Observó su telefono a un lado. Quizás podría... No, él no la quería ver más nunca en su vida, tan solo haría el rídiculo.

Unos golpes en su puerta la hicieron levantarse de la cama. Alex apareció al otro lado con una hoja en la mano.

—Necesito que me hagas un favor.

Hope frunció el ceño.

— ¿Qué clase de favor?

Él le tendió la hoja.

—Necesito que compres esas cosas y me las traigas. Es el aniversario de Bex y yo, y le prepararé un pastel, pero al parecer en esta casa no celebran cumpleaños, ni hacen pancakes o bebidas azucaradas.

—¿No se supone que no quieren que salga ni a la esquina? —preguntó frunciendole el ceño a la hoja. Alex pensaba hacer un pastel inmenso.

—Si, pero te estoy dando un voto de confianza. No hay nadie en la casa, compra las cosas, vuelve rápido y estarás más cerca de ser redimida.

—¿Y el dinero?

Alex le sonrió.

—Tú pagas todo. Es tu regalo para nuestro aniversario —la señaló con el dedo—. Quiero esos ingredientes aquí en menos de dos horas, Mikaelson.

Se giró y se fue. Sin tiempo que perder, Hope tomó su abrigo, su bolso y salió de la casa en busca de libertad.

Primero fue a la tienda que estaba a dos cuadras del compuesto y para su suerte estaba cerrada, así que caminó mucho más allá observando más de la cuenta y disfrutando del ambiente hasta que no le quedó de otra que entrar en otra tienda frente a ella. Rapidamente consiguió todas las cosas que Alex le había pedido, menos melocotones frescos.

Salio de la tienda con la bolsa en la mano. ¿Donde podía conseguir melocotones como los que Alex quería? Su tío estaba planeando hacer un pastel inmenso, una obra maestra. Si ella se aparecía con cualquier cosa se los tiraría por la cabeza.

En ese momento recordó haber visto una fruteria cerca de su colegio. Una que otra vez Rebekah había parado para comprar manzanas frescas y uvas que eran exquisitas. Estaba algo lejos, pero podía llegar caminando. Apretando el agarre a la bolsa, se encaminó hacia allá co el deseo secreto de que quizás podría ver a su ex mejor amigo de lejos.



Luego de una hora, llegó. Efectivamente, los melocotones que vendían se veían hermosos. Ella pidió un kilo y medio como Alex le había pedido y un par de manzanas. Luego de pagar, decidió caminar un poco más allá para disfrutar del clima. Y luego un poco más, y otro poco más hasta que llegó a su escuela.

Invisiqui.

Caminó entre los pocos estudiantes que estaban en la entrada en busca de Simon. Lo encontró solo en una banca de espaldas al bosque. Vestía una camiseta de Star Wars negra, su cabello oscuro estaba revuelto como siempre y sus gafas habían sido reemplazadas por otras de montura menos gruesa. Tenía la cabeza abajo mientras abría con dificultad una lata de galletas.

Hope sonrió... Pero su sonrisa duró hasta que dos chicos de último año se acercaron.

—Hey, niño rata, ¿dónde está tu novia? ¿terminaron?

Simon alzó la cabeza.

—No sé de que me hablas —respondió con calma. Hope pudo ver en sus ojos que estaba comenzando a asustarse.

—Oh, cierto, ahora que tu novia no está no eres tan valiente —dijo uno con burla—. ¿Por qué no vas a quemar la cafetería de nuevo? ¿Ya no te provoca?

Hoping for Hope |The Originals FanfictionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora