada uno estaba sumido en sus pensamientos

      -¿Qué os pasa? -nos preguntó

      -Esto -me remangué y le mostré mi brazo.

      -¿Cuándo te lo has hecho?
-preguntó con el ceño fruncido.

      -Ese es el problema, que yo sepa nunca, esta mañana me he despertado con él.

      -Como los otros...Venid conmigo -.salimos del despacho y comenzó a andar mientras hablaba.- Esta mañana después de que los demás chicos como tú salieran en las noticias, el gobierno nos mandó un correo, en él nos decía que si se presentaba alguien con este problema, lo lleváramos a él, solamente a él, a un lugar secreto.

Me paré de golpe.

        -¿Pretendes que vaya a un lugar que no sé dónde está? -dije con cara de incredulidad.

        -Sí, yo tampoco me siento muy cómoda con eso. -dijo mi madre

        -Tranquila estaré contigo. -dijo muy sonriente.

Entrecerré los ojos, había algo que me ocultaba, esto no me gusta...

         -¿Hay alguna otra opción? - preguntó mi madre.

         -Si la hubiera os la diría.

Suspiré.

          -Está bien, iré, pero si no me gusta, o tengo un mal presentimiento, no dudaré en saltar del  coche.

          -Está bien.

Me giré, y miré a mi madre y hermana, las abracé y me despedí de ellas. Tras esto me llevó a un coche negro, nos subimos y comenzamos nuestro viaje.

Entramos en "carreteras" que no sabía que existían, estaba oscuro y tenía mucho sueño. Entonces un enorme todoterreno negro nos embistió.

La colisión provocó que me chocara con el salpicadero, entre otras cosas, las ventanas se reventaron a causa del impacto, lo sabía por los cristales y la sangre de mis brazos.

Me sentí desorientada, mi visión estaba borrosa, pero aún así vi como un grupo de personas vestidas de negro se acercan.

Me giré hacia mi acompañante, no parecía estar bien, había mucha sangre, le agité, pero no respondía...

     -Joder, joder, joder. Y ahora qué coño hago yo, joder.

No había tiempo para despertarle, ni siquiera sabía si estaba vivo, lo que sí sabía es que ellos se estaban acercando, paso a paso

En aquella gélida oscuridad sentí cómo mi mundo se desmoronaba y no podía hacer nada para cambiarlo.

Me bajé del coche como pude, pero caí, me levanté e intenté correr, un fuerte pinchazo me recorrió todo el pié, mi tobillo se había torcido a causa del impacto, es probable que incluso tenga alguna fractura.

Oí risas, estaban cada vez más cerca, seguí avanzando, cada paso que daba era como si me clavaran un millón de agujas en el pie.

Cada vez sus pasos estaban más cerca, los oía, incluso podía escuchar sus respiraciones, intenté avanzar más deprisa, pero no podía, me estaban persiguiendo y no podía huir, estaba muy austada y frustada...

Sabía que si me atrapaban perdía la partida, pero no podía correr, apenas caminar, lo único que podía hacer es llorar, rezar y como último recurso gritar...

Una bolsa tapó mi cara.

Me han atrapado, he perdido la partida, y lo peor es que mi vida es ahora una pesadilla de la que no voy a despertar.

Sin Identidad.Where stories live. Discover now